El equipo merengue se dejó sus primeros puntos de la temporada en territorio bilbaíno. Sin la fluidez de las primeras jornadas y con cierta lentitud en la salida del balón, el Madrid fue de menos a más y dio vida al Athletic en una primera parte que siempre fue de los vascos.
Además, la ausencia de Casemiro en el centro -Lopetegui le dio descanso- dejó mucho más desprotegido al conjunto madrileño, que sufrió con las carreras de Williams, pero sobre todo con la aparición en segunda línea del siempre combativo Raúl García. Y ahí fue cuando llegaron las primeras ocasiones de los locales, imparables en los metros finales.
Williams se topó dos veces con Courtois y Susaeta estuvo cerca de marcar por la escuadra en un balón sin dueño hasta que una jugada del centraocampista de Éibar terminó con el balón en el área pequeña. La pantera de Bilbao no llegó al remate -lleva dos años sin marcar en San Mamés- pero sí alcanzó la puntera de Iker Muniain, que desató el éxtasis en las gradas del coliseo 'león'.
El equipo de Lopetegui buscó la reacción con el talento de Modric, que obligó a Unai Simón a realizar la primera gran intervención de la noche, pero -entre tanto- tuvo que lidiar con el ímpetu de los vascos. Sólo un fuera de juego de Raúl García evitó el segundo tanto de un Athletic que se fue ganando al descanso y con mejores sensaciones que su rival.
En la segunda mitad, Lopetegui tocó varias teclas. La primera de ellas fue la entrada de Casemiro por Ceballos -más apagado tras su partidazo con la selección- y la segunda fue el cambio de idea, que no de dibujo, para hacer frente al Athletic. El equipo creó más espacios, buscó la espalda de la defensa rival y dispuso de las mejores oportunidades.
De ello tuvo buena parte de 'culpa' el balear Marco Asensio, alma de un Real Madrid que cada día tiene más hecho a su imagen y semejanza. El mallorquín buscó el empate por todos los medios, al igual que Ramos en un rechace a falta de Bale, pero el gol no llegó hasta que Isco no sacó su cabeza a relucir en una acción con el camero y el galés como protagonistas.
El centro de Bale, con la pierna derecha, sirvió el cuero a Isco para que marcase a placer en el corazón del área. El tanto tranquilizó a un Real Madrid que se sabía capaz de remontar el duelo. Sin embargo, el Athletic subió un escalón con la entrada de Mikel Rico y San José. Más balón y menos riesgo. Además, Unai Simón no paró de reclamar los focos en cada acción.
Asensio lo buscó a la desesperada y el Athletic pidió mano de Casemiro en una jugada dentro del área, pero el marcador ya no cambiaría. Ni tan siquiera con un disparo lejano de Rico que hizo estirarse a Courtois con el tiempo cumplido. El empate deja un sabor agridulce a los blancos, que ven al Barça -por primera vez en la temporada- a dos puntos de distancia.