La escalada del precio de la luz hasta máximos históricos está afectando a los bolsillos de todos los españoles. Y gracias a los datos de la Encuesta de Presupuestos Familiares del Instituto Nacional de Estadística (INE) podemos cuantificar su impacto según distintas variables y con una consecuencia clara: es peor para los grupos más desfavorecidos económicamente.
De hecho los datos reflejan que la subida daña en mayor medida los presupuestos de los que tienen menos ingresos, de los mayores que viven solos, de los parados, de los pensionistas y de los hogares monoparentales.
Todos estos grupos sociales tienen una característica común. El peso del recibo eléctrico sobre sus gastos totales es mucho mayor que el de otros con mayores ingresos.
Según los últimos datos de esta encuesta, el gasto medio por hogar en electricidad es de 788 euros al año. Esta cifra supone menos del 3% del presupuesto promedio, que es de 27.112 euros.
Pero en los hogares con ingresos inferiores a 1.000 euros al mes el peso del recibo de la luz en su gasto total se sitúa en el entorno del 4%, alrededor de 50 euros al mes.
Desde enero el precio de la luz en el mercado mayorista ha sido siempre superior a los niveles de 2020, salvo en febrero. A partir de mayo, los datos del Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE) recogen aumentos muy superiores que, en ocasiones multiplican por cuatro los del año pasado. La media del MWh en agosto fue de 106 euros.
Este mismo viernes el coste de la electricidad superará los 152 euros por MWh, un nuevo récord. En septiembre de 2020 se situaba en torno a los 40. El impacto exacto que tendrá en la factura es difícil de calcular porque depende mucho del tipo de tarifa contratada, del consumo de electricidad, de las horas a las que se consume esa luz... Lo que sí parece claro es que los hogares con menores ingresos serán los que más sufran por el peso de la luz en su economía familiar. El Gobierno ha planteado como uno de los cambios ampliar la cobertura para los más vulnerables.
Según cual sea la fuente principal de ingresos del hogar, los grupos más perjudicados por la escalada de precios de la luz son los pensionistas y los que reciben subsidios y prestaciones.
La escalada histórica de precios de la luz también afectará mucho más a los mayores y a los hogares más apurados. Y si se combinan ambos aspectos, aún peor.
Los datos de consumo eléctrico, no obstante, juegan a favor de los hogares y personas con menos ingresos. En general, los estratos económicos más deprimidos suelen tener unos dispendios inferiores.
Aunque consumen menos energía, la subida del precio de la luz está deteriorando más a los bolsillos de los hogares más apurados. Adoptar medidas para frenar esta escalada nos beneficiará a todos. Pero sobre todo a los que más lo necesitan.