La esponja vegetal más grande del mundo crece en una plantación de Caldas de Reis: "El 90% de nuestra producción se va fuera"

La esponja vegetal más grande del mundo, en la localidad del Caldas
Juan Carlos Mascato muestra una esponja vegetal de más de un metro de largo que ha crecido en su plantación. CEDIDA
  • La empresa ubicada en Caldas es la mayor exportadora de estos productos cosméticos de Europa

  • "Nos arruinamos varias veces, salíamos al mercado con esto y nadie lo quería" recuerda el responsable de Iberluffa

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Caldas, PontevedraJuan Carlos Mascato posa orgulloso con su esponja de récord: una esponja vegetal que mide 1,30 metros de largo, “creemos que es la más grande del mundo” afirma, desde su plantación en Caldas de Reis, Pontevedra, de donde salen miles de esponjas vegetales de luffa y otros productos, cada año a todo el mundo. “Llevamos 15 años haciendo genética”, explica Juan Carlos, “los frutos suelen tener 30-40 cm, pero yo estudié genética y llevo años intentando mejorar la planta”, detalla desde un campo plagado de las plantas curcubitáceas a punto de ser recogidas.

Estos días apuran la cosecha después de que las plantas pasen por un proceso de varios meses. “Empezamos en mayo con la incubación, luego las ponemos en el campo y las recogemos entre agosto y septiembre”. Un periodo de cosecha en el que están inmersos ahora mismo, encontrándose grandes ejemplares como el que han mostrado. “Una vez recogida, se retira la cáscara para acceder a la parte interna, donde está la futura esponja” explican desde esta empresa sostenible que aspira desde su finca en Caldas a llevar sus productos sostenibles a todo el mundo.

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Las esponjas se retiran y después se lavan con agua termal de Caldas, que está a unos 43 grados, lo que ayuda a eliminar la piel externa. Tras eliminar las semillas, las procesan para hacer los distintos productos.

Esponjas vegetales durante el proceso de secado en la planta de iberluffa en Caldas
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Juan Carlos Mascato conoció la luffa durante los años 90 en Sudamérica, tras estudiar Ciencias Forestales en Alemania, donde vivía con sus padres. Entonces quedó fascinado por este cultivo ancestral, que se abandonó con el auge de las esponjas plásticas. “Nosotros empezamos en una época en que el plástico no estaba mal visto, nos arruinamos varias veces, salíamos al mercado con esto, y nadie lo quería” recuerda.

Los productos que comercializa su empresa cuestan entre tres y cinco euros, "pero duran diez veces más que los similares plásticos" detallan. Esponjas, estropajos, almohadillas desmaquillantes, salen de su planta de Caldas de Reis en Pontevedra a todo el mundo. Son los mayores exportadores de estos productos cosméticos en Europa.

El 90% de su producción se va a otros países

“El 90% de la producción se va fuera”, cuenta Juan Carlos. “Vendemos 50.000 estropajos al mes en Alemania, aquí 500, es un poco raro”, detalle. “Nos conocen mucho más fuera que aquí, porque se habla mucho del plástico pero poco de las alternativas que hay” lamenta. En países como Suecia, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Taiwan, o Nueva Zelanda sus estropajos están en gran parte de los supermercados, cuenta, “mientras aquí no”.

“Falta difusión, conocimiento” cree Juan Carlos. “La divulgación de este tipo de proyectos es esencial para que se nos conozca, y la conciencia de que hay que buscar alternativas a no producir plástico”.