Salud mental

¿Te escondes de tus hijos cuando lloras? Lo que dicen los expertos sobre mostrar las emociones delante de la familia

Hombre llorando
Imagen de archivo de un hombre llorando. Pexels
  • La psicóloga Conchita Sisí destaca los beneficios didácticos en los niños que ven a sus padres llorar

  • Llorar, como reír, es una expresión emocional, y tiene un valor importante

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MadridDurante años los seres humanos llevamos escondiendo las emociones consideradas negativas por la falsa creencia de que nos mostramos débiles, pero los psicólogos aconsejan no reprimir las lágrimas y mucho menos ante nuestros hijos porque tienen gran valor en la enseñanza.

A través del movimiento impulsado por IMC Toys, ‘La Revolución de los llorones’, promueven normalizar la vulnerabilidad emocional como una parte natural del desarrollo, tanto en niños como en adultos, y romper con los estigmas que rodean al llanto.

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La psicóloga y directora de la clínica Salud en Mente, Conchita Sisí, destaca los beneficios didácticos en los niños que ven a sus padres llorar ya que cuando sus adultos de referencia lloran, los menores aprenden humanidad porque este sentimiento es una manifestación sana, necesaria y profundamente humana.

El valor del llanto

El llanto ayuda a liberar tensión, expresar tristeza y, sobre todo, a conectar con lo que sentimos. Cuando los padres se permiten llorar, facilitan que sus hijos aprendan observando cómo otros gestionan sus emociones e integran esa información sin necesidad de experimentarla directamente. De esta forma, aprenden que sentir emociones negativas es normal y que pueden hacerlo en un espacio seguro.

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Llorar, como reír, es una expresión emocional, y tiene un valor importante tanto para la comunicación, porque decimos al mundo cómo nos sentimos; como para la salud, pues con el llanto expresamos una emoción cuando la opción de no hacerlo no sería saludable.

“Permitir que los hijos vean una emoción real, sin esconderse, acompañada de calma y contención, les enseña a vivir las suyas con naturalidad”, declara la psicóloga.

Educar desde la empatía y la autenticidad

A través de mensajes positivos y la colaboración de expertos, la campaña anima a las familias a educar desde la empatía y la autenticidad, recordando que permitirnos sentir es el primer paso para enseñar a nuestros hijos a hacerlo.

No obstante, es importante señalar que no se trata de convertir a los hijos en confidentes emocionales. El límite está en la función de la conducta. Compartir emociones es adecuado cuando refleja humanidad, pero nunca cuando el niño debe asumir la carga del adulto. Acompañar estos momentos con palabras como “Estoy triste, pero estoy gestionando mis emociones”, enseña a los hijos que las emociones son seguras y que se pueden experimentar a cualquier edad y en cualquier momento.