"Mi novio se convirtió al catolicismo por mí”: la historia de Jennifer y José Luis

  • Esta es la historia de Jennifer Ibarra y José Luis Támez. Dos jóvenes que viven la fe católica con orgullo y sin ocultarse

  • La pareja está prometida y antes de pasar por el altar, José Luis ha decidido convertirse al catolicismo

Creer, ir a misa o formar parte de una congregación religiosa no es algo que sea de lo más común entre los jóvenes. La religión no es algo que esté entre sus prioridades tal como se ve en los últimos datos del CIS en España: el porcentaje de católicos de 18 a los 34 años es menor que el de agnósticos, no creyentes, indiferentes y ateos (sin contar a los que han apostatado y para los que no hay cifras oficiales) y en la franja de 18 a 24 años los números están por debajo del 40%.

Por lo general, los jóvenes no están demasiado atados a la religión, aunque eso no quita que muchos sí que crean y tengan fe en el catolicismo pero, o no lo manifiestan de forma pública, o están dentro de lo que se llaman 'católicos avergonzados' (los que de puertas para fuera o con los amigos, no exteriorizan sus creencias). Lo cierto es que aunque no todos admitan que van a misa, que rezan por las noches o que viven su fe de manera íntima, también los hay que no se avergüenzan y para los que gira todo en torno al camino que Dios les ha preparado.

Así entiende su vida Jennifer Ibarra, una chica de 26 años cuya familia viene de Monterrey (México) y que se ha criado en la fe del catolicismo y no se avergüenza por ello. Todo lo contrario. Sus recuerdos desde niña le remiten a todos los valores que le inculcaron y en los que la imagen de Dios ha estado siempre por encima de todo. Tradiciones que ella ha vivido desde muy niña de manera natural.

Por ejemplo, ella recuerda que era habitual ver a su abuelo rezando los rosarios con todos, leer libros católicos en familia, ir a misa, rezar antes de dormir o persignarse al pasar por delante de una iglesia. Por hacer todo eso, Jennifer se ha preguntado muchas veces: ¿por qué iba a ser distinta al resto? Y lejos de haber cambiado con los años o por haber conocido a otras personas, ha obtenido su propia respuesta: "Todo el camino que he hecho hasta ahora, me ha ido afianzando más en mis creencias".

De eso ha sido testigo directo su novio y futuro marido, José Luis al que conoció hace doce años. Él director de una escuela y ella alumna de la misma, comenzaron a tener una bonita amistad que ha terminado en una relación de dos años y eso que como Jennifer explica, "él no era católico".

"Sentimos que ese día Dios estaba con nosotros"

En el caso de su novio, él y su familia siguen la fe de la Iglesia Bautista (un movimiento que cree que la Biblia debe ser la única guía y que todo parte con el sacramento del bautismo). Su forma de creer presenta diferencias respecto a los católicos. Por ejemplo, los bautistas creen que Dios da salvación a todo aquel que tiene fe en él y los católicos creen que Dios concede la salvación basada en la fe, las obras y la participación en los sacramentos, como la comunión y la penitencia. Ambos sí coinciden en que la fe es necesaria, pero los católicos romanos no creen que sea el único aspecto.

Pero esa diferencia no ha impedido que Jennifer y José Luis se enamorasen y que quisieran dar más pasos en su relación. Sus creencias diferentes no les han supuesto roces ni, por supuesto, ninguna separación, hasta en el momento delicado de hablar de la ceremonia religiosa cuando él pidió matrimonio a Jennifer.

Ante el nuevo paso que iban a dar, la reacción de esta chica católica fue la de hablar e incluso "adaptarse" si él quería hacer la ceremonia en función de sus creencias, pero la decisión de José Luis, tal como Jennifer nos cuenta fue "convertirse al catolicismo por amor y por servir a Dios y puedo decir que el día de su misa fue todo muy sublime. Definitivamente pudimos sentir que Dios estaba con nosotros".

¿Qué significó para ella este acto de su chico? En sus propias palabras "todo un gesto de generosidad". No solo porque por hacerla feliz, adaptaba su camino cuando ella le hubiera apoyado en lo que decidiera, sino también porque a partir de ese giro, José Luis y Jennifer, se han unido todavía más, tal como ella cuenta, porque ahora los dos entienden la religión de la misma manera.

Confiesan que tienen personalidades diferentes, formas de ver la vida que no son siempre iguales, aunque eso sí, se tratan de adaptar y están felices de andar este nuevo camino que se abre ante ellos. Es cierto que no saben lo que les deparará el futuro, pero tal como dice Jennifer, "sea lo que sea, lo vamos a hacer juntos, dando y cediendo". Así lo han hecho hasta ahora y así quieren que siga siendo cuando tengan su propia familia. Ese es su sueño: tener hijos a los que dar amor y pasar las mismas tradiciones que les inculcaron a ellos. ¿El número? "Lo que Dios nos mande", responde Jennifer a lo que añade que no le importaría que fuese un niño o que fueran seis. Lo que sí tiene claro es que les educarán en la religión católica y que tratarán de "darles lo mejor a todos".

"Nadie debería ser juzgado por su religión"

Por expresar su fe católica sin miedo, Jennifer no se ha sentido juzgada directamente, aunque eso no quite que sí sea consciente de que han hablado de ella y de su pareja. A ellos no les importa, el qué dirán, tal como reconoce y por eso, ella misma ha hecho público en sus redes el que sin duda fue un día importante en sus vidas. La conversión de José Luis al catolicismo por todo lo que estudió y por el amor hacia Dios y su chica, le ha servido para ver que son fuertes y que no tienen por qué esconderse para profesar abiertamente su fe. "Nadie debería ser juzgado por su religión", es lo ella piensa y dice sin ningún miedo.

Pero eso no quita para que vea los 'peros' que tiene la Iglesia Católica y que hace, en su opinión, que a los jóvenes les cueste acercarse. "Sigue encerrada en lo mismo que hace años", explica, y eso el motivo fundamental por que muchos no logren alcanzar la fe. Pero para eso, Jennifer también tiene respuesta y es que si la institución tiene algunos puntos débiles, no hay que olvidar que "la forma de creer que Dios nos enseñó lo hizo a través de María y Jesús". Para ella practicante, eso es lo primero y todo lo demás es secundario como el gran paso que han dado por seguir creyendo.