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Pasan los días y las tormentas no nos dejan. Poco importa en cuarentena, pensarás, pero lo cierto es que no viene mal para limpiar la atmósfera ni para regar el campo, siempre y cuando las nubes no descarguen con el ímpetu que lo hicieron hace un par de días en Badajoz. En ese caso, las pérdidas de cosecha pueden ser cuantiosas. La meteorología que nos acompaña en el confinamiento viene dada por el paso de borrascas por la Península Ibérica, y todo indica que seguirán haciéndolo el resto de la semana.
Una borrasca ha viajado desde el otro lado del Atlántico dibujando una curva que la ha llegado hasta el sur de Groenlandia. El responsable de este recorrido –el camino largo– es el chorro polar, que ha terminado dirigiéndola hasta el oeste de la Península Ibérica. De esta manera, desde la tarde del domingo tanto el sur de Portugal como suroeste de España han visto llover como si no hubiera un mañana.
Entonces la borrasca empezaba a aislarse al noroeste de la Península, pero canalizaba aire frío sobre el sureste peninsular, lo suficientemente frío como para que la precipitación fuera en varias localidades en forma de granizo, por el contraste con el calor retenido en superficie.
Actualmente se mueve entre Portugal y las Azores, y seguirá girando en sentido contrario a las agujas del reloj hasta que el chorro polar la redirija de nuevo al norte, aunque eso no querrá decir que nos despidamos de las bajas presiones. Lo que nos ocupa es que, con la borrasca todavía al oeste, seguirá entrando viento del sur en general, y del este en las provincias del Mediterráneo. Esto hará que las temperaturas se mantengan templadas, pero las rachas de viento se irán acelerando. En las cumbres del norte podrán alcanzar los 100 km/hora.
En la parte delantera de la borrasca, los ingredientes para la formación de más tormentas no faltan, así que cabe esperar que el tiempo vaya a peor. La pregunta es dónde.
Por ahora, el martes se espera lo peor tanto en el centro peninsular como en municipios de la mitad oeste. Además de las lluvias, a medida que nos acerquemos al miércoles serán más frecuentes los rayos. En Galicia podrá incluso caer granizo.
Al tratarse de una borrasca fría aislada o BFA, su evolución resulta complicada de predecir, pero todo apunta a que se irá desintegrando. ¿Quiere esto decir que diremos adiós a las lluvias? La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) estima que serán siendo probables, además con cierta intensidad, en el oeste peninsular, sobre todo en Galicia y en zonas a más altura del interior.
Después las bajas presiones, posiblemente una segunda borrasca, seguirán asegurando las precipitaciones en estas zonas y en Canarias, mientras que podrá estar más despejado en el este. A Baleares podrá llegar otra tanda de polvo en suspensión desde el norte de África y, de producirse lluvias, no se descarta que fueran con algo de barro.
En total, hasta el fin de semana podrán acumularse cantidades generosas en muchas regiones de la mitad oeste, es decir, Galicia, Castilla y León, Asturias, Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura y Andalucía, donde podrán incluso superar los 100 litros/m(2) hasta el sábado.