Factura luz

La disminución del bono social eléctrico que te afectará a partir de julio y notarás en la factura de la luz

El bono social eléctrico pasará del 50% de descuento al 42,5%. JUNTA DE ANDALUCÍA - Archivo
  • El bono social eléctrico pasará a ofrecer un 42,5% de descuento para los consumidores considerados vulnerables, en lugar del 50% que se venía aplicando

  • Cada hogar afectado perderá unos 10,26 euros en ayudas de aquí a diciembre

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A partir de este martes 1 de julio, miles de familias españolas notarán un cambio importante en sus facturas de luz. El bono social eléctrico, una herramienta clave de apoyo a los consumidores vulnerables, reducirá los descuentos que hasta ahora permitían aliviar el peso del gasto energético en los hogares con menos recursos.

Este ajuste se aplicará durante todo el segundo semestre de 2025 y afectará de manera desigual a distintas regiones del país.

La decisión forma parte del desmantelamiento gradual de las ayudas excepcionales introducidas durante la crisis energética que siguió a la pandemia y la guerra en Ucrania.

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Aunque se argumenta que es un paso hacia la normalización, muchas familias aún sufren las consecuencias económicas acumuladas, y la rebaja en esta ayuda supone un nuevo obstáculo para mantener el equilibrio doméstico.

Menos descuento, más presión en los hogares vulnerables

El bono social eléctrico pasará a ofrecer un 42,5% de descuento para los consumidores considerados vulnerables, en lugar del 50% que se venía aplicando hasta ahora.

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Para los consumidores vulnerables severos, la reducción será del 65 % al 57,5 %. A primera vista, puede parecer una disminución menor, pero en términos concretos supone una pérdida de 1,71 euros al mes si se toma como referencia el precio medio actual del PVPC, estimado en 22,74 euros mensuales.

Esto significa que cada hogar afectado perderá unos 10,26 euros en ayudas de aquí a diciembre. Aunque la cifra pueda parecer reducida, su impacto se multiplica en aquellos hogares con ingresos limitados y gastos fijos elevados.

Además, se trata de familias que ya destinan una parte significativa de sus ingresos a suministros básicos como la electricidad.

Regiones más afectadas por la reducción

El bono social eléctrico no se distribuye de forma uniforme por todo el territorio. Su incidencia es mucho mayor en zonas con altos niveles de pobreza estructural, como Extremadura, Castilla-La Mancha o algunas provincias de Castilla y León.

Badajoz encabeza la lista con 84 beneficiarios por cada 1.000 habitantes, seguida de cerca por Cáceres con 78. En estas zonas, el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social (indicador AROPE) supera en algunos casos el 35 %.

A ello se suma el hecho de que las rentas medias por hogar en estas provincias están significativamente por debajo de la media nacional. Mientras que en España el ingreso medio ronda los 33.500 euros anuales por hogar, en lugares como Badajoz o Zamora apenas se alcanza una media de 27.000 euros.

En cifras absolutas, ciudades como Madrid y Barcelona son las que concentran el mayor número de beneficiarios del bono social eléctrico, con 184.527 y 127.601 usuarios respectivamente. Sin embargo, su peso relativo respecto a la población total es bastante menor que en las regiones más empobrecidas. En Madrid, por ejemplo, solo hay 25,8 beneficiarios por cada 1.000 habitantes; en Barcelona, 21,4.

Este contraste revela cómo, a pesar de la concentración urbana, las necesidades energéticas más urgentes se encuentran en zonas menos densamente pobladas, donde la pobreza tiene un carácter más estructural y menos visible.

Comunidades con mayores niveles de renta, como el País Vasco, Navarra o buena parte de Cataluña, presentan una incidencia muy baja del bono social, lo que refuerza la idea de su papel redistributivo.

Falta de información y acceso limitado

Un dato preocupante es que todavía más del 22% de la población aún desconoce la existencia del bono social eléctrico. Esto implica que una parte importante de los potenciales beneficiarios no accede a esta ayuda simplemente por falta de información o por barreras burocráticas.

El bono social eléctrico fue concebido para proteger a los más vulnerables del impacto del mercado energético. Su reducción llega en un momento delicado, cuando muchas familias aún no se han recuperado del golpe económico de los últimos años.