¿Sabes cuánto te cuesta tener el coche parado? El gasto oculto del vehículo que no usas
El gasto oculto puede acercarse fácilmente a los 900 a 1.100 € anuales
Cómo revisar si tu seguro del coche está bien ajustado a tu perfil actual de conductor
No hace falta que un coche circule para generar un torrente de gastos constante que, en ocasiones, también puede ser invisible. Aunque permanezca estacionado durante semanas, meses o incluso años, un vehículo sigue acumulando costes que pueden rondar, o incluso superar, los 1.000 euros anuales. Una cantidad nada despreciable sobre todo teniendo en cuenta que se paga por no utilizarlo.
Un pozo de dinero en reposo
Los informes apuntan a que el coste anual medio de poseer un coche en España se aproxima a los 3.850€ si se utiliza de manera habitual. Pero incluso si permanece inactivo y aparcado, este tipo de vehículos es capaz de generar una suma silenciosa de gastos fijos que no se evaporan por el mero hecho de no arrancar el motor.
El primero de ellos es el seguro. En España, tener asegurado el vehículo es obligatorio incluso si no se usa, salvo que se dé de baja temporal en la Dirección General de Tráfico. El coste medio de una póliza de seguro a terceros se sitúa en torno a 259€, pero puede llegar a ascender hasta los 793 € anuales de media para las pólizas con mayores coberturas. El seguro es obligatorio para circular, pero si lo tenemos en un garaje, se convierte en un lujo innecesario.
A eso hay que añadir el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), el conocido “numerito” municipal. Aunque su importe varía según el municipio y la potencia del coche, el coste medio en ciudades como Madrid ronda los 66€ anuales para vehículos entre 8 y 11,99 caballos fiscales.
La ITV tampoco desaparece. Aunque no se mueva del garaje, un coche debe pasar la Inspección Técnica con la frecuencia legal establecida, cada dos años a partir del cuarto año de antigüedad, y cada año si es superior a 10. Su precio medio ronda los 50€, pero puede variar dependiendo de la comunidad autónoma y del tipo de combustible.
Desgaste sin rodar
Otro de los costes invisibles tiene que ver con el mantenimiento preventivo. Los vehículos que pasan largos periodos sin circular tienden a sufrir más averías por inactividad que por desgaste natural. Baterías que se descargan, neumáticos que se deforman, juntas que se resecan, o líquidos que se degradan sin moverse. El mantenimiento básico para un coche que ha estado parado podría situarse fácilmente en torno a unos 200 a 350€ anuales, especialmente si se realizan revisiones periódicas para evitar deterioros mayores.
Y esto sin contar el coste de oportunidad: el valor que pierde el coche con el paso del tiempo. La depreciación de un vehículo nuevo es más acusada durante los primeros años. RACE y otras fuentes apuntan a una pérdida media del 18–30% en el primer año y una media del 15–20 % anual durante los siguientes. Dejarlo parado no solo no detiene este proceso, sino que ni siquiera lo ralentiza. De hecho, en términos de mercado, un coche inactivo puede depreciarse aún más por falta de revisiones o deterioro físico.
¿Y si se da de baja temporal?
Una opción que cada vez más conductores exploran es dar de baja temporal el vehículo para evitar ciertos pagos. Esta medida permite dejar de pagar el IVTM y suspende la obligación del seguro, aunque no es gratuita. La baja temporal tiene un coste administrativo de 8,67€ en la DGT, y limita el uso legal del vehículo mientras esté en ese estado. No obstante, es una estrategia útil para quienes saben que no lo usarán en un largo periodo.
Eso sí, conviene tener en cuenta que la baja no interrumpe la depreciación, ni elimina el riesgo de averías, y tampoco exime de pasar la ITV si se vuelve a poner en circulación. Además, desde enero de 2022, la baja temporal está limitada a un año, prorrogable expresamente.
Tener un coche parado puede parecer barato, pero entre seguro, impuesto de circulación, ITV, mantenimiento preventivo y depreciación, el gasto oculto puede acercarse fácilmente a los 900 a 1.100 € anuales. En una era donde la movilidad compartida, el transporte público y el alquiler por días cobran fuerza, merece la pena preguntarse si seguir pagando por un vehículo inmóvil compensa realmente.