Ansiedad fuera: cinco trucos para que ligar te deje de parecer un infierno

  • Si ligar te da más quebraderos de cabeza que alegrías, estos trucos te pueden resultar muy útiles para ganar seguridad en ti mismo

Aunque muchas personas consideran el flirteo como algo divertido y desenfadado, otros lo viven con gran ansiedad. Nervios, sudores fríos, ganas de ir al baño y demasiadas rumiaciones (pensamientos negativos) son los síntomas característicos cada vez que intentan ligar con alguien y, en consecuencia, no disfrutan del momento. Viven la experiencia como algo tormentoso y empiezan evitar cualquier interacción con personas que les atraen, lo que resulta muy contraproducente. Irónicamente esta ansiedad suele desaparecer con la práctica, pero hay algunos consejos que pueden resultar muy útiles si quieres ser más seguro a la hora de flirtear.

Todo es fácil en la teoría, pero cuando tenemos que pasar a la práctica da igual lo mucho que hayamos leído o todos los consejos que nos hayan dado, los nervios pueden jugarnos una mala pasada. Sea como sea, ligar se asemeja mucho a conducir. Al principio nos subimos al coche con gran tensión y estamos pendientes de absolutamente todo lo que sucede a nuestro alrededor. Si hay mucho tráfico nos ponemos muy nerviosos y cuando tenemos que adelantar nos tiemblan hasta las manos. Con el tiempo automatizamos todos esos movimientos y empezamos a disfrutar, y todo aquello que antes generaba ansiedad se convierte en una situación relajada e incluso entretenida.

Este proceso no es sencillo y requiere de mucha práctica, pero hay algunos consejos que pueden facilitarnos el trabajo:

1. La importancia de la comunicación no verbal

Al principio te va a costar y puede resultarte forzado, pero debes fijarte en tu comunicación no verbal para mejorarla. Algunos tips básicos son mantener el contacto visual, sonreír de forma relajada, acariciarle el brazo si todo va bien, bailar juntos, etc.

Sin duda el gesto más importante es mirar a los ojos, ya que transmites que estás escuchando a la otra persona y que estás interesado en lo que te está contando. Sin embargo, es un poco difícil mantener el contacto ocular cuando eres tímido, por eso es importante que practiques con amigos, familiares o con desconocidos. Poco a poco irás adquiriendo el hábito y te costará menos.

2. Comparte tus sentimientos

Aunque por suerte la sociedad está evolucionando todavía existen ciertos estereotipos de género, y se cree que hablar de las emociones es algo más valorado en las mujeres que en los hombres. Debemos romper este mito y expresar lo que sentimos sin miedo, sea cual sea nuestro género.

Si una persona te gusta, díselo claramente. No intentes parecer inaccesible o duro para que tu ligue se interese más, porque corres el riesgo de que suceda justo lo contrario y pase de ti. Coméntale que estás a gusto, que disfrutas pasando tiempo con él o con ella y que te gustaría seguir conociéndoos. La sinceridad es la clave para gustar a una persona.

Si dice “no” es no, y si no dice “sí” también es no

3. Liga siempre desde el respeto

A la hora de ligar es fundamental respetar el espacio y las necesidades de la otra persona. Si ves que tu ligue está pasándoselo bien con sus amigos y que te está prestando poca atención, es posible que no le intereses. Puedes acercarte a hablar, pero si notas que la conversación no fluye lo mejor que puedes hacer es poner freno y respetar su decisión.

En cambio, si notas que la otra persona está receptiva y hay feeling, ten una cosa muy clara: tiene derecho a cambiar de opinión en cualquier momento y tú también. Seguir la conversación a alguien no es un contrato inamovible que garantice sexo. Cabe la posibilidad de que alguno de los dos dejéis de estar cómodos y no pasa nada si eso sucede.

Sea como sea, debes respetar las necesidades de tu ligue y tener en mente los límites del consentimiento. Si la otra persona está cómoda, lo notarás, pero si percibes cualquier atisbo de que quiere frenar, frena. Si dice “no” es no, y si no dice “sí” también es no.

4. Un rechazo no te define

Como veíamos en el punto anterior, existe la posibilidad de que tu ligue no quiera nada contigo. Esto no define ni tu valor ni lo atractivo o interesante que eres. Todos tenemos nuestros gustos y también hay ciertos momentos en los que simplemente no queremos nada por nadie.

Si por algún casual una persona te rechaza, es importante que mantengas la calma. No le faltes al respeto para ensalzar tu autoestima herida y tampoco intentes hacerle sentir culpable. Dile que respetas su decisión y que agradeces su tiempo, y sigue con tu vida.

Después de este pequeño batacazo sentimental, a lo mejor te cuesta ligar con otras personas. Es entendible, pero no debes dejar que el miedo reprima lo que sientes o lo que quieres hacer. Lo que ha sucedido en el pasado no determina lo que puede pasar en el futuro, y a lo mejor la siguiente persona sí que quiere algo contigo. ¡Inténtalo!

5. No finjas ser otra persona

Todos queremos gustar y, en su justa medida, a veces alardeamos de nuestros conocimientos, méritos y habilidades. Una cosa es eso y otra muy distinta inventarte una vida o fingir ser algo que no eres sólo para gustar a la otra persona.

Imagina que tras mentirle sobre algo como tu trabajo, tus gustos o tu pasado, seguís hablando y os gustáis. Empezáis a quedar y la cosa se pone seria. Tarde o temprano tendrás que decirle la verdad o se enterará por su cuenta, y en ese momento te vas a arrepentir de haber mentido o disfrazado la verdad. Evita ese mal rato siendo sincero desde el comienzo.

Para que todos estos trucos funcionen, es importante que los pongas en práctica. Si aun así no eres capaz de ligar porque te sientes excesivamente ansioso, ponte en contacto con un profesional de la salud mental para mejorar tu autoestima y tus habilidades sociales.