Tengo la necesidad de gustar a todos: 5 trucos para ser más independiente

  • "A veces hago cosas que no me gustan, como beber, para que no piensen que soy aburrida"

A todos nos gusta gustar, valga la redundancia, pero como bien dicen las madres "no puedes agradar a todo el mundo". Vivimos en un mundo social y es inevitable adaptar nuestra forma de ser a los demás, el problema es cuando dejamos de lado nuestras necesidades, nuestros gustos y nuestra propia identidad para acomodarnos a otra persona. Esto es lo que le sucede a Saray, una chica de 19 años a la que la necesidad de aprobación está afectando a su día a día y no sabe cómo evitarlo. No es la única persona con esta problemática, y por eso hoy hemos recopilado 5 trucos para ser más independiente.

El caso de Saray (19 años):

"Todo empezó con un artículo que leí sobre la dependencia emocional y me sentí un poco identificada, pero dándole vueltas tampoco es mi caso al cien por cien. A mí me pasa una cosa y es que necesito gustar a todo el mundo. Amigos, ligues, mis padres, la gente de la universidad… Incluso con personas que ni me importan o ni me caen bien.

Me da un poco de vergüenza contar esto, pero me he dado cuenta de que mi forma de ser es totalmente diferente dependiendo de las personas con las que estoy. Cambio mucho para gustar a los demás y a veces hago cosas que no me gustan, como beber hasta pillarme unas borracheras descomunales o fumar porros para que no piensen que soy aburrida.

Mi necesidad de aprobación es tan grande que me metí en la carrera sólo para no enfadar a mis padres, y claro, esto ha ido a más. La ropa, la música que escucho, los bares a los que voy… Todo. Es un descontrol y yo sé que no soy feliz pero, ¿cómo lo cambio a estas alturas?

Me preocupa que mis amigos me dejen de lado al ser yo misma y que mis padres se enfaden, pero necesito mostrarme tal cual, sin caretas".

Todos hemos cambiado algún aspecto de nuestra forma de ser en algún momento para agradar a los demás, pero tal y como acabamos de leer, el caso de Saray es extremo y peligroso. La necesidad de aprobación le ha llevado a embarcarse en una carrera que no le gusta y a consumir drogas cuando no le apetece.

¿Hay solución?

Nunca es tarde para cambiar nuestras conductas desadaptativas y el primer paso es identificar el problema. Imagínate estas situaciones:

  • Vas de compras y te gusta mucho un pantalón, pero si a tus amigos no les gusta, no te lo compras.
  • Tienes que tomar una decisión muy importante y tu cabeza te dice una cosa, pero tus padres opinan lo contrario. Al final les haces caso.
  • En tus conversaciones de WhatsApp abundan las frases "¿Te parece bien?", "¿Qué harías tú si fueses yo?" o "¿Esto está bien?".

¿Te has sentido identificado/a? Si la respuesta es sí, a lo mejor tiendes a priorizar las opiniones de los demás frente a las tuyas. No pasa nada, es algo muy común y por suerte tiene arreglo, pero requiere esfuerzo.

Estos 5 trucos pueden resultarte útiles:

1. Háblalo con tu entorno

Lo ideal es que Saray (o vosotros si estáis en su misma situación) compartiese con su entorno lo que me ha contado a mí. Tras hablarlo pueden suceder tres cosas:

  • Que su entorno lo acepte y empiece a fomentar su autonomía. Esto sería lo ideal, pero no suele pasar.
  • Que su entorno lo acepte, pero le cueste cambiar el chip. Cuando llevamos toda la vida actuando de una manera, nuestros amigos y familia se acostumbran. Pueden aparecer “conflictos” y hay que saber manejarlos. Si tu entorno se pica porque les llevas la contraria, tienes que recordarles que quieres cambiar y ser más independiente. Probablemente te equivoques y cometas errores por el camino, pero deben permitirte aprender de ellos. Si te quieren lo aceptarán.
  • Que su entorno no lo acepte. Un amigo de verdad dejará que tomes tus decisiones, aunque crea que estás equivocado. No te obligará a hacer cosas que no quieres hacer y tampoco te martirizará por elegir tu propio camino. Si lo que más valoran tus amigos de ti es que hagas lo que ellos quieren, es que no son tus amigos.

2. Crea una lista de prioridades

Si llevas toda la vida adaptando tus decisiones a lo que opinan los demás, tal vez te costará saber lo que de verdad haces porque quieres y lo que haces para agradar a otros.

Haz una lista reflexionando sobre tus hobbies, tus gustos, tu forma de vestir, tus decisiones más importantes, etc. En general, todo aquello que te afecta. Después responde a esta pregunta: ¿Por qué elegí o por qué me gusta esto? Si la respuesta es “porque le gusta a Fulanito”, ya tienes una cosa más que cambiar.

3. Autorrefuérzate

A medida que vayas descubriendo tu propio camino y cambiando tu forma de actuar, prémiate. Es un gran esfuerzo y debes enorgullecerte por ello.

Plántate frente al espejo y dite a ti mismo “eres increíble”. Al principio te dará vergüenza, pero te mereces ese refuerzo.

4. Aprende a tolerar las críticas constructivas sin venirte abajo

Todo el mundo tiene que lidiar alguna vez con críticas. No somos perfectos y es positivo que nos digan lo que hacemos mal. Por eso cuando alguien cercano te diga “oye, esto no me ha gustado”, tienes que pararte, reflexionar y responder a varias preguntas:

  • ¿He actuado de verdad mal?
  • ¿Podría haberlo hecho mejor?
  • ¿Me están criticando desde el cariño o desde la superioridad moral?
  • ¿Debo cambiar mi opinión o defender mi punto de vista?

No tengas miedo a debatir y tampoco te desanimes ante las críticas; nos hacen mejores personas.

5. Cambia tu forma de ver los errores

Tienes que confiar en tu criterio sin pedir validación a los demás. Esto significa que a veces te vas a equivocar y la responsabilidad será tuya y de nadie más, porque eres quien ha tomado esa decisión. ¿Pasa algo por cometer un error? ¡En absoluto! Eres un ser humano, no un robot.

No dejes que una equivocación esporádica arruine todo el esfuerzo que has hecho. Es normal sentirte triste o decepcionado contigo mismo momentáneamente, pero tienes que volver a levantarte y seguir intentándolo. Un error no determina tu valía.

Una persona no se vuelve independiente de un día para otro; puede tardar meses o años, pero merece la pena.

Si no sabes cómo cambiar, si lo has intentado varias veces y no has podido o si la necesidad de aprobación está afectando a tu bienestar psicológico y tu vida social o laboral, pide ayuda psicológica.