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Huelgas de tripulantes de cabina, convocatoria de paros de pilotos, cierre de bases, cambio de consejero delegado y caída de beneficios. Más de una turbulencia en el vuelo de Ryanair, la compañía de bajo coste que se convirtió en el símbolo de democratización turística: tarifas para todos los bolsillos (como los de los jóvenes) para llegar a buena parte del territorio europeo. En España es la compañía líder y sigue creciendo. Según los últimos datos facilitados por AENA, ha transportado 20 millones de viajeros en nuestro país entre enero y julio, un 6% más que el año pasado.
Con las relaciones laborales en un estado más que delicado, la aerolínea ha anunciado una reestruturación para su todo su personal que se traduce en un ERE (expediente de regulación de Empleo) de 512 empleados en España y el cierre de cuatro bases, tres en Canarias y una en Cataluña. El cierre de una base no supone que la compañía no vuele a un aeropuerto pero sí supone un recorte notable de tráfico de pasajeros y de personal de servicios aeroportuarios. Vamos con el repaso de cómo están las cosas en la compañía.
Solo en septiembre, los tripulantes de cabina están convocados a diez jornadas de paro por los sindicatos Sitcpla y USO. Las denuncias de los sindicatos se han vuelto recurrentes en los últimos años. Antonio Escobar, portavoz del sindicato SITCPLA augura nuevas convocatorias de huelga a nivel europeo en otoño y analiza: " Ryanair es una marca agotada y están haciendo un blanqueo porque tiene connotaciones negativas en muchos mercados" y añade "paulatinamente la irán sustituyendo por Malta Air para atender a los mercados de Francia, Alemania e Italia y para aprovecharse de la legislación laboral y fiscal maltesa, más laxa". En España, según el sindicato, Ryanair operaría sus vuelos a través de Lauda Motion, que ha abierto una base en Palma de Mallorca.
Los pilotos tienen 5 días de paros convocados en septiembre por el Sindicato Español de Líneas Aéreas (SEPLA), que no da credibilidad al argumento del retraso en la entrega de aeronaves, que se conocía desde hace meses y además "Boeing se había comprometido a asumir el perjuicio económico del retraso" asegura, Francisco Gómez, delegado sindical de SEPLA en Ryanair. Además denuncian que se convocaron plazas de piloto en la compañía apenas dos semanas antes de anunciar los despidos. Gómez abunda en la teoría de la precarización: "Ryanair está haciendo una low cost de una low cost” y añade: "recientemente, Ryanair ha adquirido otra compañía, Buzz Air, que opera desde Polonia y que está ofertando puestos de trabajo a los pilotos de allí en las Islas Canarias". Los puestos de trabajo que se ofertan son como autónomos y no de plantilla de la compañía según los representantes de los trabajadores.
El 8 de enero de 2020, si se cumplen sus planes, Ryanair echará el cierre de sus bases en los aeropuertos de Las Palmas, Tenerife Sur, Lanzarote y Girona. El anuncio pilló a los tripulantes de cabina (TCP) negociando los servicios mínimos de sus convocatorias de huelga. Vía comunicado, la aerolínea irlandesa califica de "irreversible" esta decisión que atribuye a los retrasos en la entrega de su pedido de Boeing MAX, después de que Boeing haya suspendido las entregas mientras investiga las causas de los accidentes aéreos que han sufrido los aparatos. También descuenta el impacto de un eventual Brexit sin acuerdo que la afectaría como empresa de bandera irlandesa.
En el caso de Canarias, el gobierno autonómico no ha recibido respuesta a sus llamadas al diálogo con la aerolínea aunque ya ha avanzado que no podría aportar subvenciones, contrarias a la legislación europea. Canarias supone un doble beneficio para Ryanair: además del tráfico de viajeros mayoritariamente internacionales está el ahorro en combustible, más barato por la fiscalidad canaria. Ante la falta de diálogo, el gobierno canario se ha puesto en contacto con otras aerolíneas para intentar cubrir el vacío que deje Ryanair.
Sí se han producido contactos, aunque no han fructificado, con el gobierno catalán sobre el futuro de la base de Girona. Ryanair ha recibido más de 60 millones de euros desde 2003 por operar desde este aeropuerto, a través de diferentes convenios de promoción turística. Sus viajeros habrían generado 500 millones de euros en ingresos turísticos. Las ayudas públicas no obligan a Ryanair a mantener su base en Girona, un aeropuerto cuyo tráfico aéreo depende, casi en exclusiva, de la aerolínea irlandesa. Es la única compañía que opera de manera fija en el aeródromo.
Según su informe anual, Ryanair facturó 1.005,6 millones de euros en España durante su último año fiscal, que terminó en marzo. Es un 8% más que el año anterior. Pero el balance global de la compañía no es positivo. Sus beneficios cayeron un 38,9 % hasta los 885 millones de euros. La compañía atribuyó el recorte a la guerra de tarifas, al aumento del precio del combustible y a los costes laborales. Los nuevos impuestos verdes europeos a las aerolíneas podrían echar más leña a la situación de Ryanair.