¿Deben cambiar los menús escolares según la etapa educativa de los niños?

Un menú escolar equilibrado es fundamental para los menores
Un menú escolar equilibrado es fundamental para los menores. Freepik
Compartir

MadridLa alimentación en la etapa escolar es un pilar fundamental para el desarrollo físico y cognitivo de los niños. En España, ha cobrado bastante relevancia el debate sobre si los menús escolares deben ser adaptados dependiendo de la etapa educativa en la que se encuentren los alumnos.

Ajustar la dieta en función de la edad y las necesidades específicas de los estudiantes no solo asegura una nutrición adecuada, sino que también promueve hábitos alimenticios saludables que van a continuar durante su vida.

PUEDE INTERESARTE

La importancia de una alimentación adaptada a cada etapa educativa

Cada fase del crecimiento infantil presenta requerimientos nutricionales particulares. Debido a esto, es esencial que los menús escolares se confeccionen considerando las necesidades específicas de cada etapa educativa:

Durante la Educación Infantil, de los 3 a los 6 años, los niños experimentan un rápido crecimiento y desarrollo. Por esto, es esencial que su dieta sea rica en nutrientes esenciales que puedan apoyar su desarrollo físico y cognitivo.

PUEDE INTERESARTE

En la Educación Primaria, de los 6 a los 12 años, los alumnos continúan creciendo y comienzan a desarrollar hábitos alimenticios más definidos. Es fundamental ofrecerles una variedad de alimentos que les puedan proporcionar energía y nutrientes para sus actividades diarias y su desarrollo académico.

En la etapa de Educación Secundaria, de los 12 a los 16 años, sus requerimientos energéticos aumentan a causa de los cambios físicos y hormonales que se viven en la adolescencia. Una alimentación equilibrada es esencial para poder enfrentar estos cambios y también para establecer patrones alimenticios saludables que puedan perdurar durante su adultez.

PUEDE INTERESARTE

¿Cuáles son las recomendaciones nutricionales para cada etapa educativa?

La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición han establecido guías para la alimentación en edad escolar, poniendo énfasis en la necesidad de adaptar los menús dependiendo de la etapa educativa en la que se encuentren los alumnos.

Durante la primera etapa, es decir, en la Educación Infantil, se recomienda que la dieta incluya: proteínas, éstas deben aportar entre un 10 y un 15% de las calorías diarias combinando fuentes animales y vegetales. Los lípidos deben constituir entre un 25 y un 35% de la ingesta calórica, priorizando grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, como las que están presentes en el aceite de oliva y pescado. Y por último, los hidratos de carbono deben representar entre un 50 y un 60% de las calorías, enfocándose en los carbohidratos complejos como los cereales integrales, legumbres y frutas.

Durante la Educación Primaria, además de continuar con las proporciones anteriores es esencial fomentar el consumo de frutas y verduras, que haya al menos 5 raciones diarias para poder asegurar un aporte adecuado de vitaminas y minerales. También es muy importante incorporar legumbres de dos a tres veces por semana por su alto contenido en proteínas y fibra.

En la Educación Secundaria se necesita una mayor demanda por lo que se aconseja aumentar la ingesta calórica, adaptándola siempre al gasto energético individual, especialmente en adolescentes que practican actividades físicas intensas. Durante esta etapa también se debe controlar el consumo de azúcares y grasas saturadas, poniendo atención a esto se previenen problemas de salud como la obesidad o las enfermedades cardiovasculares.

Cómo se implementan los menús adaptados en los colegios españoles

La adaptación de los menús escolares dependiendo de la etapa educativa en la que se encuentren los alumnos es una práctica que algunos centros en España han comenzado a implementar. María Delgado, coordinadora de Bienestar del Colegio Europeo de Madrid, ha destacado la importancia de ajustar la dieta en los colegios para poder satisfacer las necesidades nutricionales específicas de cada grupo de edad. Personalizar de esta manera los menús no solo garantiza una nutrición adecuada, sino que también educa a los niños en hábitos alimenticios saludables desde una edad más temprana.

Otro de los aspectos más destacados en la alimentación escolar es la diversidad y la necesidad de la adaptación de los menús a las restricciones alimentarias que tienen los estudiantes. Hay que tener en cuenta las intolerancias comunes como el gluten o la lactosa, pero además, algunas alergias alimentarias más específicas como al huevo, frutas concretas, frutos secos o a algunos ingredientes menos comunes para que la salud de los menores no se vea comprometida.

Algunas comunidades autónomas han desarrollado guías y normativas para poder regular los menús escolares. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, se ofrece un asesoramiento nutricional para la planificación de menús escolares, de esta manera, se pone el énfasis necesario en la importancia de una restauración de calidad y un compromiso con la alimentación saludable de los más jóvenes.

Beneficios de una alimentación escolar adaptada

Esta adaptación de los menús por etapas aporta múltiples beneficios en los alumnos. Por un lado, se da una mejora del rendimiento académico, ya que una nutrición adecuada está directamente relacionada con una mejor concentración y rendimiento escolar. También se previenen enfermedades, debido a que una dieta equilibrada previene la obesidad infantil y otras enfermedades relacionadas con la alimentación.

Por último, se fomentan los hábitos saludables y esto es esencial para que se asienten las bases para constituir una alimentación saludable durante la vida adulta si desde pequeños se está habituado a una alimentación variada y equilibrada.