Se invierte el tiempo: aire cálido y calima en la Península y viento frío y nieve para las Canarias

  • Una vaguada atlántica provocará tormentas y fuerte viento en las islas Canarias

  • La entrada de una masa de aire frío dejará nevadas en el archipiélago a partir de 1.600 m

  • El jueves y parte del viernes, el flujo del sur traerá a la Península polvo en suspensión

¿Está loco el tiempo en este comienzo de 2021? Si bien con los acontecimientos del último año ya pocas cosas nos sorprenden, hay que reconocer que es llamativo cómo se van a invertir los papeles estos días: mientras que en zonas de la Península nos llega aire cálido y cantidades importantes de calima, en las islas Canarias el termómetro se ha desplomado varios grados y en las próximas horas verán nieve. El motivo: una vaguada atlántica.

Llega una masa de aire frío a las islas

La llegada de una profunda vaguada atlántica en las últimas horas del miércoles va a propiciar un aumento considerable de la inestabilidad atmosférica en todo el archipiélago canario a lo largo de los próximos días, ha comunicado la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en nota de prensa. Podemos esperar chubascos acompañados de tormenta (se prevén muchos rayos) y rachas fuertes o muy fuertes de viento, describe. Incluso podríamos ver granizo.

*Temperatura y geopotencial a 500 hPa previsto por el modelo ECMWF

En las zonas de costa el mayor riesgo serán las olas, avisa la Aemet, que podrán alcanzar los 4 y 5 metros sobre todo en las islas más occidentales.

Además, las temperaturas van a ser radicalmente diferentes. El ambiente fresco se impondrá por la entrada de una masa de aire frío, y el viento contribuirá a acentuar la sensación de frío especialmente en cumbres y medianías. Debido a ese descenso térmico, las nevadas podrán producirse a partir de altitudes de 1600 a 1800 metros, por lo que con seguridad veremos imágenes encantadoras del Teide en los próximos días.

Flujo del sur sobre la Península e intrusión de polvo

El chorro polar, muy ondulado, conducirá ese aire frío hasta las islas y, en cambio, traerá un flujo de vientos del sur a parte de la Península. Estos vientos traerán consigo grandes cantidades de polvo en suspensión y un aumento puntual de las temperaturas en muchas regiones.

Después, a medida que el centro de bajas presiones en el seno de la vaguada se mueve de oeste a este, la situación irá cambiando en la Península. Los vientos serán variables entre el viernes y el sábado: "Del noreste en Galicia y Cantábrico, con algunos intervalos de fuerte en el litoral gallego; del sureste en la zona de Levante, noreste peninsular y Baleares; y del suroeste en la mitad occidental de Andalucía. Flojos variables en el resto peninsular", según la Aemet.

Las lluvias que se producen ya en la mitad occidental se mantendrán, y serán fuertes todavía en el oeste de la meseta norte y de Extremadura. En el extremo occidental de Andalucía serán abundantes la mañana del viernes.

Aunque esto será solo la antesala del cambio de tiempo drástico del sábado. Durante el fin de semana, con el avance de la borrasca hacia el noreste, las precipitaciones más intensas se irán trasladando al área cantábrica y ocasionalmente al entorno del Estrecho. Irán remitiendo en el suroeste peninsular y en Canarias, y en cambio llegarán a zonas del este, como Cataluña y Baleares. Asimismo se reactivarán en Galicia por un nuevo frente.

Por el contrario, es poco probable que llueva en el Levante, donde aún seguirán con entre 15 y 18 grados.

*Precipitación prevista por el modelo ECMWF para el viernes, sábado y domingo, días 5, 6 y 7

Lo más significativo, eso sí, será el bajón de temperaturas. El invierno volverá de golpe tras estos días de paréntesis primaveral, y lo hará con hasta 15 grados menos de los que registramos este jueves, y con una caída importante de la cota de nieve. El sábado podrá nevar a tan solo 600 metros en el noroeste, y el domingo lo hará a partir de los 800 metros en las montañas de la mitad norte peninsular. En Canarias irá subiendo la cota.

La semana que viene, aunque todavía con incertidumbre, un tren de borrascas podrá prolongar la inestabilidad y extender las nevadas a cotas más bajas en la Península.