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Después de semanas de calma absoluta (o casi) en el Atlántico, y de estabilidad generalizada en las islas británicas, el patrón cambia radicalmente. En las últimas horas, una pequeña depresión ha ido ascendiendo de latitud al tiempo que se profundizaba rápidamente en un proceso de ciclogénesis explosiva, y en breve aterrizará en Europa.
En España apenas notaremos su paso, tan solo recibiremos algo de oleaje de refilón en las costas del norte. Afectará sobre todo a Irlanda y Escocia, donde llegará con una presión de unos 965 hPa (muy poco para mayo). Eso significa que veremos isobaras muy juntas sobre su geografía, es decir: se avecinan tormentas, viento y un desplome de las temperaturas.
Será cuestión de tiempo que afecte también a Inglaterra y, aunque en menor medida, a zonas de Noruega, Dinamarca, Alemania y el Benelux. Un frente contagiará parte de la inestabilidad a la vecina Francia, donde este jueves el panorama es parecido al de España: “Esperamos 29º C en Lille, 30º C en París o Nimes, 31º C en Montpellier”, ha informado Meteo France. En el siguiente tuit se refiere a la borrasca: "La perturbación ocupa una gran parte del Océano Atlántico desde el sur de Groenlandia hasta las Azores", indica.
Precisamente ayer miércoles la agencia meteo británica, Met Office, anunciaba que era, en conjunto, el día más caluroso en las islas británicas en lo que va de 2020. Se alcanzaron los 28ºC en el sur de Inglaterra y los 24ºC en zonas de Escocia. Paradójicamente, este calor va a favorecer en los próximos días la formación de nubes de tormenta porque contrastará mucho con la temperatura del aire que arrastra esa borrasca.
Los fuertes vientos del oeste serán frescos y cargados de humedad atlántica. Esto se notará primero en Irlanda y después en Escocia, sobre todo. Allí será donde más precipitación descargue. Hablamos de más de 150 litros/m(2) en varias regiones a lo largo del fin de semana. En cuanto a las rachas de viento y el oleaje, ambos serán de riesgo y probablemente el servicio meteorológico active los avisos para advertir a la población.
De igual manera, en el suroeste de Noruega esta borrasca romperá la estabilidad que se había establecido después de un inicio de mayo frío. Actualmente disfrutan de unos 15ºC y cielos despejados, lo cual empezará a cambiar a partir de la tarde del viernes. No se espera nieve, en cambio, pero sí chaparrones considerables en el entorno de Bergen y Kristiansand.
A España, como decimos, no llegará más que de refilón. Lo notarán las embarcaciones en Galicia y el Cantábrico y las personas que vivan próximas a la costa. El viento se acelerará desde la madrugada del viernes y, probablemente, afecte el resto de la semana a otras zonas de la Península. No será directamente por esta borrasca, que se encontrará ya cerca de los países escandinavos, sino por el corredor de vientos que podrá crearse entre el anticiclón y las bajas presiones sobre África.
No obstante, aquí las protagonistas, al menos hasta el martes, serán las temperaturas. El termómetro marcará más de 30ºC en la mayor parte del país y se alcanzarán los 38ºC en Andalucía y Extremadura puntualmente. Un calor canicular que vendrá dado por la presencia del anticiclón y por el aire cálido en altura.