Una familia denuncia a la Xunta por el bullying que sufrió su hijo: reclama 40.000 euros
La familia, de las inmediaciones de Santiago de Compostela, ha denunciado a la Consellería de Educación
Aseguran que su hijo sufrió daños físicos y psicológicos durante años y que el protocolo de acoso no funcionó
Reclaman una indemnización de 40.000 euros por las secuelas sufridas por el menor, diagnosticado de estrés postraumático
A CoruñaUna familia de la zona de Santiago de Compostela ha denunciado a la Consellería de Educación, Ciencia, Universidades y Formación Profesional por los supuestos daños morales y psicológicos que sufrió su hijo a manos de varios compañeros del centro escolar en el que estudiaba.
Aseguran que fue objeto de acoso escolar durante los años que acudió a un instituto público ubicado en un municipio de la comarca de Santiago, y que las agresiones se agravaron el curso pasado.
La familia del menor asegura que el protocolo de acoso escolar que activó el centro no funcionó ya que, sin ir más lejos, “no fue evaluado en ningún momento por un psicólogo” ni asistido por la persona designada por el centro como responsable de apoyo y atención a las víctimas”.
Diagnosticado de estrés postraumático
Según recoge El Correo Gallego, la familia ha llevado el caso al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, y reclama una indemnización de 40.000 euros por las secuelas sufridas por el adolescente, diagnosticado de trastorno de estrés postraumático “por el acoso escolar vivido”, señalan.
Aseguran que el protocolo de acoso tramitado por el instituto concluyó que “no se detectaban indicios de acoso escolar” y que, por tanto, no se proponía “el inicio de un procedimiento corrector a la dirección”.
Sí reconocía, sin embargo, que el adolescente había sufrido burlas y agresiones físicas por parte de algunos compañeros.
Obligado a convivir con los acosadores
Ante la postura adoptada por el centro, los padres de la víctima acudieron a la Inspección educativa y a la propia Consellería de Educación, que según su opinión, tampoco hicieron nada para amparar a su hijo, por lo que finalmente decidieron interponer un recurso contencioso-administrativo ante el TSXG.
Desde la Administración aseguran que el caso, que se remonta dos cursos atrás, fue abordado “con la máxima celeridad y rigurosidad siguiendo los protocolos establecidos” tanto desde el propio centro como desde la Consellería.
La familia discrepa. Aseguran que “la protección no ha sido suficiente”, que el menor se ha visto “obligado a convivir con los acosadores, que han reincidido una y otra vez en seguir maltratándolo” y que al final, la única solución ha sido cambiar al niño de centro.
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