Los materiales que debemos evitar tener en casa, según una arquitecta: "Son el enemigo invisible"

Creemos que son inofensivos, pero no. UNSPLASH
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El diseño de espacios y viviendas no sólo ha cambiado en estética. También lo ha hecho en normativa, métodos y materiales utilizados. En este sentido, la arquitecta Rita Gasalla --especializada en arquitectura saludable desde hace más de 25 años-- explica cuáles son los materiales domésticos que se encuentran en sitios, pero que no son recomendables.

También, los sencillos remedios que podemos aplicar para hacer de nuestro espacio personal, un sitio que sea saludable.

La calidad de aire que tenemos en casa

Uno de los primeros elementos que Gasalla pone encima de la mesa: “no se trata de tener muchas sustancias contaminantes. Las dosis son muy bajas en muchos casos. El problema viene cuando estamos expuestos muchos años de nuestra vida a ellos”.

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Así pues, explica que “el aire del interior de las viviendas está entre 2 y 5 veces más contaminado que el del exterior”. ¿La solución? “Ventilar los espacios. El CO2 que expulsamos, los compuestos de los productos de limpieza, las cremas, las colonias... Todo queda concentrado en un mismo sitio que, si no se expulsa, hace que el ambiente quede cargado”.

Como anotación, aconseja la compra de medidores de la calidad del aire: “Así podremos ver, de primera mano y con detalle, que quizás no respiramos el aire que desearíamos. Y con un simple gesto, que es ventilar de forma adecuada, observaremos cómo la situación mejora”, explica.

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Estos son los materiales que se desaconsejan

La experta recalca que “en muchos casos, muchos de estos materiales están presentes en casas antiguas y que no han sido rehabilitadas”. “Gracias a la toma de conciencia y al avance de las normativas, ya no se usan”, enfatiza. ¿Y cuáles son?

Uno de los primeros --y más comunes--: los revestimientos de paredes que liberan ftalatos. “Estas sustancias no están adheridas al material y se van liberando poco a poco y sin que nos demos cuenta”.

El PVC, otro de los que desaconseja, tanto en equipamiento como en infraestructuras: “lo encontramos en muchas de las tuberías de fontanería moderna”.

También el plomo es otro de los protagonistas: “En este caso, las casas antiguas que tienen paredes pintadas desde hace muchos años, es muy probable que contengan plomo. Antiguamente las pinturas industriales incorporaban este material, altamente neurotóxico, especialmente para los niños”.

Incluso enfatiza que “los muebles con retardantes de llama, barnices que no son naturales o sustancias antiadherentes, van liberando partículas que se quedan dentro de la atmófera doméstica”.

Y aunque esté prohibido, el asbestos vuelve a aparecer de fondo: “Sigo viendo tejados o depósitos de agua de este material, aunque de cada vez menos. Afortunadamente a nadie se le pasa por la cabeza ofrecer este material, pero en ocasiones sigue apareciendo en sitios que no se han rehabilitado y siguen ahí”.

El truco que recomienda

“No se trata de que ahora todo el mundo se deshaga de los muebles que tienen retardantes de la llama, o que tiremos las sartenes antiadherentes”, recalca.

El mejor truco es el más sencillo: tenemos que ventilar y dejar que corra el aire, especialmente en sitios como el dormitorio, que es donde pasamos un tercio de nuestra vida”, explica.

¿Y qué hay de los materiales que están presentes en casa? Tal y cómo explica la experta “hay algunos que se quitan con una rehabilitación de la zona, tomando las medidas de protección adecuadas. Y de cara a los objetos y utensilios, ser conscientes de lo que llevan e ir adquiriendo nuevos hábitos de compra para el futuro”, concluye.