Durante la jornada del martes, París amanecía bajo un tiempo de lo más inestable. Con temperaturas elevadas, las nubes no se daban por vencidas y continuaban impregnando los cielos. Tanto es así, que a lo largo de la tarde llegaban las primeras precipitaciones.
La atmósfera se volvía muy activa provocando una importante granizada que teñía de blanco a la capital francesa. Un tiempo que choca con la fecha en la que ya nos encontramos y es que cuando la imagen parece realmente invernal, somos conscientes de que ya nos encontramos acabando el mes de mayo.
Sin embargo, las intensas precipitaciones acompañadas del granizo parisino provocaron grandes inundaciones que concluían incluso con el cierre de varias estaciones de metro. Un temporal que se asemejaba bastante al que nosotros llevamos viviendo muchos días, en el que se compagina el sol radiante en algunas horas del día, para luego finalizar con fuertes tormentas.
El granizo no fue el único protagonista en la ciudad parisina. Tras el transcurso de una mañana soleada, el ambiente se truncó por completo y también desencadenó en una fuerte tormenta eléctrica que acompañaba al granizo.
Una tormenta que generó fuertes rayos, causando un gran estruendo en la ciudad del amor y, especialmente, en la imponente Torre Eiffel que una vez más se convertía en protagonista. Como símbolo de atracción para todos los turistas y los no turistas, parece que también se está convirtiendo últimamente en una atracción para los rayos.
Un vecino pudo capturar una impresionante fotografía donde se aprecia claramente como dos rayos independientes se juntan y se convierten en uno justo en la cima del monumento. Una imagen que no es la primera vez que se toma en lo que llevamos de año y, es que, parece que la Torre Eiffel con sus 325 metros de altura y su forma espigada se convierte en un pararrayos muy especial.