Las amistades peligrosas del príncipe Andrés

  • Su nombre aparece vinculado al de Selman Turk, un empresario turco acusado de fraude y que le entregó más de un millón de euros en 2019 en concepto de regalos para su familia

  • Turk ha sido demandado por una multimillonaria turca que le acusa de robarle y que dice que creía que pagaba al príncipe por haberla ayudado a obtener el pasaporte británico

  • Este nuevo escándalo estalla después de que apareciera por primera vez públicamente con su madre, la reina, tras la denuncia por pederastia

El príncipe Andrés se ha visto involucrado en un nuevo escándalo por su relación con Selman Turk, un empresario turco denunciado por fraude. Se produce apenas unos días después de que compareciera públicamente del brazo de su madre, la reina Isabel II, en la misa en memoria del Duque de Edimburgo. Esa imagen fue calificada como el inicio de la redención pública del príncipe y del lavado de su imagen tras su implicación en el caso de pederastia de Jeffrey Epstein.

Su nombre ha aparecido de forma indirecta en un juicio que se está celebrando en el Tribunal Superior de Inglaterra, donde la multimillonaria turca Nebahat Isbilen ha denunciado a Turk por “apropiarse de forma deshonesta” de 38 millones de libras (45 millones de euros) de su fortuna, que asciende 66 millones de libras (79 millones de euros). Nebahat Isbilen es la esposa del exdiputado turco Ilhan Isbilen, condenado a cadena perpetua en 2018 por ser considerado uno de los líderes del golpe de estado al presidente Erdogan en 2016. Después de la detención de su marido, la señora Isbilen, de 77 años, huyó al Reino Unido y contrató a Turk para que gestionara sus cuentas y poder sacar del país su fortuna. Turk, de 35 años, era un exbanquero de inversión de Goldman Sachs que sacó el dinero a través de diferentes empresas. Isbilen reside en Londres.

Según, el diario ‘Daily Telegraph’, que ha tenido acceso a parte de las transcripciones de las vistas del juicio, Turk realizó cuatro pagos por un montante de 1,1 millones de libras (1,3 milllones de euros) al príncipe Andrés desde julio de 2019. El más importante fue en noviembre de 2019 cuando fueron transferidas 750.000 libras (unos 900.000 euros) desde la cuenta de Isbilen a la de Andrés en concepto de “regalo de boda” para la princesa Beatriz, la hija mayor del príncipe y de Sarah Ferguson, que se casó con Edoardo Mozzi el 17 de julio de 2020. El acta judicial explica que Turk había engañado a Isbilen, que no habla inglés, y que le había dicho que el dinero lo había solicitado el príncipe en compensación por haberla ayudado a obtener el pasaporte británico. Sin embargo, constaba como regalo de boda, algo que la mujer desconocía.

Las hijas de Andrés

En las transcripciones también se indica que Turk y Andrés había acordado qué decir si el banco llamaba a Buckingham Palace para hacer preguntas sobre el motivo del pago (como regalo de boda) y dio instrucciones a su secretaria personal. Llamaron en marzo de 2021 cuestionándolo sobre su relación con Turk y el dinero, pero el príncipe se negó a responder el cuestionario y devolvió los 900.000 euros.

Además, se produjeron otros dos pagos por un total de 25.000 libras (30.000 euros) a la princesa Eugenia, la hija pequeña del príncipe, al parecer para montar una fiesta sorpresa a Sarah Ferguson en su 60 aniversario el 15 de octubre de 2019, y otro pago de 225.000 libras (269.000 euros) a Ferguson, la Duquesa de York, que ella ha dicho que era en concepto de embajadora de marca de una empresa de energía renovable llamada Pegasus. Ferguson ha dejado claro que no devolverá el dinero. En el acta consta que las hijas de Andrés no sabían nada de estos pagos. Es la primera vez las hijas de Andrés se han visto salpicadas por los asuntos complejos de su padre.

Más tarde se ha sabido que el pago de estos 900.000 euros de Turk a Andrés fue realizado días después de que Andrés le diera el primer premio de un concurso de emprendedores que él presidía y que le sirvió a Turk para crear su propia empresa, Heyman AI, que ha suspendido pagos. También se ha sabido que Turk y Andrés fueron presentados en verano de 2019 por Tarek Kaituni, un traficante de armas libio que fue uno de los invitados en la boda de la princesa Eugenia, la hija menor de Andrés, y Jack Brooksbank en 2018, celebrada en el castillo de Windsor. Circulan fotos de Turk y Kaituni en otras residencias reales. Kaituni fue quien presentó a Andrés y al general Gadafi, con quien Andrés mantuvo una polémica amistad hasta su muerte en 2011. Andrés había asistido a varias cenas en la casa que Turk tiene en Londres.

