Entre noviembre de 2008 y abril de 2010, Iniesta sufrió una pesadilla continuada. Ocho lesiones, todas ellas de origen muscular, que le mantuvieron de baja durante más de 240 días, le hicieron dudar de su capacidad física.

Pero tras el Mundial todo ha cambiado. Más goles, más minutos y ninguna lesión. Pep Guardiola, entrenador del Barcelona, lo tuvo claro antes del partido ante el Racing: "El mejor fichaje es el de Andrés". Y minutos después el albaceteño volvió a darle la razón al marcar otro gol más e incrementar su bagaje de minutos jugados. Iniesta puso fin a su larga lista de lesiones en la primavera de 2010. A pocos meses de la disputa del Mundial, el albaceteño se rompió el bíceps femoral de la pierna derecha. Un desastroso final de temporada para un año complicado que se había iniciado con la muerte de su gran amigo Dani Jarque en agosto de 2009.

Estuvo a punto de perderse el Mundial

Tal y como explicaron los fisioterapeutas del Barcelona (Emili Ricart) y de la selección española (Raúl Martínez), en el programa 'Informe Robinson', el problema de Iniesta era tan mental como físico: "Llevaba toda la vida sin lesionarse, ejercitándose a diario, hasta que empezó a lesionarse continuadamente, sin explicación. No, Andrés no entendía qué pasaba", explicó entonces Martínez.

Ricart le regaló un DVD para motivarle durante el largo verano de 2010, que después se convirtió en su verano, en su Mundial y en el de España, que ganó la Copa del Mundo con un gol suyo en la prórroga de la final ante Holanda.

Un calvario de dos años

Después de competir al más alto nivel y con pocas lesiones en su carrera, las dos últimas temporadas habían sido un calvario para Iniesta. En la temporada 2008-09, el manchego estuvo de baja repetidamente a causa de problemas musculares. Se rompió el séptum intramuscular del recto anterior en un partido de 'Champions' ante el Basilea (5 semanas). Cuatro días después de recibir el alta médica, reapareció ante el Atlante en el Mundial de Clubes y volvió a lesionarse. Esta vez a causa de una rotura en la fascia del recto anterior del muslo izquierdo que le tuvo dos semanas más de baja.

El año 2009 no empezó mejor. En febrero se volvió a lesionar. Esta vez una elongación en el músculo semitendinoso de la pierna izquierda (17 días) y veintiún días después volvió nuevamente a la enfermería, entonces por una rotura en un aductor (11 días). Una nueva lesión, una rotura de dos centímetros en el recto anterior en un encuentro frente al Villarreal (17 días más de baja), le obligó nuevamente a mantenerse fuera de los terrenos de juego, aunque lo peor estaba por llegar.

Con la final de la 'Champions', ante el Manchester United, como objetivo de su recuperación, Iniesta llegó justo a la cita de Roma. Después se demostró que los médicos le habían recomendado no chutar el balón para no agravar su lesión. Una semana más tarde, el club barcelonista informó de que Iniesta se había roto completamente el recto anterior del músculo derecho. Estuvo de baja desde el 27 de mayo hasta el 9 de septiembre de 2009, lo cual lastró su pretemporada en un año mundialista.

En los primeros meses de 2010, Iniesta no sentía buenas sensaciones. Su fútbol no estaba a la altura de lo esperado y no era el jugador desequilibrante que había sido hasta entonces. El primer problema físico llegó a finales de febrero. Una mínima rotura en el bíceps femoral de la pierna derecha en Mallorca, que le supuso ocho días de baja, un presagio de lo que le ocurría poco después.

A mediados de abril de 2010, durante un entrenamiento, Iniesta se rompió el bíceps femoral de la pierna de derecha y estuvo 33 días en el dique seco. Con el Mundial a la vuelta de la esquina, las dudas asaltaron a los servicios médicos del Barça y de la selección, después llegaron los cuidados de Ricart y de Martínez, el DVD y el fin de las lesiones. Desde entonces, Andrés Iniesta es otro. Ninguna lesión más, ha participado en todos los partidos ligueros y con siete goles en Liga ha superado sus mejores registros.

JNP