Este verano en Europa está siendo realmente raro. Mientras en nuestro país las temperaturas son más frescas de lo normal, en países más al norte dentro del continente llevan un mes enfrentándose a una fuerte ola de calor que por el momento, según los expertos, seguirá azotando con fuerza durante los próximos días.
Se trata de una situación que llevan experimentando desde junio, un mes que además ha sido considerado como el tercero más cálido desde que hay registros. Lo dice un análisis mensual de las temperaturas globales realizado por científicos del Instituto Goddard de Estudios Espaciales (GISS) de la NASA en Nueva York. Al parecer, este récord solo fue superado por junio de 2015 y 2016, en los que hubo una anomalía de +0,80ºC y +0,79ºC, respectivamente.
Por el momento, lo más llamativo es que las temperaturas oscilan entre los 8 y 11 grados por encima de lo normal para esta época. Esta situación tan poco habitual ha llegado a provocar una fuerte sequía en países como Irlanda, e incluso que las altas temperaturas provoquen incendios cerca del Ártico.
En ciudades en las que no están acostumbrados a que el termómetro llegue tan lejos han tomado medidas para afrontar esta situación: poner lonas de tela en las principales calles, poner en funcionamiento algunas fuentes, mojar el asfalto y las terrazas, aspersores en lugares públicos…
En París los esfuerzos están puestos en reducir la contaminación para bajar, también así, las temperaturas. Para ello como medida han decidido reducir la velocidad máxima hasta los 20km/h.
Las autoridades de Berlín, la capital alemana, también han advertido del peligro por el excesivo calor. Se espera que el viernes los termómetros marquen 38 grados y preocupa especialmente que pueda haber muertes. Los paraguas ahora les protegen de la intensa radiación.
En Londres los vecinos han improvisado sus propias playas. Aunque la imagen más divertida la han dejado los caballos de unos policías que han bebido agua de una fuente. Además, los ciudadanos se refugian en parques, ya que la vegetación contribuye a disminuir la sensación de calor en las ciudades y controla la humedad.
Las autoridades avisan a los ciudadanos de la necesidad de que salgan hidratados a la calle, eviten el sol en las horas centrales del día para hacer ejercicio y vistan con ropa ligera, especialmente los grupos de riesgo, niños y ancianos. Además, es fundamental prestar máxima atención en zonas de vegetación ya que las altas temperaturas han disparado el riesgo de incendio.