La victoria de Ayuso revoluciona los cálculos electorales de PP y PSOE

  • El PP puede consolidar en Madrid una ventaja de 12 escaños con el PSOE si repite los datos de Ayuso en generales

  • El PSOE cree que la diferencia en Madrid no será la misma con Sánchez y confía en mantener la ventaja con el PP en Cataluña y Andalucía

  • Los dos partidos tienen ya su maquinaria preparada para el próximo duelo decisivo: las autonómicas andaluzas

La última vez que los habitantes de Madrid fueron a votar era noviembre de 2019. Acudieron a las urnas por tercera vez en un año porque el Parlamento no se puso de acuerdo para elegir Gobierno.

Un año y medio, una coalición PSOE-UP, una pandemia, miles de muertos y una crisis económica después, los madrileños han vuelto a votar. ¿Cuáles han sido las diferencias entre ambas consultas?

¿Son tan históricos los resultados de Ayuso en Madrid?

Lo son más porque recuerdan a otros tiempos. Casi ha duplicado el número de votos obtenido en 2019: logró 887.474 y ahora 1.620.213, lo que supone 732.737 votos más. El PP estuvo 30 años ganando elecciones ininterrumpidamente en Madrid (desde las europeas de 1989 hasta las autonómicas de 2019). 31 convocatorias electorales seguidas ganadas. La diferencia es que estos 1,6 millones de votos no se veían desde 2011, justo antes de la irrupción de Cs y VOX. Ayuso se ha zampado a Ciudadanos y le ha dado un bocado a VOX.

Ciudadanos ya había sufrido en 2019 su peor resultado en Madrid desde su aparición (323.076 votos). Ahora pierde otros 193.860 y se queda fuera de la Asamblea. VOX logró en las generales de noviembre de 2019 su mejor resultado histórico: 653.476. El martes perdió la mitad de ese apoyo y se quedó en 330.660. Aunque mejoró con respecto a las anteriores autonómicas, los de Abascal no pueden estar contentos con la evolución.

¿Se ha hundido la izquierda?

El voto a los tres partidos del centro derecha supera los 2 millones (1,8 en 2019), mientras que el de la izquierda se queda en 1,4 millones (1,6 en 2019). La izquierda ha perdido 127.800 votos en un escenario de alta participación. La derecha ha ganado en ese año y medio 216.061.

Es fácil deducir que ha habido trasvase de voto de la izquierda a la derecha y que además los nuevos electores han preferido a los partidos de derecha, sobre todo a Ayuso. De ahí la expresión “voto prestado” esgrimida por la propia candidata. Es decir, la alta participación en Madrid ha favorecido a la derecha y ha provocado una escabechina en la izquierda.

¿Se puede extrapolar el dato al resto de España?

Iglesias dijo que nunca Madrid se había alejado tanto del resto de España. No es verdad. Madrid sigue en su sitio, votando como lo ha hecho siempre. Incluso en las elecciones de 2004 y 2008, las dos que ganó Zapatero a Rajoy, el PP ganó en Madrid. La victoria en esta comunidad no lleva aparejado el triunfo nacional. Es un feudo conservador desde 1989. Sin embargo, esta acumulación de voto en el PP y la disgregación del voto en la izquierda podría abrir una brecha en el reparto de escaños.

En noviembre de 2019, el PP obtuvo 10 escaños, los mismos que el PSOE. VOX logró 7, UP 5, Cs 3 y MM 2. Una extrapolación de los datos de ayer a unas hipotéticas generales daría al PP 18 escaños, 7 a MM, 6 al PSOE, 3 a VOX, 2 a UP y 1 a Cs. El PP dejaría los 29 escaños que le sacó el PSOE en solo 17. Consolidar esa diferencia en Madrid sería clave para que el PP aspirara a recuperar La Moncloa.

¿Dónde tiene también que mejorar el PP si quiere ganar las generales?

Fundamentalmente en dos comunidades: Andalucía y Cataluña. El PSOE le saca 10 escaños en cada una de ellas. La buena noticia para el PP es que si se zampa a Cs puede recuperar 2 en Cataluña y 3 en Andalucía. El otro frente al que ha de atender el PP es el de VOX. Los de Abascal casi empataron con el PP en las generales en número de votos en Andalucía y lograron los mismos escaños en Cataluña. Casado tiene que conseguir lo mismo que ha hecho Ayuso: zamparse a Ciudadanos y contener a VOX a la vez. No será fácil.

En el resto de las comunidades el margen de mejora es menor, pero siempre se puede producir un efecto arrastre en Castilla La Mancha y Extremadura, dos plazas socialistas que no ven con buenos ojos los pactos de Sánchez con los independentistas.

¿Dónde se la juega Sánchez?

El PSOE cree que el resultado de Madrid es solo un accidente, algo aislado. Estiman que con Sánchez en las generales las diferencias se verán muy reducidas. Además, siguen confiando en Andalucía, tradicional plaza socialista, y Cataluña, donde recientemente Illa ganó las autonómicas. Cuentan, además, con margen de 3 escaños a favor en el País Vasco y 2 en la Comunidad Valenciana, Aragón, Extremadura y Castilla La Mancha. Y a ello hay que sumar la renuncia de Pablo Iglesias y su efecto electoral en Podemos. Esperan que el voto en las generales se vuelva a concentrar en el PSOE. El problema es que el mensaje para ganar en Cataluña o País Vasco es muy diferente al que necesitan para conseguir hacerlo en el resto de las comunidades, pero ese equilibrio no es nuevo para el PSOE.

¿Qué pasará con VOX y UP?

La salida de Iglesias de la política provoca que la derecha pierda a su mayor enemigo, así que el efecto movilizador de Iglesias se desactiva. Esto puede hacer que VOX pierda fuerza y que Podemos pierda fuelle. El partido morado ya ha mostrado un gran desgaste en los últimos comicios en varias comunidades y lleva camino de ocupar el antiguo espacio de Izquierda Unida. El desgaste de los dos extremos favorece al PP y PSOE. Aún así, la política va a tal velocidad que cualquiera se atreve a vaticinar lo que ocurrirá de aquí a dos años.