Preguntamos a los meteorólogos qué tiempo va a hacer en Semana Santa

Marcos Fernández 31/03/2019 09:49

Sin embargo, se cierne la duda porque este año tenemos Semana Santa tardía y quien más quien menos piensa ya en ir sacando el bañador y la toalla para visitar las playas.

Como siempre, es complicado dar en el clavo con un pronóstico tan a largo plazo y en un mes complicado como el de abril donde el tiempo puede cambiar en muy corto espacio de tiempo. Es "un patrón propio de la primavera", advierte nuestra meteoróloga, Rosalía Fernández, quien reconoce abiertamente que "las cosas están realmente mal ante el déficit de lluvias y lo peor es que la cosa tiene muy poca pinta de cambiar".

Ahora bien, "la Semana Santa es siempre uno de los periodos más difíciles en las previsiones porque los pronósticos pueden cambiar con rapidez", según Fernández, quien apuesta por sol y altas temperaturas.

Pero, más en detalle, ¿qué cabe esperar para la Semana Santa de 2019?

Pocos cambios, según AEMET

Partimos de una situación que no tiene pinta de cambiar y que nuestra meteoróloga resume en que "durante el mes de febrero y lo que llevamos de marzo, los frentes y las masas de aire más fresco circulan prácticamente por el Cantábrico". En Semana Santa seguirá el mismo patrón por lo que de haber inestabilidad se quedaría concentrada en el extremo norte.

Para el resto, apunta, "apenas llega la inestabilidad al centro y al sur peninsular, tan sólo intervalos nubosos y poco más".

Aunque estamos a cuatro semanas vista, insiste Fernández, y esto "es un periodo de tiempo muy largo para las previsiones meteorológicas" los modelos que maneja AEMET "apuntan a una situación muy similar a la actual". Por tanto, según Fernández, no atisban grandes cambios ni un invierno tardío. La semana previa a la Semana Santa, "AEMET ve, de momento, tiempo más cálido del habitual en todo el interior y con escasas precipitaciones o al menos por debajo de lo normal en el tercio norte".

Teniendo en cuenta que estamos hablando de abril avanzado, el calor podría ser ya importante si se cumplen estos pronósticos a largo plazo, a los que remite Rosalía Fernández para recalcar la idea de una Semana Santa que puede ser tranquila, en términos generales, y con los modelos actuales.

Asimismo, "el índice NAO se muestra positivo", de momento. Esto quiere decir que, a falta de que pasen los días y las previsiones cojan más cuerpo, todo indica que no se espera la entrada de grandes borrascas ni tampoco de frentes bien cargados de lluvia que puedan arruinar los días de playa que muchos ya tienen en la cabeza.

Semana Santa en abril

Sin embargo, el histórico de Semana Santa caída de forma tan tardía no es tan halagüeño como el de la AEMET.

Es cierto que no todos los años se repite un mes de abril similar ni que todas las semanas santas de abril tengamos mal tiempo pero, recuerda Fernández, "en los últimos años, como en 2014" se cumplió el patrón de lluvias en forma de chubascos, tormentas y chaparrones intensos. En resumen, fue una Semana Santa pasada por agua.

También hemos tenido algunas previas a 2004 con entradas de aire frío que han desplomado las cotas de nieve a capitales de provincia. "Sería extraño encontrarnos con una situación así pero no descartable ya que abril, el mes de aguas mil, es tan cambiante que puede sorprendernos con calor intenso o con frío".

Fernández se apoya en el estudio estadístico que la AEMET presentó en 2014 y en el que muestra la temperatura media entre 1981 y 2013 así como las precipitaciones en este periodo.

*Imagen: Temperatura media entre el 13 y el 21 de abril, para el periodo 1981-2013 / Aemet

Según este documento, "solo en Canarias se superan los 20 grados de media mientras que la Península todavía el tiempo es frío o fresco", nada que ver con la situación vivida hasta ahora y con lo que seguramente ocurra este año por Semana Santa: valores altos casi generalizados.

Mucho tendrían que cambiar las cosas para que los mapas den un vuelco y la Semana Santa imponga su fama de lluviosa e inestable en abril. A tan largo plazo solo queda confiar en este primer pronóstico y cruzar los dedos.