¿Acabará en Ramstein la bronca de los Leopard alemanes?

  • La reunión del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania este viernes en la base militar estadounidense de Ramstein (oeste alemán) se presenta como una oportunidad para resolver la cuestión del envío de tanques occidentales en apoyo frente al invasor ruso.

  • Las dudas de Alemania a la hora de aceptar el envío de tanques modelo Leopard parece haber agotado la paciencia de algunos socios de la OTAN, como Polonia. 

Representantes de cincuenta países se reúnen este viernes en la base militar de Ramstein (oeste alemán) convocados por el Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania. Lo hacen en un contexto de marcada tensión entre aliados de la OTAN. Buena parte de esa tensión la ha generado el debate sobre qué hacer con los tanques Leopards, de fabricación alemana.

Esos tanques son una herramienta fundamental en un frente como el que parece estar formándose en la ilegal invasión de Rusia contra Ucrania, con escasas conquistas de territorio de uno y otro lado. En su fabricante, la empresa Rheinmetall, señalan que este vehículo es “enormemente importante en ofensivas para reconquistar territorios”, según los términos del CEO de dicha compañía, Armin Papperger, a la última edición del dominical Bild am Sonntag.

Una buena docena de países emplean diferentes versiones de los Leopard, incluidos España. Se estima que hay disponibles cerca de 2.000 unidades de estos carros de combate.

Durante semanas, el Gobierno germano ha estado sometido a fuertes presiones de aliados, políticos y comentaristas de buena parte del mundo occidental. Al ser fabricados por firmas alemanas y ser exportados bajo las condiciones que pone Berlín, es el Ejecutivo del canciller Olaf Scholz el que, en teoría, tiene la responsabilidad de re-exportar dichos tanques con destino Ucrania.

A estas alturas, la paciencia con Scholz y su Gobierno parece haberse agotado en algunas capitales. Por ejemplo, Varsovia, la capital de Polonia, un país de creciente influencia en la escena internacional por su decidido apoyo a Ucrania frente a la invasión rusa. 

Así, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, en declaraciones a la radio pública polaca PollkieRadio24, llegaba a decir en la víspera de la reunión de Ramstein que el “consentimiento” de Alemania para enviar Leopards a Ucrania era algo que había pasado a ser “secundario”.

El Ejecutivo polaco se ha concentrado de un tiempo a esta parte en formar una coalición de países que se coordinen para enviar esos tanques en apoyo a los defensores ucranianos. Sin embargo, los movimientos de políticos como Morawiecki o del propio presidente polaco, Andrzej Duda, también han consistido en presionar a Alemania.

En este contexto, Scholz daba algunos indicios de estar respondiendo a esta presión. Así, el diario Süddeutsche Zeitung aseguraba el miércoles que el canciller alemán y el presidente estadounidense Joe Biden habían hablado por teléfono el día de antes sobre la cuestión de los Leopard.

Según ese diario editado en Múnich, en dicha conversación, Scholz “habría dejado claro que Alemania sólo podría ceder a las presiones de entrega si Estados Unidos entregaba [a Ucrania, ndlr.], por su parte, carros de combate Abrams”, demostrado así que quienes toman las decisiones políticas en Berlín ha estado en todo momento mirando a Washington. Biden no se habría comprometido en dicha comunicación con Scholz.

En el Gobierno alemán, en el que liberales y ecologistas han dejado claro que están a favor del envío de armas pesadas – incluidos los Leopards –, son los socialdemócratas, con Scholz al frente, quienes han impuesto, hasta ahora, que el Ejecutivo no satisfaga la petición de tanques occidentales de Kiev. Esto no sólo ha enervado fuera de Alemania.

Fuera y dentro de Alemania, bronca con la actitud de Scholz

Desde la oposición en el Bundestag, notables en materia de Defensa y Asuntos Exteriores, como Jürgen Hardt, político de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), también han criticado la actitud del SPD. “Cuando aquí se habla de enviar tanques a Ucrania, los otros representantes de la coalición del Gobierno reciben más solidaridad de la CDU que del SPD (…) es una de debilidad total la política exterior alemana”, se le ha escuchado decir a Hardt.

