Cuando se activan avisos o alertas, es importante saber distinguirlos. Los primeros provienen de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y nos indican, sobre todo, cuánto de anómalo es un fenómeno meteorológico concreto. Por ejemplo, la AEMET puede emitir un aviso naranja por fuertes vientos a más de 1.400 metros de altura y la administración no decretar una alerta por entender que a esa altura no afecta a la población.
Por el contrario, las alertas no son objetivas como los avisos meteorológicos, y dependen un poco más de cada administración, y teniendo o no, como referencia, a los avisos y dependiendo de su nivel. Estas alertas sin embargo sí que afectan en mayor o menor medida a los ciudadanos, por eso es importante tenerlas en cuenta.
Esta mañana ha sido el Ministerio de Sanidad las que las ha decretado en diferentes provincias del nordeste peninsular. En concreto, ha activado la alerta roja en Lérida, mientras que las naranjas están en Zaragoza y Granada. Por último, las amarillas corresponden a Huesca y a Girona.
Estas alertas indican que existe un riesgo para la población tanto ahora como en los próximos días, en los que se esperan que las temperaturas se mantengan igualmente altas, y contrastan directamente con los avisos activados por la Aemet. La agencia meteorológica ha activado, por su parte, el riesgo amarillo por máximas este miércoles por temperaturas que rondarán los 34-36ºC en las provincias de Huesca, Zaragoza, Albacete, Cuenca, Gerona y Lérida.
Además, para el jueves el número de provincias con riesgo por calor crecerá, sumándose a la lista Teruel y Navarra. Y el viernes también estará Mallorca en riesgo.
*Imagen: avisos activados por calor para el viernes / Aemet
Hay que dejar claro que aunque el objetivo final de la Aemet sea informar de las anomalías meteorológicas respecto a un fenómeno concreto, no hay que desdeñarlo como riesgo para la población. De hecho, en algunos casos puede ser que pongan también en riesgo a la salud de las personas: a partir de una sensación térmica de 33ºC hay riesgo de insolación, golpe de calor y calambres.
Para combatirlo, las autoridades sanitarias tienen un decálogo de buenas prácticas que están colgadas en su página web, y entre las que destacan beber mucho agua, prestar especial atención a bebes y mayores, permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos, usar ropa ligera, mantener las medicinas en un lugar fresco y hacer comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, zumos, etc.).