Ambiente polvoriento en Canarias: la concentración de calima quintuplica el umbral

  • El miércoles se alcanzará el pico de concentración, que podrá ser de hasta 350 ug/m3, valor siete veces por encima del umbral establecido por la OMS

El ‘cielo calimoso’, como lo llaman los canarios, apenas dejaba ver el Teide al caer la tarde en Tenerife. El polvo en suspensión fue el claro protagonista en la isla e incluso dio lugar a la formación de una nube curiosa en forma de arco que ha dejado imágenes interesantes. Una borrasca al noroeste del archipiélago está extendiendo el ambiente polvoriento, y esto va a traer consigo dos consecuencias negativas: la mala calidad del aire y la alta probabilidad de incendio.

Lo bueno tiene estar hoy en Canarias es que va a hacer el suficiente calor para darse un chapuzón en la playa. Lo malo es que al calor le acompañará mucho viento en algunas zonas y que el cielo estará más naranja/amarillento de lo habitual por la calima. Los niveles van a ser considerables: en algunas zonas hasta seis y siete veces más altos que el umbral de 50 microgramos de concentración por metro cúbico que establece la OMS (Organización Mundial de la Salud).

El episodio no será tan extremo como el que se vivió en febrero de este año, coincidiendo con los Carnavales, que fue el más severo que se ha dado nunca en las islas. "No se puede respirar", decían los vecinos. Durante el pico de concentración de partículas se superaron los 3.000 ug/m3. Una barbaridad.

Hasta el jueves, las concentraciones previstas son de hasta 350 ug/m3. Esto podrá dar problemas para respirar a las personas asmáticas y podrá dar lugar a confusiones en medio de una pandemia en la que la tos es el síntoma más claro.

¿Cómo afecta la calima a la salud?

La calima puede provocar picor de ojos, de nariz y de garganta, y en los casos más severos incluso dolor de tórax y dificultades importantes para respirar. Por ello, la mascarilla que se ha convertido en el accesorio indispensable este año será doblemente necesaria hasta el jueves en Canarias, puesto que la única manera para evitar respirar estas partículas de arena y otras sustancias que se entremezclan en el aire es filtrarlo. Las FFP son más recomendables en estos casos, pero una quirúrgica es mejor que nada.

Riesgo extremo de incendio

El otro gran riesgo de la calima es que seca el ambiente y se mezcla con el calor y el viento para disparar la probabilidad de incendio. ¡Mucha precaución! Cuando se da la famosa regla del 30 –30ºC o más, menos del 30% de humedad y rachas de viento de más de 30 km/hora– una chispa puede desatar el caos.

En el anterior episodio destacado de este año, en Carnavales, se produjo incendio en Tasarte (Gran Canaria) que obligó a desalojar a unas 500 personas, y el fuego llegó a la Reserva Natural Integral de Inagua, donde calcinó más de 500 hectáreas. Una pérdida de vegetación y de especies endémicas de animales que se repite demasiado en la isla.