También políticos de los partidos el Gobierno de Scholz han criticado el comportamiento del canciller. Por ejemplo, Toni Hofreiter, diputado de Los Verdes y uno de los ecologistas más dedicado a temas de seguridad y defensa, lamentaba que el jefe del Gobierno alemán haya caído en esa forma de “esconderse” detrás de Estados Unidos porque “no es ninguna estrategia esconderse detrás de otros”. 

Su mensaje alude a lo que ha venido diciendo Scholz a cuenta de realizar envíos de material de guerra pesado. A saber, que Alemania no “actuará en solitario”. A ese mensaje, sin embargo, ya no parece quedarle gran recorrido.

La semana pasada, el Reino Unido confirmaba que enviaría tanques modelo Challenger 2, el principal carro de combate de su ejército. Antes, Francia daba su luz verde al envío de tanques ligeros modelo AMX-10-RC. Este gesto francés también se leyó como un modo con el que París presionaba a Berlín para moverse en su apoyo con armas pesadas a Kiev.

Encuentro entre los ministros de Defensa de Alemania y Estados Unidos

A ese envío galo, Alemania respondía conjuntamente con Estados Unidos, acordando mandar varias decenas de vehículos blindados de apoyo a la infantería modelo Marder, de fabricación germana, y Bradley, hechos en suelo estadounidense.

Está por ver si “las ganas” que mostraba el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, a su llegada Alemania este jueves para reunirse con el flamante ministro de Defensa alemán, Boris Pistorus, pueden traducirse en un cambio de actitud en la capital alemana respecto a los Leopard. Sea como fuere, tampoco en Washington parecen estar muy por la labor de mandar a Alemania el equivalente estadounidense a los Leopard.

En el canciller Scholz, el miedo a la escalada que pueda suponer el envío de esos tanques, parecía a finales de esta semana ser una constante. Igual da que sean numerosas las voces en la comunidad de expertos que validan el apoyo con tanques occidentales a Ucrania.

Por ejemplo, según Claudia Major, experta en cuestione militares del Instituto Alemán para Asuntos de Internacionales y de Seguridad (SWP, por sus siglas alemanas), ha recordado estos días que el país que está escalando, desde el principio, el conflicto, es Rusia. “Rusia ha empezado la guerra y la está escalando. No lo hace Ucrania, ni la OTAN, ni Alemania. Rusia puede parar en cualquier momento sin que eso suponga un peligro para la soberanía rusa”, según ha explicado esta experta.

Para ella, la situación actual es “preocupante”, porque “el envío de armas” implica “considerar las reacciones de Rusia”. Pero “una guerra larga de desgaste o la victoria de Rusia amenazaría aún más directamente Europa”, dado que “Rusia podría sacar como conclusión que vale la pena el seguir impulsando sus objetivos imperiales”, según Major.

Oleada apoyo militar internacional con blindados independientemente de Alemania

Seguramente para evitar que Rusia saque esa conclusión, en la tarde-noche de este jueves se había producido una oleada de decisiones internacionales que buscaban reforzar al Ejército ucraniano en el frente. Por ejemplo, Dinamarca. Su ministro de Defensa, Jakob Ellemann-Jensen, anunciaba que su país donará las 19 piezas de artillería autopropulsada modelo Cesar, de fabricación francesa, operativas de su Ejército.

Otro país nórdico, Suecia, anunciaba el envío de 50 blindados ligeros modelo CV-90 en su último paquete de ayuda, que incluye sistemas Archer. Éstos últimos constituyen un anhelado por Kiev sistema de artillería móvil de reconocido prestigio internacional.

También desde Estados Unidos llegaban noticias de otro paquete de apoyo militar a Ucrania que incluiría vehículos Bradley y Striker. Estonia hacía lo propio, informando de que ya ha donado a Ucrania material militar valorado en el 1% de su PIB, según las cuentas de la primera ministra de ese país báltico Kaja Kallas.

Puede que la cuestión de los Leopard siga sin resolver este viernes. Pero los movimientos de ayuda militar en dirección a Ucrania eran tantos que Illia Ponomarenko, reputado periodista del diario The Kyev Independent especializado asuntos de seguridad y defensa, reconocía este jueves en redes sociales no poder estar actualizado ante semejante oleada de apoyo. “¿Qué está pasando?¿Se despertó por fin el mundo?”, se preguntaba el reportero.