Consejos

Mediador de seguros: la figura clave que debes conocer al contratar una póliza (y reclamar un siniestro)

Un mediador de seguros te aconseja cuál es la mejor opción. Unsplash
Compartir

A la hora de contratar un seguro, muchos se enfrentan solos al complejo lenguaje de las pólizas, sin saber que existe una figura profesional cuyo único objetivo es representar sus intereses: el mediador de seguros. Desde ayudarte a elegir el producto más adecuado, hasta acompañarte en la reclamación de un siniestro, su papel es clave. Pero ¿quién es realmente este mediador, qué funciones tiene y por qué su presencia puede marcar la diferencia?

¿Qué es un mediador de seguros y qué funciones tiene?

Según la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones, dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, los mediadores de seguros son personas físicas o jurídicas autorizadas para "intermediar en la contratación de seguros entre aseguradoras y clientes". Están obligados a inscribirse en un registro público específico y a cumplir una serie de requisitos de formación, solvencia y responsabilidad civil profesional.

PUEDE INTERESARTE

Su misión no es venderte un producto concreto, sino analizar tu situación y recomendarte el tipo de seguro que realmente necesitas, contrastando distintas opciones del mercado y ayudándote a entender la letra pequeña.

La normativa española distingue entre dos grandes tipos de mediadores. Por una parte estarían los agentes de seguros, que actúan en nombre y por cuenta de una o varias aseguradoras. Son empleados o colaboradores vinculados contractualmente a las compañías. Por otra parte encontraríamos a los corredores de seguros, que actúan en nombre del cliente, no están vinculados a ninguna aseguradora concreta y ofrecen asesoramiento independiente.

PUEDE INTERESARTE

Mientras que los agentes trasladan al cliente la oferta de su aseguradora, los corredores analizan de forma objetiva qué productos existen en el mercado que mejor se ajustan a tus necesidades. Esta distinción es esencial a la hora de saber qué tipo de asesoramiento estamos recibiendo.

De esta manera, las ventajas de contratar a través de un mediador, especialmente un corredor independiente, son múltiples:

  • Análisis personalizado de tus riesgos.
  • Comparativa entre pólizas de distintas aseguradoras, con criterios objetivos.
  • Apoyo continuo durante la vigencia de la póliza (modificaciones, renovaciones, dudas).
  • Asistencia en caso de siniestro, desde la notificación hasta la posible reclamación.
  • Defensa de tus derechos frente a prácticas abusivas o cláusulas poco claras.

Además, el mediador tiene la obligación de facilitarte una ficha con la información precontractual, que debe incluir datos sobre el producto, las coberturas, exclusiones y limitaciones.

¿Y si tengo un problema con la aseguradora?

Otra de las funciones clave del mediador es ayudarte a presentar una reclamación en caso de conflicto con la aseguradora. Antes de acudir a los tribunales, es obligatorio agotar la vía interna a través del defensor del cliente o del departamento de atención al cliente de la compañía. El mediador te orienta en este proceso y, en ocasiones, puede actuar como facilitador para conseguir una resolución amistosa.

En los últimos años también se ha potenciado el uso de la mediación extrajudicial, como mecanismo alternativo de resolución de conflictos. La Asociación Española de Derecho de Seguros defiende su eficacia para resolver discrepancias sin necesidad de juicio, lo que reduce costes y agiliza los plazos.

¿Quién supervisa a los mediadores?

Todos los mediadores deben estar registrados en el listado público de la DGSFP. Antes de contratar a uno, puedes consultar si figura en el registro a través de la web oficial. Esto te garantiza que cumple los requisitos legales, incluida la formación específica en seguros, la contratación de un seguro de responsabilidad civil profesional y la actualización continua de conocimientos.

Además, la Ley exige que los corredores actúen siempre “con diligencia, transparencia y primacía del interés del cliente sobre el propio”.