Conscientes de las ventajas competitivas de su industria, las mismas que explota en terrenos como la agricultura, las renovables o la logística, Marruecos se ha lanzado a lo grande a la industria del automóvil. Esta semana, en una ceremonia presidida por el rey Mohamed VI en el Palacio Real de Rabat, el país norteafricano ha presentado a la vez su primer vehículo de fabricación nacional y su primer prototipo de coche de hidrógeno desarrollado por un marroquí. Una nueva era para Marruecos, y así lo defienden con entusiasmo las autoridades y medios de comunicación del país en los últimos días.
El pionero de los vehículos de fabricación local lo ha ideado Neo Motors, una sociedad de capital marroquí presidida por el joven empresario Nassim Benkhajat. Por su parte, el prototipo de vehículo de hidrógeno es obra de la firma NamX, también fundada y dirigida por otro joven empresario local, Faouzi Annajah.
Para la fabricación del primer coche 100% marroquí, Neo Motors ha establecido una unidad industrial en Ain Auda, situada en la región Rabat-Salé-Kenitra, desde la que pretende fabricar para el mercado local y la exportación. El primero de sus vehículos fue aprobado el pasado febrero por la Agencia Nacional de Seguridad Vial.
La firma espera estrenar la fábrica el próximo mes de junio y poner a la venta sus primeros coches a un precio de entre 165.000 y 190.000 dírhams, lo que equivale a entre 15.000 y 17.300 euros. La distribución comenzará a hacerse a través de Internet, desde la web de la empresa, antes de que comience la apertura de puntos de venta en las zonas de Casablanca y Rabat, según se hacía eco el semanario Maroc Hebdo.
Se prevé que la instalación industrial, que se nutrirá del “ecosistema de proveedores locales de automoción” y está situada en la región de la capital, produzca 27.000 unidades al año, con una inversión global de 156 millones de dírhams (14 millones de euros) y una tasa de integración local del 65%. Además, la firma de capital marroquí confía en que el lanzamiento de la fábrica suponga la creación de 580 puestos de trabajo, según daba cuenta la agencia estatal de noticias MAP.
En una reciente entrevista con el medio marroquí Medias 24, el fundador de Neo Motors, Nassim Benkhayat, explicaba que el “proyecto comenzó en 2007 gracias a la fabricación en Marruecos de un motor por parte del grupo Stellantis” [multinacional radicada en los Países Bajos resultante de la fusión entre el grupo italo-estadounidense Fiat Chrysler Automobiles y el francés Groupe PSA]
En cuanto al prototipo del vehículo de hidrógeno de la empresa NamX, presidida por el empresario marroquí Faouzi Annajah, el comunicado publicado por la agencia pública aseguraba que el coche se alimentará con hidrógeno por un tanque central que se complementará con seis cápsulas extraíbles, lo que garantizará una alta autonomía –de unos 800 kilómetros- y facilitará la recarga en pocos minutos. Su diseño es obra del trabajo de marroquíes y la carrocería fue diseñada en colaboración con la firma de automóviles italiana Pininfarina.
Este proyecto piloto, aseguran sus promotores, aspira a introducir al país vecino “en la dinámica mundial de desarrollar nuevas formas de transporte combinando eficiencia y respeto por el medio ambiente”, según recogía EFE. Además, Marruecos confía en alcanzar una producción anual de en torno a un millón de vehículos eléctricos en los próximos años.
La apuesta de las autoridades marroquíes por el hidrógeno no es nueva. Rabat pretende hacer del país norteafricano un centro regional de producción y exportación de esta energía limpia en el marco de un impulso estratégico a las renovables. En mayo de 2020, Marruecos firmó con Alemania un memorando de entendimiento para el desarrollo del sector. El Consejo Mundial de la Energía situaba recientemente a Marruecos como uno de los seis países mejor situados para convertirse en productores y exportadores de hidrógeno verde y derivados.
Hace unos meses, en declaraciones al digital Hespress, el experto en temas energéticos marroquí Amin Bennouna afirmaba que “a pesar del hecho de que no hemos podido alcanzar el objetivo del 42% en 2020, vamos, sin embargo, a poder alcanzar el de 2030. Con los proyectos de la OCP, superaremos ampliamente el 52% [de mix energético a base de energías renovables]”.
El lanzamiento de los primeros vehículos de fabricación 100% local no puede desvincularse de una apuesta global de Marruecos por la industria del automóvil, su segundo sector más pujante. Al menos 700.000 vehículos se producen cada año en Marruecos. En este sentido, la inauguración en 2012 de la fábrica de Renault en la región de Tánger fue el hito fundamental en el despegue industrial contemporáneo de Marruecos. La asociación entre las autoridades marroquíes y el grupo Renault-Nissan, que tiene en el país norteafricano uno de sus centros de producción mundiales más destacados, supuso una revolución en el panorama del sector.
En 2021, la producción de las dos fábricas del Grupo en Marruecos –la citada de Tánger y la de Casablanca- superó los 303.000 vehículos, cuando vieron la luz los nuevos Renault Express, Dacia Sendero y Dacia Logan. El Grupo Renault en Marruecos presume de haber superado el listón del 60% de tasa de integración local.
La implantación del complejo Renault-Nissan sentó las bases de la actual Tanger Automotive City, que, con su estatus de zona franca y sobre 500 hectáreas de superficie, alberga más de 56 empresas en activo sobre un total de 80 proyectos aprobados –la mayoría de ellos multinacionales- con actividad industrial, logística y terciaria en torno al sector del automóvil, entre ellas –desde 2017- la española Siemens-Gamesa. Toda la infraestructura de la industria de la automoción del norte de Marruecos se beneficia del éxito de Tánger Med, consolidado como primer puerto de contenedores del Mediterráneo.
Además, el ecosistema industrial de la automoción en Marruecos cuenta con el complejo industrial del Groupe PSA en Kenitra, ciudad situada a menos de 50 kilómetros de Rabat. Las instalaciones tienen capacidad para la producción de 200.000 vehículos y 200.000 motores al año. Las exportaciones del sector del automóvil alcanzaron en 2022 un volumen total de 111.280 millones de dírhams –más de 10.000 millones de euros al cambio-, lo que marcó un incremento del 33% respecto al ejercicio anterior, según datos oficiales.