¿Por qué los niños siempre enferman en el primer año de guardería?

Los bebés suelen enfermar mucho durante su primer año de guardería. Freepik
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MadridTanto para los niños como para los padres, el primer año de guardería es una etapa llena de cambios y emociones. La llegada a un entorno desconocido, la socialización con otros niños y la adaptación a una rutina distinta son factores que hacen que esta experiencia sea un poco delicada. También hay un factor que suele preocupar mucho a los padres, se trata de la constante aparición de enfermedades en los pequeños durante los primeros meses. Parece algo casi inevitable, los pequeños pasan de una infección a otra, encadenando resfriados, gripes o gastroenteritis dando la sensación a los padres que siempre están enfermos. Pero, ¿por qué suele ocurrir esto? ¿Es algo normal o debería preocupar a los padres?

Cuántas veces puede ponerse enfermo un niño en su primer año de guardería

Un niño que acude a la guardería por primera vez puede contagiarse de media de unos 10-12 procesos infecciosos. La gran mayoría de ellos están provocados por virus y entre ellas, las infecciones de las vías respiratorias altas o catarros son las que más se ven con frecuencia.

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Cuando entran en la guardería, los niños se encuentran en un ambiente donde van a interactuar estrechamente con otros niños. Esto va a hacer que aumente la exposición a una variedad de virus y bacterias a los que quizás no habían estado expuestos anteriormente. Entre las infecciones más comunes que se pueden contagiar en ese entorno se pueden encontrar el resfriado común, la gripe, la bronquiolitis, la otitis media, gastroenteritis, conjuntivitis, faringitis o enfermedad pie-mano-boca.

Por suerte, la mayoría de estas infecciones se van a curar solas con el paso del tiempo con un tratamiento sintomático y sin tomar antibióticos.

¿Por qué enferman tan frecuentemente los niños en el primer año de guardería?

Este fenómeno tiene una explicación científica. Los niños cuando son tan pequeños tienen un sistema inmunológico en desarrollo, este aún no ha estado expuesto a la gran cantidad de virus y bacterias que circulan en un ambiente como el de una guardería. También hay que tener en cuenta que el comportamiento natural de los niños hace que se puedan contagiar más. Los niños pequeños tienen contacto físico frecuente entre ellos, intercambian juguetes constantemente los cuales tienden a llevarlos a la boca y aún no tienen unos hábitos de higiene bien establecidos. Todo esto puede facilitar la propagación de enfermedades.

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Aunque esto pueda preocupar, e incluso angustiar a los padres, deben entender que, en la mayoría de los casos, es una parte normal del fortalecimiento de su sistema inmunológico. Con el paso de los meses, el niño habrá superado un montón de virus, dejando un recuerdo en su sistema inmunológico que va a evitar que vuelva a caer enfermo por esas mismas infecciones cuando vuelva a encontrarse con ellas.

Algo también a tener en cuenta es que la guardería es un lugar ideal para que los virus se expandan. Cuando un niño padece una infección de este tipo en la guardería, es muy probable que la mayoría de sus compañeros acaben contagiándose de la misma, ya que están todo el día compartiendo sus juguetes, y a veces incluso los chupetes o vasos de agua.

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Los virus suelen contagiarse por dos mecanismos, por las secreciones que pueden ser mocos o saliva de un niño contagiado o por la inhalación de unas microgotitas que se envían al ambiente al toser o hablar cuando se está enfermo. Esto sumado a que los niños en la guardería mantienen un contacto estrecho, es inevitable que puedan compartir estas secreciones con otros niños y éstos puedan acabar contagiando.

Otro factor es que los meses de la guardería suelen coincidir con los meses de frío, y la mayoría de infecciones se dan en estos meses por lo que es muy probable que estas enfermedades aparezcan cuando los niños se encuentran en periodo escolar y desaparezcan en los meses estivales.

¿Qué se puede hacer para evitar que se contagien con tanta frecuencia?

Aunque como hemos mencionado anteriormente es completamente normal y prácticamente inevitable que los niños se contagien durante el primer año de guardería de varias enfermedades comunes, pero, sí que se pueden tomar una serie de medidas para que se contagien lo menos posible.

  • Lavar bien las manos, tanto las suyas como las de los padres, sobre todo después de limpiarle los mocos o cambiarle el pañal.
  • Cuando se vaya a limpiar los mocos de los niños, es mejor utilizar pañuelos desechables para tirarlos inmediatamente y evitar que se acumulen.
  • Enseñar a los niños pequeños que se deben tapar la boca con el codo al toser, que nunca deben usar las manos. Los padres también deben quitarse esa manía que nos enseñaron de pequeños.
  • Cada vez que vuelva de la guardería, se deben limpiar bien los chupetes y juguetes que traiga para desinfectarlos de cualquier bacteria o virus.
  • Aunque suene algo lógico, para muchos padres no lo es, cuando el niño tenga fiebre, hay que evitar llevarlo a la guardería. El niño se debe quedar en casa descansando. De esta manera se cuida al pequeño, pero también se protege a sus compañeros.
  • Hay que respetar los periodos de exclusión escolar cuando un niño está enfermo para evitar que pueda contagiar a los demás.
  • Vacunar a los niños también evita que se contagien de muchas enfermedades, ya que estas suelen proteger de las enfermedades que suelen estar presentes en guarderías y colegios.

Según el niño va haciéndose mayor y su sistema inmunológico va fortaleciéndose, será menos frecuente que caiga tantas veces enfermo. Los padres deben tener paciencia y entender que es un proceso normal por el que tiene que pasar el niño para inmunizarse de muchas enfermedades comunes que luego, prácticamente ni notará.