La covid deja sin instalaciones a clubes amateur mientras en las canchas abiertas municipales reina el descontrol

  • Deportistas de equipos modestos se enfrentan a la contradicción de no poder utilizar sus instalaciones mientras otras están abiertas a grupos de particulares sin personal de control ni medidas anti-Covid

  • Ante la no apertura de su campo de fútbol, el club Juventud Madrid inicia su pretemporada en el césped de un parque de la ciudad

Son las seis de la tarde. En el Parque Enrique Tierno Galván de Madrid, la temperatura alcanza los 32 grados a la sombra. Un tiempo demasiado caluroso para un 10 de septiembre, de modo que las praderas y los caminos del parque aún están vacíos, sin niños jugando ni gente paseando.

Cristian Gómez Fernández, entrenador del Juvenil A, categoría Preferente, de la Escuela de Fútbol Juventud Madrid de Vallecas, acompañado por su ayudante Izan, esparce por el césped balones de fútbol, picas, conos y aros. Con una tableta en su mano, chequea detalladamente los ejercicios para este segundo entrenamiento de la semana. Mientras va dibujando esquemas sobre la hierba con los distintos materiales deportivos, empiezan a aparecer los jugadores.

Van cargados con sus bolsas deportivas al hombro, vestidos con el equipamiento del club, solos, en parejas o en grupo. Todos ellos cubren su rostro con una mascarilla. A las 18.30 horas, manteniendo siempre la distancia de seguridad y con la cara cubierta, los chavales se disponen en círculo, en cuyo interior se sitúa Cristian, que da las primeras instrucciones de esta sesión de entrenamiento. Empiezan dos horas durante las que los chavales volverán a sentirse futbolistas tras meses de confinamiento y parón deportivo.

Instalaciones cerradas

El Juventud Madrid pertenece al madrileño barrio de Entrevías, situado en el distrito de Puente de Vallecas. Actualmente, algunas instalaciones deportivas municipales de esta zona de la capital permanecen cerradas, tras no haber sido reabiertas tras el Estado de Alarma. Una de ellas es el campo de fútbol de césped artificial del Centro Deportivo Municipal Entrevías, sede de entrenamientos y partidos del Juventud Madrid.

De este modo, los chicos y chicas de este club, como otros modestos y del deporte base, no puedan disfrutar de sus instalaciones para practicar su deporte de manera reglada y con los debidos controles higiénicos y sanitarios recomendados para combatir la propagación de la Covid-19, como son la toma de temperatura, el uso de mascarillas, el mantenimiento de la distancia de seguridad y el lavado de manos.

Una circunstancia que es sumamente contradictoria con el hecho de que otras instalaciones deportivas situadas en el mismo barrio, cuyo acceso es abierto y sin ningún tipo de control, estén, al mismo tiempo, abarrotadas de chavales y mayores, unos jugando partidos y otros viéndoles o esperando el turno para entrar a la cancha, con la popular fórmula del ‘Rey de la Pista’, por la que se mantiene dentro el equipo ganador y sale el perdedor.

Así ocurre en muchas canchas de baloncesto, campos de fútbol sala, e incluso campos de fútbol, como son varios situados a lo largo de la calle Puerto de Balbarán, donde grupos de jóvenes y no tan jóvenes se reúnen para jugar sin mascarillas, sin mantener el distanciamiento aconsejado y sin ningún tipo de limpieza de manos. Espacios donde, todos los días, se puede ver a decenas de personas, de todas las edades, compartiendo bebidas, sentados unos al lado de otros, celebrando efusivamente las victorias de sus “pachangas”, etc.

Pendientes de la reapertura

La fecha oficial que tiene el Juventud Madrid para la reapertura de su campo de fútbol es el cinco de octubre, aunque hay otras instalaciones municipales dentro del distrito que ya abrieron el 14 de septiembre, incluyendo piscinas y pabellones cubiertos donde se practica gimnasia rítmica, voleibol, kárate, actividades dirigidas a personas mayores de 65 años, etc.

Jesús Romero, presidente de la Escuela de Fútbol Juventud Madrid, explica que hubo instalaciones municipales que incluso abrieron sus puertas principio del verano, para deportes individuales, como el tenis o pádel, algo “comprensible porque son deportes en los que se podían mantener mejor los protocolos exigidos”. Ese fue el primer paso de apertura de las instalaciones deportivas municipales durante la Fase 1 de la Comunidad de Madrid.

