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María Maceiras (Muros, 2000) se graba a bordo del ‘Para los tres’. Así se llama el barco en el que trabaja como marinera y en el que faena a diario por la ría de Muros y Noia (A Coruña).
A sus 21 años, tiene claro que su vocación está en el mar. Lo sabe porque cada vez que se sube a la embarcación es feliz. “No me puede gustar más mi trabajo”, confiesa. Ni los madrugones a las cinco de la mañana, ni el frío invierno gallego le hacen cambiar de idea. “Me levanto como si fuera para una fiesta”, asegura.
María llegó a la pesca por influencias familiares. De padres marineros y natural de un municipio que también lo es, decidió ‘soltar amarres’ y probar hace cuatro años. Ella, por aquel entonces, había empezado a trabajar cuidando a personas dependientes. Sin embargo, una pregunta de su novio le hizo replantearse su futuro. “¿Por qué no haces los cursos y te vienes conmigo al mar?”, le preguntó.
Él ya llevaba tiempo trabajando como marinero. Se había comprado un barco y necesitaba que alguien le ayudase a bordo. Ella pensó que podía ser una opción laboral más y en un verano hizo los cursos de formación. “Tenía muchas dudas de si valdría para eso”, cuenta.
Pero lo probó y se enganchó. Tras unos meses compatibilizando los dos trabajos, decidió dedicarse en exclusiva al mundo de la pesca. Lleva tres años saliendo a diario al mar.
Su pasión por la pesca queda perfectamente reflejada en los vídeos que graba durante su jornada laboral y que de vez en cuando sube a la red social TikTok (@mariabadernado). Algunos de ellos tienen decenas de miles de reproducciones.
Con sus vídeos, María educa y conciencia. Su objetivo principal es promover el respeto hacia el mar y hacia sus especies, así como asegurar el futuro del sector. “Si no respetamos las reglas, el día de mañana no vamos a poder vivir de esto”, explica esta joven marinera.
En ellos se ve cómo lanza por la borda nécoras, lubrigantes, centollas, vieiras o pequeños pulpos. Se trata de ejemplares que no dan la talla, que están en proceso de desove o en veda. Por lo tanto, especies que no se pueden pescar. “No tiene sentido cogerlos. Estamos tirando piedras contra nosotros mismos”, argumenta.
María asegura que empezó a grabar los vídeos para su entorno más cercano. Era una especie de ‘parte diario’ sobre su trabajo que enviaba a sus amigos a través de WhatsApp. Quería que supiesen qué es lo que hacía en su día a día. “Llegó un momento en el que si no mandaba el vídeo, me lo reclamaban”, explica.
Grabar vídeos para ellos se convirtió en una rutina, sin darse cuenta de que lo que estaba haciendo era una labor divulgativa que podía tener mucha más repercusión.
Su faceta ‘tiktokera’ surgió después de que se le ocurriese enviar un vídeo a Rogelio Santos Queiruga, marinero de Porto do Son (A Coruña) que se ha convertido en un ‘influencer’ del mar por el contenido que sube a las redes sociales. “Lo publicó el Día de la Mujer y se hizo viral”, cuenta.
Fue ahí cuando María se percató de que sus vídeos podían tener interés más allá de su círculo de amistades. Abrió, entonces, la cuenta de TikTok. “Llevo unos tres meses subiendo contenido”, cuenta. Una de las publicaciones lleva más de 90.000 visualizaciones.
María ha conseguido entrar, gracias a su labor divulgativa, en la lista de cien jóvenes talentos de la fundación Basque Culinary Center. Su nombre aparece en esa relación junto a otras figuras emergentes del mundo de la gastronomía, en su caso, en la modalidad de productor.
Fue Javier Olleros, único chef gallego que cuenta con dos estrellas Michelin por su trabajo al frente del restaurante Culler de Pau, en O Grove (Pontevedra), quien la propuso como candidata tras ver uno de sus vídeos. María se ha convertido, en muy poco tiempo, en un modelo a seguir.