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Qué es la ansiedad funcional: cómo se disfraza de “rendimiento alto” y por qué pasa desapercibida

Cada vez más adolescentes ocultan síntomas de ansiedad funcional
Cada vez más adolescentes ocultan síntomas de ansiedad funcional. Freepik
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MadridVivimos en una sociedad donde se premia la productividad, la eficacia y el control. Por esto, no es extraño que muchos de esos quienes parece que lo tienen “todo bajo control” estén, en realidad, luchando contra una ansiedad invisible. La ansiedad funcional o ansiedad de alto funcionamiento es un fenómeno cada vez más reconocido por la psicología moderna. Ésta afecta a personas que, a simple vista, puede parecer que rinden bien: cumplen con sus responsabilidades, destacan en su entorno profesional o académico y mantienen relaciones sociales estables. Sin embargo, tras ese aparente equilibrio se esconde un malestar persistente, una sensación de presión continua, miedo al fracaso y agotamiento crónico.

Este tipo de ansiedad tiene la capacidad de camuflarse detrás del éxito. De hecho, muchas personas que la sufren no se consideran ansiosas, porque han aprendido a canalizar su malestar en forma de hiperactividad, perfeccionismo y compromiso excesivo. El reconocimiento externo por estos logros refuerza este patrón: cuánto más hacen, más admirados son y más sienten que no pueden bajar el ritmo. Es un ciclo difícil de romper y que, al final, deriva en cuadros más graves de ansiedad, depresión o burnout.

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¿Qué es la ansiedad funcional?

La ansiedad funcional es una forma de ansiedad que no suele cumplir con los criterios típicos de este trastorno, aunque comparte muchos de sus síntomas internos. La diferencia clave es que las personas que la padecen no presentan un deterioro aparente en su vida diaria. Al contrario, suelen rendir por encima de la media tanto en lo académico como en lo profesional o social. Pero, este alto rendimiento está impulsado por una inquietud persistente, miedo al fracaso, pensamientos rumiativos y una necesidad compulsiva de cumplir con las expectativas, tanto propias como ajenas.

Según estudios clínicos y revisiones recientes en psicología, las personas con ansiedad funcional pueden experimentar síntomas como insomnio, tensión muscular, dificultad para relajarse, hipervigilancia, autocrítica extrema y una agenda excesivamente ocupada. La principal diferencia es que, en lugar de quedar paralizadas por el malestar, responden con una hiperactividad compensatoria.

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En muchas ocasiones, esta ansiedad está profundamente ligada a rasgos de perfeccionismo, autoexigencia y necesidad de validación externa que puede manifestarse desde la adolescencia o juventud. Las personas con este tipo de ansiedad suelen posponer el descanso, postergar necesidades básicas o desconectarse de sus emociones por completo, ya que piensan que el rendimiento continuo es la única forma válida de mantenerse estables.

¿Por qué pasa esta ansiedad desapercibida?

La ansiedad funcional suele escapar a los radares clínicos y familiares porque no interrumpe el funcionamiento externo de la persona. De hecho, los comportamientos que están asociados a este tipo de ansiedad suelen ser valorados socialmente como virtudes. Por lo que no solo los síntomas pasan inadvertidos, sino que incluso pueden ser reforzados por el entorno, lo que ayuda a cronificar este problema.

Además, muchas de las personas que la padecen no se identifican como ansiosas. Al cumplir con sus tareas y mantener una imagen de competencia y control, normalizan el malestar interior, atribuyéndolo al estrés “normal” de la vida diaria. El hecho de que no se presenten síntomas externos claros, como pueden ser los ataques de pánico, bloqueos visibles o aislamiento social, hace que la identificación del problema sea más compleja.

Los entornos competitivos, como puede ser el académico o corporativo, agravan mucho este fenómeno. Esto es debido a que en ellos, se premia la productividad a cualquier coste, y se invisibiliza el autocuidado. Por esto, las personas con ansiedad funcional tienden a ocultar sus emociones, minimizar su malestar y continuar rindiendo, aunque su salud mental esté en riesgo.

Ansiedad funcional en la adolescencia: cuando el rendimiento escolar esconde el malestar

El contexto educativo actual es cada vez más competitivo y exigente, por lo que la ansiedad funcional ha empezado a aparecer con fuerza en edades tempranas, sobre todo en la adolescencia. Estos alumnos, lejos de mostrar síntomas visibles de ansiedad, tienden a destacar por su perfeccionismo, su hiperresponsabilidad y su deseo de complacer tanto a profesores como a sus familias. Son estudiantes que sacan buenas notas, entregan todo a tiempo y extrañamente se meten en problemas. Pero bajo esta aparente excelencia, pueden ocultar un sufrimiento emocional sostenido: miedo al error, necesidad de control, autocrítica excesiva y una autoimagen ligada exclusivamente a su rendimiento académico.

El problema radica en que este tipo de ansiedad, no solo pasa desapercibida, sino que es reforzada socialmente, ya que tanto padres como docentes suelen premiar ese esfuerzo constante sin preguntarse si hay algo detrás. Esta falta de detección puede llevar a que los adolescentes desarrollen una dependencia peligrosa a esos logros externos para poder sostener su autoestima, algo que los hace más vulnerables a sufrir una crisis de identidad, agotamiento mental o trastornos más graves en un futuro.

Además, la ansiedad funcional en adolescentes puede estar relacionada con otros factores de riesgo: altas expectativas familiares, presión por entrar en determinadas carreras universitarias, compararse constantemente en redes sociales o la dificultad para expresar emociones en un entorno que valora más los resultados que la salud mental.

Detectarla y abordarla a tiempo exige un cambio de mirada por parte del sistema educativo y de las familias. Se debe pasar de valorar únicamente el rendimiento visible a observar también el equilibrio emocional del alumno. Esto implica que se valore el descanso, se tolere el error como parte del aprendizaje y se fomente una autoestima basada en el proceso y no solo en los resultados.