Posteriormente, con la entrada de la Comunidad de Madrid en la Fase 2, algunos ayuntamientos permitieron la apertura al público de otras instalaciones deportivas descubiertas, como pistas de atletismo, campos de fútbol y canchas de frontón y vóley-playa. Jesús Romero apunta que “los distritos de Villa de Vallecas y Puente de Vallecas se sumaron semanas más tarde a esta apertura.

No obstante, mientras Villa de Vallecas abrió finalmente con total normalidad incorporando la normativa establecida para el Covid-19, no ocurrió así en todas las instalaciones de Puente de Vallecas. Una de ellas es el citado polideportivo de Entrevías, incluido el campo de fútbol utilizado por Juventud Madrid, que sigue sin abrir pese a que otras instalaciones del propio distrito ya están operativas”, como es el caso del cercano Polideportivo Municipal Alberto García, donde, curiosamente, un grupo de personas que quiera hacer uso de sus instalaciones para jugar al fútbol puede hacerlo, previo abono del alquiler del campo.

Denuncia del equipo

El presidente de la Escuela de Fútbol Juventud Madrid se lamenta de que en un mismo distrito exista esta diferencia entre la apertura de unas instalaciones municipales y otras, pues “lo lógico sería que todos abriéramos a la misma vez y en las mismas condiciones”. Además, insiste Jesús Romero, es “ilógico e incoherente que nosotros, con todos los controles y cuidados, no podamos utilizar nuestro campo y, al mismo tiempo, se facilite en otras instalaciones el alquiler por particulares o, peor aún, se permita que la gente use los campos abiertos y también se cuele en los cerrados, para jugar partidos sin ningún tipo de medida ni comportamiento anti Covid-19”.

Actualmente, el Juvenil A Preferente del Juventud Madrid tiene puesto el foco en el próximo 18 de octubre, fecha en la que está previsto que se inicie su competición. Desde el cinco de octubre, cuando su campo estará, en principio, operativo, el equipo solo contaría con trece días para hacer la pretemporada. Muy pocas sesiones para conseguir que sus jugadores adquieran la forma idónea, máxime si se tiene en cuenta que los miembros del equipo llevan meses sin entrenar ni competir a causa del coronavirus.

Por eso, desde la directiva de la Escuela se le autorizó para que buscara soluciones hasta que llegase ese ansiado cinco de octubre. Así, continúa Jesús Moreno, “buscamos de manera privada alguna instalación que estuviera abierta y la hemos encontrado en Villa de Vallecas, para utilizarla a partir del 15 de septiembre, dos días en semana, con dos grupos diferenciados”.

Solución temporal: entrenar en un parque

Pero, hasta esa fecha, prosigue el presidente de la Escuela de Fútbol, “el entrenador me comentó la posibilidad de iniciar los entrenamientos durante la semana previa en un parque, abandonados de la mano de Dios, para poder empezar a ponernos en forma”.

Cristian Gómez Fernández dedicó varios días a visitar diferentes. Finalmente, encontró un área en el Parque Tierno Galván con una explanada. “Entrenamos con grupos reducidos, porque la Real Federación de Fútbol de Madrid (RFFM) solo nos permite un máximo de 20 deportistas por entrenamiento en precompetición”.

La actividad deportiva que realizan los jugadores, explica Gómez Fernández, “consiste en ejercicios analíticos, donde los jugadores están separados y no hay contacto. Ahora estamos haciendo una readaptación, porque esta debería ser nuestra tercera semana de entrenamiento y, sin embargo, es la primera”. Los ejercicios en el parque se complementarán con otros dos días en semana en el campo de fútbol Mar Abierto, alquilado en Villa de Vallecas.

El entrenador del Juventud Madrid reivindica la apertura de las instalaciones municipales. “Son necesarias para que los chavales hagan uso de ellas de una manera controlada, con personal adecuado que le tome la temperatura, vigile la limpieza de manos, la higiene de los espacios, etc. Quizás, así se evitaría que algunos jóvenes se colasen en las instalaciones sin mascarilla, sin cumplir distancias de seguridad, etc. No tiene sentido que no empecemos con el deporte federado y reglado, con todos los controles, cuando, al mismo tiempo, puedo ir a un bar donde, por ejemplo, no me toman la temperatura. Chicos y chicas llevan mucho tiempo parados. Y queremos incorporarlos a la “nueva normalidad”, también en el deporte”.