La caída de la libra pone en entredicho la histórica rebaja fiscal del Reino Unido
La libra toca fondo frente al dólar pese a la intervención del Banco de Inglaterra y el Tesoro
El Gobierno británico ha anunciado la mayor rebaja fiscal en 50 años
Los mercados internacionales desconfían de los planes económicos de la nueva primera ministra británica Liz Truss
MadridLa libra esterlina ha llegado a caer a lo largo del lunes a su cotización más baja frente al dólar. Apenas unos centavos por encima de la moneda estadounidense. Durante los 70 años del reinado de Isabel II, cuya efigie aun figura en los billetes, la libra nunca estuvo por debajo del dólar. Ahora es más que posible. Es cierto que a lo largo de este año el euro y el yen también se han depreciado en un porcentaje equiparable frente al dólar por la subida de tipos de interés en EE.UU., pero la última semana la libra también ha caído frente a otras divisas. ¿Qué le está pasando?
El mayor recorte fiscal en 50 años
La libra lleva desplomándose en los mercados internacionales desde que el pasado viernes el Gobierno de Truss anunció el mayor recorte fiscal en 50 años. "Un nuevo enfoque para una nueva era". Así fue como lo definió el ministro de Hacienda, Kwasi Kwarteng. En un discurso de 30 minutos, anunció una serie de ambiciosas bajadas de impuestos para reactivar el crecimiento económico: desde una reducción en el impuesto de la renta a menores tasas en las compras inmobiliarias o dejar de lado un plan para subir el impuesto de sociedades. El Estado dejaría de ingresar unos 45.000 millones de libras (50.000 millones de euros, según la cotización del lunes; 1 libra=1,11 euros).
Todo esto al tiempo que el Gobierno anunciaba un cuantioso plan de gasto para aliviar la subida de los costes de la energía a los hogares y las empresas: 60.000 millones de libras en los próximos seis meses. ¿Y cómo se va a pagar todo esto? La reactivación economica traerá más ingresos, confía el Gobierno, pero los mercados creen que lo que vendrá inevitablemente será más déficit y más deuda. "Una jugada arriesgada", esa ha sido una calificación entre los analistas de los medios británicos.
¿Por qué cae la libra?
El economista Manuel Alejandro Hidalgo, de la Universidad Pablo de Olavide y senior fellow de EsadeEpol explica la secuencia: "El Gobierno británico les ha dicho a los mercados que van a bajar impuestos, pero nada sobre cómo lo van a financiar. El mercado asume que el déficit se va a disparar este año y los siguientes. Más déficit es más deuda. La deuda pública británica se devalúa. Como va a haber más, esta vale menos. Quien la tenga ve que pierde valor. La vende. Esta venta genera dos efectos. El primero, cae el precio de la deuda y sube su rentabilidad. Pero además esa venta es a favor de otra deuda denominada en otra moneda. La libra tiene la peste ahora. ¿Dónde buscan refugio? El dólar. Consecuencia: el tipo de cambio se desploma"
A la inestabilidad de la libra, con oscilaciones del 5% entre los puntos más altos y más bajos del lunes, hay que sumar los intereses cada vez más altos que piden los inversores por comprar deuda británica. Si el interés del bono a 10 años apenas superaba el 1% en enero, ahora se sitúa por encima del 4%, el nivel más alto en 12 años.
El Banco de Inglaterra no convence
Los mercados han especulado durante todo el lunes algún tipo de intervención de emergencia por parte de la autoridades monetarias y fiscales del Reino Unido para sostener el valor de la libra. Una opción habría sido lanzarse a comprar libras para tratar de frenar su caída. Otra, una subida de tipos de interés de 1%. Una medida radical, apenas unos días después de que el propio banco los hubiera subido medio punto.
A media tarde, el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, ha emitido un comunicado extraordinario en el que ha indicado que "no dudará en cambiar los tipos de interés tanto como sea necesario para devolver la inflación al objetivo del 2% sostenible a medio plazo", pero ha aplazado cualquier intervención a su reunión de noviembre. Quiere antes "evaluar de manera completa" el impacto de los planes del Gobierno sobre la inflación y la caída de la libra y actuar "en consecuencia". ¿Por qué?
- Por un lado el Ejecutivo quiere estimular la economía bajando los impuestos, pero eso puede traducirse en mayor consumo y derivar en más inflación.
- Y precisamente contra esta inflación está luchando el banco central de Inglaterra subiendo los tipos de interés.
- Existe un gran de incompatibilidad con ambas medidas.
La intervención de la máxima autoridad monetaria no ha tranquilizado a los inversores. Tampoco un comunicado en el que Hacienda promete adelantar su estrategia para controlar la deuda. En vez de remontar el vuelo, la libra ha vuelto a caer tras ambos comunicados. "Demasiado poco, demasiado tarde", era la valoración compartida por los analistas financieros en la tarde del lunes.
Desconfianza en los planes de Truss
La depreciación de la libra y la escalada de la rentabilidad que exigen los inversores por comprar deuda británica ha llevado a algunos analistas a hablar de crisis monetaria más propia de un mercado emergente. "Es el efecto de un anuncio no creíble de bajada de impuestos. Un error básico y típico de países emergentes", comenta el economista Manuel Alejandro Hidalgo. "Parece que vamos a una espiral que vemos habitualmente en las crisis de los mercados emergentes, donde los políticos tienen que emplearse a fondo por afianzar su credibilidad", comenta en el Financial Times el economista jefe del Banco de Singapur, Mansoor Mohi-uddin.
A The Economist, sin embargo, no le parece plausible que un país como el Reino Unido camine hacia una crisis monetaria como las que padecen países menos desarrollados. "Su tipo de cambio es flexible -no como cuando la libra fue expulsada del Sistema Monetario Europeo en 1992-, sus mercados financieros son amplios y sofisticados, tiene poca deuda en divisa extranjera y el banco central es independediente del Gobierno".
En resumen, el Reino Unido no es Argentina, un país azotado por las frecuentes crisis de su moneda. ¿Qué está pasando, entonces? Para los analistas del semanario británico la explicación más simple es que los inversores no creen que los recortes fiscales del Gobierno lleven al crecimiento económico y consideran, además, que el Brexit ha dejado a la libra en una situación más vulnerable a ojos de los inversores internacionales.