"Seguramente mañana llegaremos a Gaza ya que llevamos un cierto retraso por las dificultades que ha puesto el Gobierno chipriota para que los diputados que se encontraban en su territorio pudieran embarcar", explicó a Efe por correo electrónico uno de sus integrantes, Manuel Tapial, miembro de la ONG Asociación Cultura, Paz y Solidaridad Haydée Santamaría.
Las embarcaciones tenían inicialmente previsto alcanzar esta tarde la costa de la franja palestina, pero problemas técnicos y logísticos han obligado a retrasar los planes.
Durante varias horas, cinco naves de la flotilla echaron anclas en aguas internacionales para esperar a treinta defensores de los derechos humanos, entre ellos doce parlamentarios europeos, cuyo viaje quedó bloqueado ayer, viernes, por decisión de las autoridades grecochipriotas.
La expedición también se detuvo por averías que afectaron a tres barcos, con el consiguiente traslado de tripulantes, según los organizadores, la Campaña Europea para Acabar con el Asedio de Gaza (ECESG) y la organización turca IHH.
Los barcos están a unas 200 millas de la franja palestina a la espera de que se incorpore el resto de la flotilla para poner rumbo a Gaza esta noche.
La expedición consta de cuatro barcos de carga con más de 10.000 toneladas de ayuda humanitaria y otros cinco de pasajeros, en los que viajan unos 750 activistas, trabajadores humanitarios, políticos y periodistas procedentes de 50 países, entre ellos 16 diputados.
Su objetivo es romper el bloqueo israelí a Gaza e introducir material de construcción, educativo, medio millar de vehículos eléctricos para discapacitados y cien casas prefabricadas para quienes perdieron su vivienda en la ofensiva israelí de hace año y medio, que dejó unos 1.400 palestinos muertos, en su mayoría civiles, y miles de edificios destruidos o dañados.
Israel mantiene su cerco a la franja con cooperación de Egipto y prohíbe la entrada de bienes como cemento o papel, alegando motivos de seguridad, gracias a su control del espacio marítimo, aéreo y terrestre de Gaza.
Con motivo de este control, el territorio sigue considerado bajo ocupación de Israel, pese a que este país retiró unilateralmente de la franja en 2005 a todos sus soldados y a unos 8.000 colonos judíos.
Israel ya ha dejado claro que impedirá la llegada de la flotilla, algo para lo que lleva días preparado.
Las autoridades israelíes han levantado un centro de detención en el puerto de Ashdod, al norte de la franja palestina, en previsión del arresto de cientos de activistas, y han hecho preparativos en la cercana prisión de Beer Sheva.
Tapial considera que todo desenlace que no sea "llegar a Gaza y entregar la ayuda humanitaria" supondría "un auténtico fracaso de la comunidad internacional porque significaría la reafirmación a Israel de que puede seguir actuando contra los derechos humanos de los palestinos de manera impune".
Esta mañana, el jefe del Gobierno de Hamás en Gaza, Ismail Haniye, dijo que si "la ocupación israelí se comporta como los piratas" y aborda la flotilla, la misión ya habrá sido un éxito.
"Si Israel impide a los barcos llegar a Gaza será un escándalo mediático internacional, lo que animará a más y más flotas a romper el bloqueo", dijo en una rueda de prensa en el lugar donde pretenden arribar los navíos.
Haniye habló de un "momento histórico para acabar con el cerco israelí" -que a su juicio está en "sus últimas horas"- y animó a los palestinos a "acudir masivamente a la bahía para recibir a la flotilla".
Las declaraciones de los responsables israelíes en los últimos días dejan poco lugar a dudas sobre las escasas posibilidades de éxito de la misión, la de mayor envergadura de este tipo.
Ayer, el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Avigdor Lieberman, calificó la iniciativa de "propaganda violenta" contra su país, que -advirtió- no verá "amenazada su soberanía por ningún lado: tierra, mar o aire".
Israel propone que los integrantes de la flotilla dejen la mercancía en uno de sus puertos para hacerla llegar a Gaza.
Los activistas rechazan esa opción porque el "objetivo último" de la misión es romper el cerco y porque no creen ni en la "buena voluntad" de la propuesta ni en la autoridad de Israel para desembarcar y transferir su ayuda, resumió Tapial.
Sí han aceptado, en cambio, transmitir a las autoridades de Hamás un mensaje de la familia de Guilad Shalit, el soldado israelí cautivo en Gaza desde hace casi cuatro años, para pedir su liberación, según informaron en un comunicado.
En este contexto, la responsable de la política exterior de la UE, Catherine Ashton, pidió hoy "contención y responsabilidad" a todas las partes con respecto a la flotilla, que zarpó el jueves desde Turquía.