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Cerca de Cabo Peñas, en Asturias, ha sido necesaria la intervención de un helicóptero de Emergencias para rescatar a "Bolero", un toro de más de una tonelada que cayó ayer por un acantilado desde un prado hasta la playa de la Carnera, en la parroquia de Ferrero (Gozón). El dueño aún no se lo explica. "Es un animal muy noble. Se arrimó más de la cuenta al acantilado y no sabemos cómo llegó hasta la playa", explica Ángel Ramón Álvarez, de la ganadería Casa Vocal. Bolero es fuerte como demuestra el hecho de que solo haya sufrido heridas en la boca y una pata.
El rescate ha sido de película. Nada menos que dos aeronaves, una para alzar al animal y otra para recoger a los integrantes del servicio de rescate. Previamente, el veterinario había sedado al animal para evitar riesgos durante el procedimiento.
Los bomberos habían tratado ayer de rescatar al toro, pero el helicóptero enviado era demasiado pequeño para cargar con el animal, que pesaba más de lo que se pensaba. No han faltado resbalones. La operación tuvo que volver a realizarse. Y al final Bolero acabó su paseo por la playa.
No es la primera vez que vemos a un animal rescatado por los aires. En la localidad madrileña de El Boalo, atrapada en unos alambres y entre unas zarzas, los bomberos rescataron el pasado mes de marzo a Olivia, una burra. El animal había quedado atrapada cerca de la ermita de la localidad, en la Sierra de Guadarrama.
Cuando llegaron las emergencias, Olivia estaba exhausta por todo el esfuerzo que había hecho para intentar liberarse. Fue necesaria la intervención de un helicóptero de emergencias para sacarla de donde había quedado atrapada. Suspendida en un arnés, Olivia fue rescatada por el aire sana y salva.
Tremenda sorpresa se llevaron también hace escasas fechas los vecinos de El Molar. Un helicóptero del Grupo Especial de Rescate en Altura (GERA) de los Bomberos de la Comunidad de Madrid rescataba a esta vaca que había caído por un terraplén de unos 40 metros de altura a una zona de muy difícil acceso en la localidad El Molar.
La vaca, perteneciente a una explotación ganadera, se perdió y fue encontrada días después en una zona de difícil acceso. Los ganaderos limpiaron la zona de zarzas y ramas para que saliera del lugar ella misma, pero se metió más dentro, quedando finalmente encajada entre unos árboles.
Hasta el lugar acudieron bomberos especializados, que le sedaron y colocaron un arnés. Entonces, la izaron y la sacaron en un helicóptero, en una maniobra muy rápida porque la sedación en estos animales dura unos pocos minutos.