La historia de Haitham Salem, el regreso del preso palestino que no encontró a nadie vivo para abrazar

El llanto del preso palestino que regresó a casa y no tiene familia a la que abrazar
El hombre llevaba dos años en una cárcel de Israel y fue puesto en libertad este martes.. vídeo Informativos Telecinco
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Hay regresos, sin abrazos, sin alegría como el de Haitham Salem, el preso palestino que ha llegado a una casa vacía, tras un complicado acuerdo de paz. Este hombre que ha pasado dos años en una cárcel de Israel no puede besar a su mujer y sus hijos porque están muertos. Al llegar a ese encuentro con el que soñaba cada noche le han contado que han muerto en un ataque israelí. La historia en vídeo de la periodista Sonia Losada.

El prisionero Haitham Salem ha recuperado la libertad, pero no su alegría: ha comenzado a llorar sin control tras su liberación, al enterarse de que Israel había asesinado a su esposa y a sus tres hijos, pocas semanas antes de su liberación este lunes. Y su liberación no ha sido un trago dulce

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En las filas de Israel también hay regresos luctuosos. A una mujer solo le queda abrazar un ataúd, en el mejor de los casos, otros no tendrán ni siquiera un cuerpo para rendirle homenaje. Hamás ha informado que ignora el lugar dónde han sido enterrados los 20 cadáveres de los rehenes que faltan por entregar.

Las historias del regreso tras el fin de la guerra en Gaza son iguales para israelíes y palestinos

En estos regresos hay besos, lágrimas de dolor, pero también de alegría, como los de este padre israelí que se reencuentra con sus hijos o de un preso palestino, que acaba de conocer a sus vástagos, nacidos durante el cautiverio de su padre; las historias del regreso son muy parecidos, da igual que se llame Shadi Abu Seido y sea palestino o el israleí, Omri Miran: todos los que regresan a casa tienen en común ese entusiasmado deseo por recuperar el tiempo perdido.

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Unos dejaron a una bebé y hoy, 20 años después, se encuentran con una mujer . Hay regresos a los brazos de una madre, que nunca perdió la esperanza de volver a ver a su hijo, que llegó este martes y él, todo un hombre curtido en el rigor de la cárcel no puede contener las lágrimas ante la caricia de su madre. Ella no quiere que le falte nada a su hijo en esta vuelta y le ha hecho su dulce favorito. "Mamá, si tú eres mi chocolate", dice, mientras la aprieta entre sus brazos.

Los 20 rehenes de Hamás y los más de 2.000 presos palestinos en cárceles de Israel han vuelto a casa, con la emoción contenida, después de una ausencia que da por finalizado el infierno y dibuja nuevos horizontes, que todos esperan que sea de paz.