Mujeres con renta baja y cabeza de familia: el perfil de la feminización de la pobreza

  • Dos de cada tres de las familias más necesitadas mantienen los ingresos, y sólo una de cada 10 los ha aumentado

  • Las ganancias disminuyen en casi tres de cada 10 familias de mujeres solas con hijos

  • El 54% de la población empeoró su estado de ánimo durante la pandemia y sólo un 2% lo mejoró

La salida de la pandemia ha sido más difícil para las familias con menos recursos. El 22,5% de las que tiene una renta por unidad de consumo menor de 9.215,60 euros afirman que sus ingresos se habían reducido en los 12 últimos meses. En términos absolutos son más de 4,2 millones de hogares.

Pero si la persona de referencia de estas familias es una mujer, el porcentaje se eleva al 24,5%. Hablamos de casi dos millones de hogares, uno de cada cuatro encabezados por una mujer.

Por su parte, el 67% de las familias más necesitadas afirman tener los mismos ingresos que un año antes. Y sólo una de cada 10 han incrementado sus rentas, según los datos del módulo sobre el impacto del COVID-19 de la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, que recogió la información en los últimos meses de 2021.

Según van aumentado los niveles de ingresos, los porcentajes de hogares que han reducido su renta disminuyen. Pero en todos los casos, son superiores cuando la persona de referencia es una mujer.

Así, más del 18% de los hogares con rentas por unidad de consumo de 9.215,60 a 18.418,10 euros y con una mujer como cabeza de familia afirman ingresar menos que hace 12 meses. Y cerca del 12% de los que ganan 25.416,20 o más euros. 

La encuesta se refiere a renta por unidad de consumo, que se calcula teniendo en cuenta las economías de escala de los hogares. Esto es, dividiendo los ingresos totales por las unidades de consumo, asignando un peso de un punto al cabeza de familia, de 0,5 puntos al resto de adultos y de 0,3 a los menores de 14 años, según la medición de la OCDE.

Superior quebranto en las mayores de 30

Las mujeres, como persona de referencia del hogar, han sufrido un deterioro de sus ingresos en mayor medida que los hombres en todas las edades superiores a 30 años.

Así, han reducido su renta el 22,7% de las que tienen de 30 a 44 años (frente al 18,2% de los hombres), el 23,2% de las que tienen de 45 a 64 años (por encima del 19,9% de los varones) y el 9,5% de las mayores de 65 años (frente al 7,4%).

Sin embargo, el porcentaje de mujeres de 16 a 29 años que han visto bajar sus ingresos es del 15,7%, casi dos puntos inferior al 17,5% de los varones.

Hogares monoparentales, el peor escenario

Si nos fijamos en los tipos de hogar más frecuentes en España, los que menos afirman haber sufrido consecuencias económicas negativas por la pandemia son los unipersonales –apenas el 13% ha bajado su renta en los 12 últimos meses– y los formados por dos adultos sin hijos –el 15%, aunque si la persona de referencia es una mujer el porcentaje se eleva al 17%–.

Estos porcentajes son más elevados en las familias formadas por dos adultos y al menos un hijo dependiente. El 20% han reducido sus ingresos.

En el caso de los hogares monoparentales, el porcentaje se dispara hasta el 27%. En este caso hay una clara diferencia por sexo del cabeza de familia. Si es una mujer con hijos supera el 28%, frente al 21% si es un hombre.

Hay que matizar que la encuesta entiende por hijo dependiente a los menores de 18 años y a los de 18 a 24 años económicamente inactivos.

El estado de ánimo empeoró durante la pandemia

A este deterioro de los ingresos se suma un talante más negativo entre la población. El 54% de los españoles de 16 y más años (21,4 millones de personas) empeoró su estado de ánimo durante la pandemia. Más las mujeres –el 59% (cerca de 12 millones)– que los hombres –el 49% (casi 9,5 millones)–.

Según este módulo de la Encuesta de Condiciones de Vida, sólo el 2% de la población mejoró su ánimo durante la pandemia. Los más optimistas fueron los hombres de 16 a 44 años (un 3% afirma que lo aumentó). Y las menos, las mujeres mayores de 65 años (apenas un 1%).

Ahora que la pandemia parece haber quedado atrás, al menos en su fase más letal, veremos como evolucionan los ingresos y el estado de ánimo de la población ante las nuevas incertidumbres que aparecen en el horizonte.

Las mujeres y, entre ellas, las que tienen menos recursos y las que tiran de su familia han sido las más afectadas hasta ahora. Será muy positivo que recuperen el terreno perdido, que mejoren su renta y, de paso, que vean el futuro con más optimismo.