La extraña muerte de una pareja de Brasil en una bañera con agua a más de 50°C el día que celebraban el cumpleaños de su hija

Jeferson Luiz Sagaz, un policía brasileño, y su pareja, la empresaria Ana Carolina Silva, murieron en Brasil en extrañas circunstancias
Detenido por encerrar a su hijastra durante más de 20 años mientras la violaba y la vendía a otros hombres
Jeferson Luiz Sagaz, un policía militar brasileño, y su pareja, la empresaria Ana Carolina Silva, fueron encontrados muertos en extrañas circunstancias el pasado 11 de agosto en la bañera de la habitación de un motel ubicado en la carretera BR-101, en el barrio de Roçado, en São José.
Las autoridades determinaron que los fallecimientos se produjeron por una combinación de factores, como el consumo de alcohol y cocaína, junto con el calor y la temperatura del agua del jacuzzi, que superaba los 50°C. Pero estas conclusiones han generado polémica, recoge 'G1 Globo'.
La pareja estuvo desaparecida un día antes de confirmarse su muerte. Horas antes de perderse su rastro habían pasado la jornada celebrando el cumpleaños de su hija pequeña de cuatro años en un restaurante. No obstante, más tarde fueron a un bar y fueron vistos por última vez sobre las 23:30 horas. Al día siguiente, debían recoger a su hija, que estaba con la hermana de Jefferson, pero no aparecieron y la familia comenzó a buscarlos.
La familia de Ana Carolina expresa su preocupación por una posible ingesta forzada o envenenamiento
Los agentes realizaron indagaciones y descubrieron que se habían registrado en el 'Dallas Motel'. Hasta allí se desplazaron rápidamente y encontraron los cuerpos. La hipótesis inicial fue una muerte accidental. Posteriormente, se confirmó que ambas víctimas presentaban sustancias en su organismo. La Policía Científica reiteró el contenido de los informes y afirmó que "todos los exámenes forenses realizados siguieron estrictos protocolos científicos y fueron realizados por Peritos Oficiales y equipos técnicos especializados".
No obstante, esta semana la familia de Ana Carolina da Silva, que era propietaria de un salón de manicura, publicó un comunicado en el que afirma que la empresaria de 42 años no consumía drogas y expresó su preocupación por una posible ingesta forzada o envenenamiento. En el comunicado, los familiares exigieron una investigación rigurosa, transparente e imparcial sobre la muerte de Ana, ya que consideran que podrían realizarse más pruebas.
