La Bajadilla, un barrio obrero en la encrucijada de Vox
Vox ha sido la primera fuerza política en Algeciras las pasadas elecciones
Son veinte mil personas colgadas de un cerro de Algeciras. Un barrio obrero para los que trabajan, un barrio de paro y exclusión social, para los que tienen menos suerte. Aquí gana el PSOE, pero esta vez le han dado casi un veintinueve por ciento de sus votos a Vox. Se llama La Bajadilla, y vive hoy en esa encrucijada.
“Si señor, yo he votado a Vox”, dice el niño de Medina, acodado en la barra del bar Amalia con una palomita en la mano. El niño fue novillero, se llama José Cantero, y a sus ochenta y tres años, se desayuna con esa copa que mezcla anís y agua como si no hubiera mañana. "Antes votaba socialista, pero los españoles vamos para abajo. Hace falta uno que mande fuerte. Lo que no se puede es echar mentiras como ha echado este hombre. Lo que ha hecho con Franco tampoco está bien".
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Frente a él, Oscar termina su café. "Yo le voto al PSOE. No estoy de acuerdo con las opiniones de Vox, pero es que Vox defiende mis pensamientos, y algunos derechos míos" Oscar podría ser el hijo de José, tiene 42 años, y está desconcertado. Es un obrero, es de izquierdas, y vota izquierda, pero comprende a Vox "Siempre votaré PSOE, pero Vox me defiende como persona y ciudadano español".
En el bar Amalia hay una enorme bandera de España. Carlos, obrero, 53 años, desayuna fuerte para un trabajo fuerte. No ha votado a Vox, pero cree que la bandera que tiene a sus espaldas, ha jugado un papel importante en el crecimiento del partido liderado por Abascal. "Hombre, está claro que el independentismo catalán, quien se siente español le toca las narices, ¿no?, lógico y normal. ¿Que eso haya hecho que haya mucho voto de castigo hacia Vox?, sí, es muy probable".
"Hombre, está claro que el independentismo catalán, quien se siente español le toca las narices"
Hay otras claves más cercanas. La Bajadilla, el barrio donde nació Paco de Lucía, es hoy escenario frecuente de operaciones contra el tráfico de drogas. A María, nombre ficticio, la encontramos en el taller de Mario. Aquí se repara lo que sea al precio mas bajo posible.
"Vamos a ver, yo he votado a Vox", dice María. "Yo me he criado aquí. Antes la Bajadilla era la mejor barriada que había, yo me sentaba en la puerta de la calle con todo el mundo, la puerta se podía dejar abierta, ya es que no se puede". Mario, a su lado, se muestra escéptico. "Yo no he votado a Vox, ni a PSOE, ni a PP, ni a nadie. Pienso que lo que esta diciendo Vox ahora está cogiendo el momento, que ha cogido el momento y por eso ha salido".
Y en ese "momento" entra todo. Un paro por encima del veintisiete por ciento, una población inmigrante que junto a la de los barrios de La Piñera, el Saladillo y el del mercado, supone casi el ochenta por ciento de la que hay en la ciudad. El caldo de cultivo perfecto, piensa la hija de Mario, para Vox. "Yo veo a Vox muy racista. La gente les vota porque se piensa que los inmigrantes les van a quitar lo suyo, y no es así"
"Yo veo a Vox muy racista. La gente les vota porque se piensa que los inmigrantes les van a quitar lo suyo, y no es así"
"Te dicen, si sube Vox te echan de aquí, si ganan vas a tener que coger la maletas ya. Te lo dice la gente que nos conoce, que tenemos confianza con ellos", cuenta Mohamed en su locutorio: Lleva veinte años en España y no puede votar.
Tampoco puede votar su amigo Said. Piensa que a diferencia de otros países europeos, en España no se lucha suficiente contra lo que representa Vox. "Creo que en estos momentos España tiene que dar tres pasos adelante y no uno atrás. Si sigue los pasos de Vox me parece a mi que va a acabar saliendo de la Unión Europea".