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En tiempos de conspiraciones, el hecho de que EEUU haya derribado cuatro objetos no identificados en tan solo 8 días, algo que no se ha dado nunca en tiempos de paz, ha hecho saltar todas las alarmas. ¿Son solo globos chinos usados para tácticas de espionaje? ¿Realmente están identificados estos objetos? Las redes sociales viralizan una realidad que siempre ha estado en las mentes de los estadounidenses: el hecho de que existan los ovnis y el Gobierno oculte información.
En este sentido, en los últimos tiempos, el Gobierno americano ha destapado informes clasificados y como respuesta a los últimos acontecimientos -hay gurús que pronostican un enfrentamiento no muy lejano con China y los globos espía serían una señal de ello- no se ha descartado el término "objeto no identificado".
Las últimas noticias en los principales medios de EEUU relatan el caso de un caza estadounidense que derribó el domingo un “objeto no identificado” sobre el lago Hurón por orden del presidente Joe Biden, siendo el cuarto derribo de ese tipo en ocho días y la operación militar más reciente en una extraordinaria cadena de sucesos en el espacio aéreo de Estados Unidos, que según funcionarios del Pentágono no tiene precedentes en tiempos de paz.
Parte de la razón de los repetidos derribos es que tras los casos de Globos espía detectados en EEUU se ha producido una “alerta intensificada” en el control del espacio aéreo, dijo el general Glen VanHerck, jefe del Comando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD, por sus siglas en inglés) y del Comando Norte de Estados Unidos, en una rueda de prensa.
Desde entonces, aviones caza han derribado objetos sobre Canadá y Alaska en los últimos días. Funcionarios del Pentágono han tranquilizado a la población dejando claro que los objetos derribados no representaban amenazas a la seguridad, pero se conocía tan poco acerca de ellos que los funcionarios militares no estaban descartando nada, ni siquiera ovnis.
“Hemos estado escudriñando más de cerca nuestro espacio aéreo a estas altitudes, incluso mediante el aumento de la potencia de nuestro radar, lo que podría explicar el incremento, al menos en parte de derribos”, señaló Melissa Dalton, subsecretaria de Defensa para defensa nacional.
Las autoridades estadounidenses han especificado claramente que monitorean constantemente el radar en caso de que aparezcan objetos desconocidos, y no es raro que cierren el espacio aéreo como precaución para evaluarlos. Pero si no representan un riesgo la pregunta es: por qué esta sucesión de derribos.
VanHerck dijo que Estados Unidos ajustó su radar tras los globos espía chinos de forma que pudiera rastrear objetos que se desplazan más lentamente. “Con algunos ajustes, ahora hemos podido obtener una mejor categorización de los rastreos que efectúa el radar", según informa Los Ángeles Times.
Lo que sí es incuestionable es que esta es primera ocasión que dentro de Estados Unidos o en espacio aéreo estadounidense el NORAD o el Comando Norte de Estados Unidos han emprendido una acción cinética contra un objeto en el aire”. Pero la pregunta y la respuesta que estaba en el aire estaba claro: ¿Estamos ante OVNIS? La respuesta de VanHerck abrió la veda a las especulaciones: “En este momento no hemos descartado nada”.
La extraordinaria actividad de defensa antiaérea comenzó a finales de enero, cuando apareció sobre Estados Unidos un globo blanco que, según Washington, era de origen chino y sobrevoló el país durante días antes de que los cazas lo derribaran frente a la costa de Myrtle Beach, Carolina del Sur. Ese suceso fue transmitido en vivo vía internet. Desde entonces muchos estadounidenses han quedado cautivados por el dramatismo de cazas que derriban objetos.
El último en ser derribado fue detectado por primera vez el sábado por la noche encima del estado de Montana, pero en un principio se pensó que era una anomalía. El radar volvió a detectarlo el domingo sobrevolando la península superior de Michigan y el lago Hurón, señalaron funcionarios del Pentágono.
Las autoridades estadounidenses y canadienses habían restringido cierta parte del espacio aéreo sobre el lago horas antes para que los cazas partieran para interceptar e intentar identificar el objeto. Era octagonal, con cuerdas colgando, pero no tenía carga útil perceptible. Volaba a baja altitud, a unos 20.000 pies (6.000 metros), según uno de los funcionarios, que habló con la AP a condición de guardar el anonimato.
Melissa Dalton, subsecretaria de Defensa para Defensa Nacional y Asuntos Hemisféricos, se hizo eco de ese sentimiento el domingo por la noche y les dijo a los periodistas que los objetos fueron retirados por “mucha precaución.
Hay otra explicaciones menos conspiranoica. Los objetos de gran altitud pueden ser utilizados por una variedad de empresas, países y organizaciones de investigación para "fines que no sean nefastos, incluida la investigación legítima".
“El globo espía de la República Popular China fue, por supuesto, diferente en el sentido de que sabíamos exactamente lo que era”, dijo Dalton. “Estos objetos más recientes no representan una amenaza militar cinética, pero su camino en la proximidad de sitios sensibles del Departamento de Defensa y la altitud a la que volaban podrían ser un peligro para la aviación civil y, por lo tanto, generaron preocupación”.
Pero nada frena las teorías de los OVNIS. “Las teorías conspirativas surgen en un contexto de miedo, ansiedad, desconfianza, falta de certezas y sentimientos de impotencia”, explicaba hace unas fechas el autor de Third Wave Capitalism (Capitalismo de la tercera ola). “Para muchos estadounidenses, los años recientes han traído muchas fuentes de esas emociones. Ha habido inseguridad laboral, los salarios se estancaron, la movilidad social se frustró. Algunos sienten que los avances tecnológicos y el progreso social —perspectivas más amplias de la sexualidad, agitación racial— son desestabilizadores. Entonces 2020 trajo una pandemia singular y una profunda recesión económica”.
Esas razones provocan en muchos ciudadanos una sensación de falta de control sobre sus vidas, de que la realidad se descontrola y en este contexto se agrava ese sentimiento de miedo e incertidumbre. Y eso, en grupo, genera teorías y una sensación de que no estás solo. Por ello, las etiquetas de “ignorante” o “estúpida” que se suele poner a la gente que sucumbe a las teorías conspirativas no es tan real como parece. El 24% de los graduados universitarios y el 15% de los posgraduados también creen que es “probable” o “definitivamente cierto”, por ejemplo, que los poderosos del mundo planearon el brote de coronavirus. Y ahora llegaron los OVNIS.