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Ahora se llama Luis Enrique Hellín y tiene una empresa de peritaje criminal informático. Hace 42 años, cuando torturó y asesinó a la joven estudiante Yolanda González, se llamaba Emilio Hellín Moro. Por aquellos hechos fue condenado a 43 años de cárcel, aunque está en libertad desde 1996 y parece que desde entonces, trabajo no le falta. Uno de los que tiene ahora en cartera es para la defensa de Laura Borrás, presidenta de Junts per Catalunya, procesada por adjudicar a dedo unos contratos del Instituto de las Letras de Cataluña (ILC).
El papel de Hellín consiste en desacreditar los correos que acorralan a Borrás y en los que presuntamente ordenó manipular los contratos para que parecieran legales.
Pero la Fiscalía, según ha adelantado eldiario.es, se ha opuesto a que Hellín esté en la causa y ha pedido al juez que lo expulse: “Quien ha transgredido la ley y el derecho de esta forma no puede ser considerado como cooperador válido en ningún acto o efecto de la Justicia”, reza el escrito del Ministerio Público.
Vía Twitter, el abogado de Laura Borrás, Gonzalo Boye, ha respondido al escrito de la Fiscalía, explicando que a los dos peritos de la causa los seleccionan los abogados y que lo hacen por razones técnicas. "Son los mejores", añade en su texto el letrado.
Además, explica que la fiscal conoce la identidad del perito desde hace dos años y que nunca le había molestado. Que lo que le molesta son "las conclusiones" a las que llegan con su peritaje.
Será el juez quien decida si Hellín puede estar en ese caso o si no puede hacerlo. Aunque no es la primera vez que su empresa es contratada por personajes del mundo de la política.
Ya en 2018, no pudo trabajar en el caso Taula porque el juez lo expulsó del procedimiento. El encargo que recibió fue tirar por tierra unas grabaciones de la UCO a la exconcejal del PP María José Alcón, fallecida poco después al precipitarse desde un balcón.
Hellín fue expulsado de ese caso, no por su pasado, sino por intentar introducir en su ordenador la grabación "original" de la Guardia Civil.
Pero en otros casos sí ha podido ejercer. Por ejemplo, fue perito de la defensa de la expresidenta madrileña Cristina Cifuentes. Para ella, hizo el análisis de la agenda electrónica que Cifuentes presentó en el juicio del Caso Master, del que finalmente fue absuelta.
En su currículum figuran otros casos de notoriedad como la trama Malaya, de Marbella, o el crimen perpetrado por José Bretón sobre sus hijos.
Hellín Moro fue miembro de la milicia Ultra de Fuerza Nueva y condenado por la audiencia Nacional a 43 años de cárcel por asesinato, allanamiento de morada, detención ilegal, depósito de armas, munición y explosivos, falsificación de DNI y uso público de nombre supuesto.
Todo, por el asesinato, junto a varios cómplices, de Yolanda González, líder estudiantil y militante comunista de sólo 19 años.
Tras unos primeros años en la cárcel, aprovechó un permiso para huir y fue acogido en Paraguay. Pero en los 90 fue deportado a España, hasta terminar de cumplir la condena de cárcel en 1996.
Tras cambiar su nombre, dio clases sobre seguridad para distintas administraciones y también para la Guardia Civil, Policía Nacional, Mossos d'Esquadra, o la Ertzaintza sobre delitos telemáticos.