Redes sociales

Entra en vigor en Australia la ley que veta las redes sociales a los menores de 16 años para proteger su salud metal: la reacción de los jóvenes

Dos menores utilizando el móvil. PEXELS
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Hoy entra en vigor en Australia la ley que prohíbe a los menores de 16 años tener cuentas en las principales redes sociales.

La norma prohíbe la creación de nuevos perfiles y obliga a desactivar las cuentas existentes, algo que algunas plataformas ya han comenzado a aplicar en los últimos días. Afecta a TikTok, Instagram, Facebook, Snapchat, YouTube, Reddit, Threads, X (antes Twitter) y Kick, plataforma exclusiva de streaming. Por ahora, algunas como YouTube Kids, Google Classroom y WhatsApp quedan fuera.

En los últimos días, algunas plataformas ya han comenzado a bloquear las cuentas de usuarios que no alcanzan la nueva edad mínima. Varios países han estudiado medidas similares, pero el límite fijado por Australia —16 años y sin excepciones, ni siquiera con permiso paterno— es el más alto aprobado hasta ahora.

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Un intento de proteger la salud mental de los adolescentes

El Gobierno justifica la medida como un paso necesario para reforzar la salud física y mental de los jóvenes. "Las redes sociales son un enorme experimento global no regulado con nuestros hijos. Estas leyes ponen la responsabilidad donde debe estar: en las plataformas. Si fallan en proteger a los jóvenes, debe haber consecuencias", defendió el gobernador de Nueva Gales del Sur, Chris Minns.

Un estudio encargado por el gobierno australiano a comienzos de año reveló que el 96% de los menores de entre 10 y 15 años usa redes sociales y que siete de cada diez se ha topado con contenidos dañinos, desde material misógino hasta vídeos violentos o publicaciones que promueven trastornos alimentarios y el suicidio. Además, uno de cada siete adolescentes afirmó haber sufrido acoso sexual y más de la mitad aseguró haber sido víctima de ciberacoso.

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El primer ministro australiano, Anthony Albanese, dijo el año pasado durante el debate parlamentario de la norma, que el uso intensivo de las redes sociales puede dañar la salud física y mental de los menores. En especial, advirtió del impacto que tienen en las niñas las representaciones nocivas sobre la imagen corporal y la difusión de contenidos misóginos.

Una norma que divide

La ley ha generado diversas reacciones. Muchas asociaciones de padres y parte de la clase política la consideran un escudo frente al caos de contenido que circula en redes. Pero otros sectores muestran su desacuerdo.

Las plataformas tecnológicas, que se enfrentan a sanciones de hasta 30 millones de euros si incumplen la normativa, deberán implantar sistemas para garantizar que ningún menor de 16 años tenga cuenta activa. El mecanismo es aún incierto y su eficacia, dudosa. Además, quienes quieran eludir la restricción pueden recurrir fácilmente a una VPN para conectarse como si estuvieran en otro país.

Una directiva australiana de Google —empresa propietaria de YouTube, una de las plataformas más consumidas por adolescentes— advirtió recientemente de que la prohibición podría tener un efecto contrario al buscado: al no poder crear cuentas propias, los menores dependerían del perfil de sus padres, lo que impediría a estos aplicar controles parentales personalizados o limitar canales concretos.

La reacción de los jóvenes

Entre los adolescentes, la respuesta tampoco ha sido unánime. Según la BBC, algunos han creado cuentas con edades falsas antes de la entrada en vigor de la ley; otros han optado por compartir perfiles con sus padres, lo que los expone a contenidos de todo tipo.

Hay quienes incluso han acudido a los tribunales. Dos jóvenes de 15 años, Noah Jones y Macy Neyland, han demandado al Gobierno ante el Tribunal Superior al considerar que la norma vulnera su derecho constitucional a la libertad de comunicación política, tal y como publicó The Guardian. El diputado libertario John Ruddick, que los acompaña en el proceso, sostiene que la prohibición "debería inquietar a todos los australianos".

El rechazo también llega desde jóvenes que ven en las redes un espacio de apoyo. En declaraciones a EFE, la adolescente Abbie Jane —que encontró en Internet su único refugio frente a la homofobia que sufría en su instituto— asegura que la ley no protegerá a los adolescentes, sino que los aislará aún más. "Para muchos, el único lugar donde encuentran algo de seguridad es Internet. Sin ese espacio, no sé si habría sobrevivido", afirmó.

Una visión similar comparte Hadiya Fatima, de 17 años, vicepresidenta del consejo estudiantil del Ministerio de Educación de Nueva Gales del Sur y fundadora del podcast Proyecto Girlhood. Descargó Instagram con 14 años y descubrió allí un lugar donde aprender sobre temas que apenas se abordan en el colegio. "En redes, jóvenes enseñan a otros jóvenes. No solo aprendí qué es la política: aprendí cómo participar en ella", explica.

¿Y en España?

En España, la futura ley de protección de menores en entornos digitales, todavía en tramitación parlamentaria, también plantea elevar de 14 a 16 años la edad mínima para usar redes sociales. Antes de aprobarse, queda por concretar el sistema de verificación de edad en el que el Ministerio de Transformación Digital y Función Pública trabaja desde hace dos años.

Por su parte, el PP ha propuesto restringir el acceso de los menores de 16 años entre las 22:00 y las 08:00 horas para garantizar un "descanso digital" y evitar que pasen la noche enganchados a plataformas como TikTok o Instagram.