Instagram anuncia sus planes para sumarse al comercio online

  • La red social intermediará entre usuarios, marcas e 'influencers' con un botón de compra directa

  • La plataforma de fotos y vídeos es la red que más ha aumentado la frecuencia de visitas

Es un pastel demasiado tentador para no hincarle el diente. Mil millones de personas observando una pantalla y siguiendo en ella tendencias, famosos y marcas. ¿Cómo resistirse a dar el último paso para convertir el gran escaparate que es Instagram en un centro comercial?

El jefe de la red social de fotografías y vídeos Adam Mosseri acaba de reconocer que esa es su intención: unir a compradores, vendedores e influencers. Es decir, ser intermediario y aprovecharlo.

Si me gusta, ¿lo quiero?

Entre los planes de Mosseri está que la aplicación cuente con algo parecido a un carrito de la compra y un botón donde adquirir directamente lo que nos gusta sin tener que pasar por las webs de las marcas como sucede hasta ahora.

"Tiene lógica que quieran sacar más rendimiento esta aplicación, especialmente popular entre los jóvenes, que son los que realizan compras de forma más impulsiva", dice Agustín Carbajo el responsable de Inbound Marketing de Antevenio. Hoy por hoy Instagram (IG) gana dinero vendiendo publicidad a los anunciantes, igual que lo hace su hermana mayor, Facebook. La decisión de apostar por la pequeña para impulsar el comercio electrónico se puede explicar también porque directivos de la compañía en Europa reconocen en privado estar sorprendidos por el crecimiento exponencial de Instagram. Hablan de aumentos no registrados en ninguno de sus productos.

El acierto de Instagram, según Carbajo, ha sido integrar anuncios en una plataforma pensada para compartir fotos de nuestro tiempo de ocio. Y hacerlo de forma equilibrada. “No han saturado a los usuarios y han ido introduciendo pequeños cambios para poder comprar en pocos pasos el producto del que te acababas de enamorar”. La idea anunciada ahora sería el paso definitivo de la app en el camino al comercio online.

De los influencers a tu armario

Si le seduce la idea de comprar a golpe de “me gusta” y estaba ya preparando la tarjeta, puede relajarse. Según la propia compañía esta realidad tardará entre cinco y diez años en llegar. Lo que en este mundo tecnológico es una auténtica eternidad. Para contextualizar, hace diez años Instagram ni siquiera existía.

Adam Mosseri ha asegurado en una entrevista en Financial Times que de momento hay que crear las infraestructuras y buscar la manera de gestionar los pagos en cada país. Aunque desde el pasado mes de marzo la red social de las marcas está haciendo experimentos permitiendo la compras entre una veintena de firmas de moda elegidas (Zara, Adidas, Dior, Prada, Nike…). En este caso el pago se procesa a través de PayPal.

La competencia

¿Debería estar temblando Amazon? Según Carbajo, no. “Tiene muy poco que temer porque su superioridad es muy grande. Si Instagram quiere evolucionar tendrá que hacerlo poco a poco, haciendo cosas que se puedan medir porque no pueden dar pasos en falso. Y Amazon no se quedará de brazos cruzados”.

Quizá la empresa de Jeff Bezos, no se asuste de momento porque acumula casi la mitad de las compras online que se hacen en Estados Unidos, pero también tiene puntos débiles. Aunque es el destino preferido de los que ya saben lo que quieren comprar no ha conseguido posicionarse para las compras no previstas. Como cuando entras en una tienda a echar un vistazo y sales con una camisa que no necesitabas pero te ha encantado. En esas experiencias Instagram le saca varias cabezas de ventajas.

Para entender como es el pastel del que Zuckerberg quiere su trozo hay que recordar que el comercio online no deja de crecer. El pasado año aumentó un 18% y supone cerca de 2,9 billones de dólares. Demasiado apetitoso para no intentarlo.