Funcionarios

Así será la nueva escuela de funcionarios del Gobierno que se inspira en las 'grande école' francesas

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz (ARCHIVO). Europa Press
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El Gobierno español ha decidido poner sobre la mesa un ambicioso plan para transformar por completo el sistema de acceso a los cuerpos superiores de la administración.

El objetivo es dejar atrás el modelo tradicional de oposiciones y dar paso a una formación más profesionalizada y adaptada a los nuevos tiempos.

La propuesta, presentada recientemente por el Ministerio de Función Pública, consiste en crear una escuela o instituto donde los futuros altos funcionarios reciban formación específica durante dos años antes de ocupar su plaza.

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Este modelo, todavía en fase preliminar, encuentra su mayor referente en Francia, donde las grande école llevan décadas formando a las élites administrativas del Estado.

Con esta iniciativa, el Ejecutivo busca modernizar la forma en que se selecciona y prepara a perfiles como abogados del Estado, inspectores de Hacienda, jueces o directores generales, con la esperanza de dar respuesta a las críticas que señalan la rigidez y lentitud del actual sistema.

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En qué consiste el modelo ejemplo francés como referencia

Las grande école son instituciones francesas de educación superior concebidas para preparar a los futuros responsables de la alta administración. Se trata de centros públicos de élite con procesos de selección extremadamente exigentes y un prestigio que las sitúa en la cúspide del sistema educativo.

El Gobierno español pretende inspirarse en esta fórmula para dotar a sus cuerpos superiores de una formación más homogénea y alineada con las necesidades de la gestión pública contemporánea.

En Francia, estos centros se agrupan en la llamada Red de Escuelas de Servicio Público, formada por cerca de 40 instituciones que imparten formación especializada en áreas tan diversas como justicia, educación, sanidad, seguridad social o administración regional.

Todos los altos cargos pasan por estas escuelas antes de acceder definitivamente a su plaza.

La antigua ENA, símbolo de la excelencia

Dentro del sistema francés, la más conocida de las grande école fue durante décadas la Escuela Nacional de Administración (ENA), renombrada en 2022 como Instituto Nacional del Servicio Público (INSP).

Creada tras la Segunda Guerra Mundial para combatir el nepotismo y la falta de cualificación entre los altos funcionarios, la ENA se convirtió rápidamente en sinónimo de excelencia académica y profesional.

Por sus aulas han pasado algunos de los personajes más influyentes de la historia política francesa. Cuatro de los últimos seis presidentes del país, incluidos Jacques Chirac y Emmanuel Macron, son antiguos alumnos de esta prestigiosa institución.

Este carácter elitista ha generado tanto admiración como críticas en Francia, hasta el punto de que el propio Macron impulsó su reforma para hacerla más accesible a todos los sectores de la sociedad. Aun así, la escuela sigue siendo un referente indiscutible en la formación de funcionarios públicos.

Las diferencias del modelo español

Aunque el Gobierno español se ha fijado en las grande école como inspiración, su plan presenta notables diferencias con respecto al sistema francés.

Para empezar, el acceso no se produciría directamente a través de unas oposiciones tradicionales, sino mediante un test común para todos los aspirantes, que habilitaría la matrícula en la escuela.

Una vez admitidos, los estudiantes cursarían dos años de formación especializada y finalmente se enfrentarían a un segundo examen que decidiría quién consigue plaza.

En Francia, el proceso es aún más duro: para ingresar en el INSP hay que superar cinco exámenes escritos de larga duración, una serie de entrevistas personales y grupales, y una prueba de idioma.

La elevada exigencia hace que el número de plazas ofertadas sea muy reducido en comparación con los candidatos. Por ejemplo, para la promoción de 2025-2027 del INSP, apenas 60 plazas estaban disponibles frente a casi 3.000 solicitudes.

Las críticas no han tardado en llegar

El camino hacia la implantación de un sistema de formación similar al de las grande école no está exento de obstáculos. La principal asociación de cuerpos superiores de la administración, Fedeca, ya ha manifestado sus dudas sobre la viabilidad de esta reforma.

Entre sus críticas destacan la duración prevista para la formación, el sistema de pruebas de acceso y la preocupación de que la medida suponga una rebaja en las exigencias actuales para cubrir rápidamente las vacantes derivadas de las jubilaciones masivas.