Bienestar

Inma Borrego, especialista en salud digestiva: "En verano deberíamos dejar un margen entre que te levantas y desayunas para hacer un descanso digestivo"

Inma Borrego, especialista en salud digestiva, en una foto cedida por la editorial. Editorial Zenith
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No solo tú estás deseando tener vacaciones. También tu aparato digestivo está pidiendo un merecido descanso. Y no hablamos de pasar hambre y dejarlo sin comer, eso nunca es recomendable, pero sí de darle un margen para que se recupere de tanto estrés y descontrol. La buena noticia es que puede coincidir con el verano o con tus vacaciones. Pero, vayamos por partes. ¿Qué es un descanso digestivo y qué beneficios tiene para tu salud?

"Por un lado, dejar un margen entre que te levantas y desayunas, y también entre que cenas y te vas a la cama. Por otro, evitar estar picoteando todo el día sin darte cuenta. Hacer menos comidas, pero que sean más completas. Porque si estás todo el día metiéndole comida al cuerpo —aunque sea poca—, ¿cuándo va a tener tiempo para reparar lo que necesita reparar? Cuando hablo de 'descanso digestivo', hablo de eso, de darle al cuerpo algunos ratos de pausa. Igual que necesitas dormir para recuperar energía, tu aparato digestivo también necesita momentos en blanco, sin trabajo. Y cuando se los das, él solo empieza a ordenarse. Por eso no lo planteo como una técnica, sino como una forma de dejar de sobrecargarlo y empezar a escucharlo".

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Así lo explica Inma Borrego, reconocida experta en salud digestiva y autora del libro 'Lo que tu mente calla, tu intestino lo grita' (editorial Zenith, 2025).

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El verano, una excelente época para hacer un descanso digestivo

El verano puede ser una buena época para hacer un descanso digestivo porque es un momento en el que no seguimos horarios tan estrictos y nos relajamos más. Comemos cuando realmente tenemos hambre, descansamos más, estamos más en contacto con lo que nos gusta hacer de verdad y eso facilita muchísimo escucharse.

"Eso sí, es importante no hacerlo desde la exigencia ni como castigo por los excesos. No es una forma de “compensar” nada. Es un regalo. Muchas veces, al estar de vacaciones, rodeado de planes que sí te llenan de verdad, ya no necesitas recurrir tanto a la comida para sentirte mejor porque, por fin, estás recibiendo lo que realmente te hacía falta. Por eso el verano puede ser una buena oportunidad para reconectar con tu cuerpo, comer con más calma y darte cuenta de que, cuando todo dentro empieza a colocarse, también cambia —y mucho— tu forma de alimentarte", sugiere a Informativos Telecinco.

No obstante, los descansos digestivos se pueden realizar durante todo el año. De hecho, es lo recomendable. Aunque, como señala, lo que conviene es integrarlos en la forma de vida. Esto se puede conseguir, por ejemplo, haciendo comidas más completas para disminuir esa sensación de necesitar estar picando entre horas. "Ajustar tus horarios con más cabeza, comer durante las horas de luz y respetar el “descanso digestivo” más largo cuando cae la noche. No importa tanto cuántas horas “ayunas”, sino cómo vives ese descanso. Si lo haces desde la calma o desde la exigencia. Porque cuando empiezas a respetar tus ritmos y dejas de forzar al cuerpo todo el tiempo, él solo va encontrando su equilibrio".

El término “ayuno intermitente” se ha usado tanto y tan mal que muchas veces ya no es más que otra etiqueta de moda

telecinco.es

Descanso digestivo y ayuno intermitente

Por tanto, sí, el descanso digestivo es un ayuno, aunque no es lo mismo que el popular ayuno intermitente. ¿Por qué no es lo mismo? Así lo explica Inma Borrego: "El término ayuno intermitente se ha usado tanto y tan mal que muchas veces ya no es más que otra etiqueta de moda. Se ha llenado de normas rígidas, horarios estrictos y protocolos copiados y pegados que ignoran por completo el contexto real de cada persona. Hoy suena más a reto viral de TikTok que a una forma seria de cuidar tu salud".

El ayuno intermitente es un patrón de alimentación que alterna períodos de alimentación con períodos de ayuno, ya sea diariamente o de forma semanal. Los más comunes son el ayuno de 16/8 donde se ayuna durante 16 horas y se come dentro de una ventana de 8 horas; y el ayuno 5:2: donde se sigue una dieta normal cinco días a la semana y se reducen las calorías a una cantidad muy baja (500 calorías) durante dos días. También hay ayunos donde se deja de comer durante 24 horas. Durante el ayuno se pueden ingerir líquidos o café pero no leche, por ejemplo, eso rompería el ayuno.

El descanso digestivo se puede realizar siempre acompañado de un especialista y cuando nos sintamos relajados y no muy estresados, porque debe ser una experiencia que nos ayude no que nos reste energía. ¿Se pasa hambre en el descanso digestivo? Esta es otra de las preguntas más frecuentes a las que la especialista en salud digestiva Inma Borrego nos da respuesta: "Si lo haces bien, no. Porque cuando comes en condiciones —comidas completas, sin prisas y que realmente te nutren— tardas mucho más en volver a tener hambre. El cuerpo se regula solo, se adapta rápido y, con el tiempo, gana flexibilidad. Aprende a funcionar sin necesidad de estar picando cada dos por tres".

Entonces empieza a ocurrir algo curioso y es que rompes con la idea de que cuando tienes hambre tienes que ir corriendo a comer. "Cuando vives desde el disfrute, desde lo que te motiva y te hace bien, la comida deja de ser un refugio para calmar vacíos. Y el descanso digestivo deja de sentirse como una renuncia para convertirse en algo que haces por ti. Desde el cuidado, sin ansiedad, sin castigo y sin hambre".