El frenazo de Donald Trump con los aranceles, ¿por qué ha cambiado de idea?
El hundimiento de las bolsas mundiales y el encarecimiento de la deuda norteamericana ha obligado a Trump a pausar la guerra arancelaria
La guerra de los aranceles de Donald Trump
Donald Trump, tras la entrada en vigor de los aranceles a China, la Unión Europea y casi 60 países: "Me besan el culo"
El 'Día de la liberación' anunciado por Donald Trump a bombo y platillo para "Hacer a EE. UU. rico de nuevo" se ha quedado solo en un 10 % de aranceles. El presidente de Estados Unidos ya nos tiene acostumbrados a anuncios grandilocuentes seguidos de rectificaciones que llegan al borde de cumplirse sus amenazas. Bien lo saben Canadá o México y, ahora, el resto del mundo, excepto China a quien el castigo crece en un ambiente de guerra comercial total. Pero ¿a qué se debe este bandazo de Trump con lo que él denomina "aranceles recíprocos"?
Los nuevos aranceles de Donald Trump consistían en un 10 % a todas las importaciones procedentes de todo el mundo con un castigo aún mayor a 60 países, entre los que estaban todos los de la Unión Europea.
El peor escenario posible: hundimiento de deuda y bolsas
Pero ha bastado solo una semana para que Trump dé marcha atrás ante el derrumbe de las bolsas de todo el mundo y, lo que era más preocupante la subida de las tasas de interés de los bonos estadounidenses, un valor refugio que ahora encarecía la deuda del país ante la fuga de inversores.
Acostumbrado a no reconocer una derrota o a señalarlas como victorias, Trump justificaba el chaparrón comparando al país con un paciente, al que están aplicando una medicina sanadora, pero con efectos secundarios.
Pero el problema era aún más profundo porque los apoyos de sus partidarios empezaban a resquebrajarse, entre ellos, de los más sonados fue el de su discípulo Elon Musk, quien denunciaba una guerra sin sentido en un mundo globalizado. La distancia entre ambos socios se enconó aún más cuando el dueño de Tesla llamó "imbécil" al Peter Navarro, el principal asesor económico de Trump e ideólogo de la ofensiva arancelaria.
En pleno pánico bursátil y del mercado de deuda, con las alarmas de una recesión mundial encendidas, el presidente estadounidense tiraba de arrogancia y falta de respeto para asegurar que los países corrían a besarle el culo.
"La gente se está poniendo nerviosa"
Y ahí fue cuando todos se dieron cuenta de que había que parar la locura arancelaria que empezaba a poner en grave riesgo la financiación del país y empezaron los mensajes cruzados y las llamadas del Partido Republicano para reconducir una crisis nacida en la Casa Blanca y que, como ha reconocido el propio Trump a modo de excusa, "la gente se estaba pasando de la raya y poniéndose nerviosos".
Toda una retractación al estilo Trump que no quiso dar su brazo a torcer sin antes avisar a través de su red social que era un gran momento para comprar.
Trump también ha querido mostrarse benévolo al asegurar que "no queremos dañar a países que no necesitan ser dañados" y que "ahora quieren negociar".
El epílogo de esta semana de zozobra comercial en todo el mundo ha sido el de miles de millones de euros perdidos por empresas y mercados, y un repunte de las bolsas que vuelve a hacer ricos de nuevo a sus dos amigos.
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