Muere una mujer tras ser atacada por el ciervo que había rescatado, cuidaba e intentaba domesticar
Jodi Proger, de 64 años, murió en el acto tras ser atacada por uno de los ciervos que cuidaba en su granja de Ohio, EEUU
La mujer comenzó a cuidar venados en 2013 y la hija subraya que su madre era consciente de los "riesgos" que conllevaba
Si el pasado verano conocíamos la historia de un oso que mató a una joven de 19 años en Rumanía, mientras realizaba una ruta de senderismo, ahora ha sido el ataque de otro animal, también con un desenlace trágico, el que ha conmocionado a la población del estado de Ohio, en Estados Unidos.
Una mujer de 64 años ha fallecido tras ser embestida por un ciervo al que había rescatado, cuidaba e intentaba domesticar en la granja donde residía. El suceso ocurrió el pasado sábado 15 de noviembre en el municipio de Stewartsville, a unas dos horas al sur de la ciudad de Akron.
Doce años rescatando y cuidando ciervos
La víctima, Jodi Proger, según informa 'The New York Post', comenzó a salvar ciervos de cola blanca en 2013 y se había pasado los últimos 12 años rehabilitando a estos ejemplares en su propiedad, con una superficie de 20.000 metros cuadrados. La mujer se quedó encerrada en el recinto que utilizaba para cuidar a los animales.
El mencionado diario señaló que agentes policiales de Belmont, uno de los 88 condados de Ohio, se vieron obligados a disparar al venado para poder llegar a Proger, quien fue declarada muerta en el lugar de la escena, detalló el medio 'WSYX', debido a la gravedad de sus heridas, las cuales no fueron especificadas.
Jodi empezó su actividad solidaria después de presenciar cómo una cierva era atropellada por un automóvil en una carretera cercana a su domicilio. Fue entonces cuando se hizo cargo de su cervatillo de apenas unos días de vida, al que encontró en el asfalto junto al cadáver de su madre.
Proger, tras una intensa batalla legal de dos años, pudo quedarse con el ciervo, al que llamó Wheezer, y decidió ampliar sus tareas de rescate. Desde entonces, había trasladado a su casa al menos a cuatro hembras y machos.
"Es como un perro grande", afirmó Proger sobre Wheezer en una entrevista televisiva en 2015. Ella, en sus perfiles de redes sociales, compartía entrañables imágenes junto a los venados. Los ciervos machos de cola blanca pueden crecer hasta superar los 90 centímetros de altura y llegar a pesar más de 130 kilogramos.
La hija de Proger, Jennifer Bryan, en declaraciones recogidas por 'The New York Post', aseguró que su madre tenía licencia para cuidar a las criaturas, "conocía los peligros de tener ciervos" y también los "riesgos" que conllevaba interactuar con una especie salvaje.
Además, Bryan manifestó que Jodi "trabajó en el condado de Belmont rescatando y ayudando a muchos animales a lo largo de su vida", añadiendo que "esta es una triste tragedia y merecemos respeto y tiempo para llorar".