Dictadores, corruptos y traficantes de armas

Aunque el juicio no es contra el Duque de York, de nuevo sus amistades turbias y peligrosas vuelven a manchar su imagen. Los diez años que fue representante especial del Reino Unido para Comercio e Inversiones Internacionales (entre 2001 y 2011) estuvieron acompañados de controversia. Su función consistía en representar los intereses comerciales del país por todo el mundo.

En 2011, el responsable de Justicia laborista, en sesión parlamentaria, pidió al entonces primer ministro, David Cameron, que cesara al príncipe Andrés por ser un “amigo cercano” del hijo de Gadafi, Saif, y del “convicto traficante de armas” Kaituni, durante la intervención militar británica en Libia contra Gadafi. También en 2011 invitó a un almuerzo en el Palacio de Buckingham, a Sakher el-Materi, yerno del dictador tunecino Ben Ali y miembro de su corrupto régimen hasta la revolución tunecina de 2011. El almuerzo se produjo tres meses antes del levantamiento popular. Fue un almuerzo con empresarios británicos a los que el mismo embajador británico en Túnez recomendó no acudir por el origen corrupto de régimen tunecino. Más tarde Materi fue condenado por blanqueo de dinero en Túnez y se exilió en las islas Seychelles.

Andrés también trabó buena amistad con Ilham Aliyev, el presidente de Azerbaiyán que Amnistía Internacional ha criticado por corrupción y abusos de los derechos humanos, y lo visitó en doce ocasiones, algunas después de que renunciara a su puesto en julio de 2011 por las críticas por sus polémicas amistades. Andrés no tenía un sueldo asignado como representante especial, pero tenía todos los gastos cubiertos. Se le conocía como ‘Airmiles Andy’ (algo así como “millas aéreas Andrés”) por sus carísimas facturas y por los lujosos destinos de sus reuniones, que incluían campos de golf, pistas de esquí y parajes exóticos.

En el año 2011, su exesposa, Sarah Ferguson, que sigue viviendo con él en Windsor, pidió 500.000 libras (unos 600.000 euros) para facilitar el acceso a su exmarido a un periodista con una cámara oculta que se hizo pasar por hombre de negocios árabe. “Si usted cuida de mí, mi marido cuidará de usted”, le dijo Ferguson, que se tuvo que disculpar públicamente cuando la cinta salió a la luz. Andrés todavía era el representante especial de comercio.

¿Quién mantiene al príncipe?

Pero, de todas sus amistades turbias, la más controvertida sin duda fue la del multimillonario estadounidense Jeffrey Epstein, acusado de liderar una red de pederastia y que falleció en una cárcel neoyorkina en circunstancias no esclarecidas cuando iba a empezar el juicio contra él en agosto de 2019. Era amigo del príncipe Andrés desde los años 90. Una de las esclavas sexuales de Epstein, Virginia Giuffre, acusó al príncipe de haberla obligado a acostarse con él en tres ocasiones cuando ella tenía 17 años en el 2001 y lo denunció en un juzgado de Nueva York. La Casa Real británica lo despojó de buena parte de sus títulos para que no se viera salpicada su reputación. El príncipe pagó 12 millones de libras (14,3 millones de euros) a Giuffre para evitar el juicio.

No está claro de dónde sacó ese dinero. Se apunta que fue su madre, la reina, quien lo pagó, aunque palacio lo niega. La Casa Real retiró la asignación de 250.000 libras (300.000 euros) anuales a Andrés cuando estalló el caso Giuffre en 2019. Ahora Andrés cobra únicamente una pensión militar de 20.000 libras (24.000 libras) por los cuatro años de carrera en el Ejército. Se decía que el dinero podría salir de la venta de un chalet en la estación de esquí de Verbier. El precio estimado es de 17 millones de libras (20,3 millones de euros), aunque adeudaba 6,7 millones de libras (8 millones de euros) a la antigua propietaria. En cualquier caso, no sería suficiente para cubrir los 14,3 millones de euros que se estima que pagó por el silencio de Giuffre. Y tampoco está claro cómo mantiene su altísimo nivel de vida.

El pasado martes, el príncipe Andrés compareció públicamente por primera vez desde que fue denunciado por Virginia Giuffre y lo hizo acompañando a su madre, la reina, de 95 años, en coche oficial desde Windsor hasta la abadía de Westminster. Isabel II entró del brazo de su segundo hijo en un gesto que fue interpretado como el inicio de la redención pública de Andrés, pero la aparición de su nombre en el juicio contra Turk ha vuelto a situarlo en el centro de la controversia.