Alíev podrá buscar la reelección indefinidamente en Azerbaiyán, según los primeros resultados

EFE 18/03/2009 06:56

Un "92,17 por ciento de los votantes ha apoyado las enmiendas a la Constitución, tras el escrutinio del 54 por ciento de las papeletas", dijo a la prensa el presidente de la CEC, Mazahir Panájov.

Según la CEC, la participación en la consulta, que fue boicoteada por la oposición, fue del 71,09 por ciento.

El resultado anunciado refrenda el derecho de Ilham Alíev, de 47 años, que sucedió en 2003 a su fallecido padre, Heidar, y fue reelegido en 2008 con el 89 por ciento de los votos, de postular de nuevo a la Presidencia en 2013.

Heidar Alíev fue el máximo dirigente de Azerbaiyán desde 1969 y hasta su muerte, salvo un paréntesis de diez años entre 1982 y 1993, por lo que, tras la sucesión dinástica, ese clan familiar gobierna el país transcaucásico desde hace casi cuatro décadas.

La oposición llamó a boicotear la consulta no sólo por considerar que permitir que el jefe del Estado pueda ser reelegido las veces que quiera es una medida antidemocrática, sino también por estimar que el referéndum en sí mismo es anticonstitucional.

"Más de una vez hemos dicho, y lo hemos reclamado ante el Tribunal Constitucional, que las enmiendas que se que someten a referéndum se contradicen con la propia Constitución", ha declarado el líder del partido nacionalista Musavat (Igualdad), Isa Qambar, quien perdió ante Alíev en los comicios de 2003.

Casi cinco millones de azerbaiyanos estaban convocados a las urnas para pronunciarse sobre una serie de enmiendas constitucionales, entre ellas una crucial que eliminaba el precepto que limita a dos los mandatos presidenciales consecutivos.

Los habitantes de este país rico en petróleo debían responder en esta consulta popular a un total de 29 preguntas que contenían 41 enmiendas y añadidos a la Constitución del país.

La modificación clave, propuesta por el partido oficialista Eni Azerbaiyán (Nuevo Azerbaiyán), eliminaba de la Carta Magna el punto 5 del artículo 101, que señala que "Nadie puede ser elegido presidente de la República de Azerbaiyán por más de dos mandatos consecutivos".

A cambio, se introducía otro texto que reforzaba aún más las facultades del presidente al permitir prolongar automáticamente sus facultades en caso de que el país se encuentre en estado de guerra y no sea posible celebrar elecciones.

En tal situación, la decisión de prolongar los poderes del jefe del Estado hasta el fin de las acciones bélicas la adoptará el Tribunal Constitucional sobre la base de una presentación de la CEC.

Y es que Azerbaiyán está en estado técnico de guerra con Armenia y los separatistas armenios del enclave de Nagorno Karabaj, que se proclamaron independientes en 1991 y desataron un conflicto armado, que costó la vida a unas 25.000 personas en ambos bandos, ganado por los secesionistas.

La derrota supuso para Azerbaiyán la pérdida total de casi un tercio de su territorio, que fue ocupado por las tropas de Armenia y los armenios del Karabaj, con un saldo adicional de casi un millón de refugiados internos.

Un total de 2.148 observadores locales e internacionales fueron acreditados por la CEC, incluida una misión de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, que emitirá mañana su valoración sobre la consulta popular.

Ilham Alíev, pese a ser acusado de amordazar a la prensa independiente, prohibir las manifestaciones políticas y reprimir duramente a la oposición en el país, considerado uno de los más corruptos del mundo, es uno de los dirigentes más populares de la comunidad pos-soviética.

La razón es que su llegada al poder coincidió con el inicio de la explotación de importantes yacimientos de crudo, lo que conllevó un espectacular crecimiento de la economía, superior a una media anual del 20 por ciento en los últimos tres años, un drástico aumento de los ingresos y la consiguiente modernización del país.

El número de personas que viven por debajo del umbral de pobreza se redujo en los últimos cinco años del 50 al 16 por ciento, logro que le ha valido los halagos de la comunidad internacional.

Sin perder la amistad de Rusia, ha eludido además las críticas por la involución democrática de los países occidentales, que ven en este dirigente al guardián de las ingentes reservas energéticas del Caspio, la alternativa ideal al inestable Oriente Medio.