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China y Cuba, dos países comunistas y su madre ideológica, Rusia, han sido recientemente elegidas para formar parte del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. En total son 15 nuevos miembros, que completarán las 47 naciones que forman este órgano, los que velarán por la protección de las víctimas del incumplimiento de los derechos fundamentales. Los otros países que entrarán en el organismo durante tres años, a partir del próximo 1 de enero son Bolivia, Costa de Marfil, Francia, Gabón, Malawi, México, Nepal, Pakistán, Senegal, Ucrania, Uzbequistán y Reino Unido.
Pero no es la primera vez que el Consejo de Derechos Humanos, un órgano subsidario de la Asamblea General de las Naciones Unidas cuya misión es la promoción del respeto universal, la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales, incluye a países que desde Occidente son percibidos como peligrosos para la garantía de dichas libertades y con antecedentes irregulares. Venezuela, que había sido acusada de realizar desapariciones forzadas y detenciones arbitrarias, precisamente por parte de Naciones Unidas, pasó a formar parte de este Consejo el año pasado.
Aunque la denominación “eje del mal” acuñada en 2002 por el ex presidente de Estados Unidos, George Bush, se refería a países que daban un supuesto apoyo al terrorismo, luego fue ampliada a aquellos que, desafiando al poder establecido por el país norteamericano, establecieron sus propias alianzas. Algunos de ellos, con un sistema político y un modo de organización socioecómica comunista, asociado a la falta de libertades democráticas, son los que han conseguido sentarse en el Consejo de los Derechos Humanos de la ONU.
Estas es la razón por la que numerosas asociaciones de activistas y algunos gobiernos critican la actual elección de ciertos países para dicho órgano, ya que son considerados como infractores de derechos humanos a nivel internacional. De hecho, 85 organizaciones cubanas e internacionales emitieron un comunicado condenando la decisión de incluir a Cuba concretamente en dicho Consejo.
“Nos preocupa profundamente la decisión de otorgarle a Cuba una nueva oportunidad para ocupar un puesto en el Consejo…esto no sólo recompensa el pobre historial de Cuba en materia de derechos humanos sino también socaba la integridad del Consejo para responsabilizar a los gobiernos abusivos por sus acciones”, señalaron en la declaración.
El director ejecutivo de la organización Human Rights Watch (HRW), Hillel Neuer, también se declaró en contra de esta decisión calificando de “día negro para los derechos humanos” la jornada de la votación. HRW es una organización no gubernamental, con sede en Ginebra, especializada en la vigilancia del cumplimiento de los Derechos Humanos.
Todo ello al mismo tiempo que la Unión Europea está decidiendo las medidas que toma contra Rusia por el envenenamiento del principal líder de la oposición y China ha sido denunciada por casi 40 organizaciones por su restricción de libertades a las minorías étnicas y en Hong Kong.
Sin embargo, el régimen cubano obtuvo el 88% de los 192 votos, Rusia el 82% y china el 72% para su aceptación en el Consejo. El país que no consiguió su ingreso fue Arabia Saudí, que vio impugnado su voto y quedó fuera de la institución.
Por ello Bruno Rodríguez, el ministro de Exteriores de la isla caribeña, se mostró emocionado señalando el éxito diplomático de la isla en su cuenta de Twitter. “Cuba elegida por quinta ocasión como miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. A pesar de las mentiras y patrañas imperiales, el mundo reconoce a #Cuba, le admira y respeta por la firmeza de sus convicciones y su ejemplo”, publicó.
Rodríguez también aprovechó para criticar a la administración del presidente Trump y apoyar a Irán, otro de los países miembros del considerado “eje del mal”, que ha sido castigado especialmente por las sanciones impuestas por la administración norteamericana. “Las sanciones de Estados Unidos contra las entidades marítimas de Irán son otra violación del derecho internacional” publicó en respuesta al anuncio del Departamento de Estado estadounidense. “Estas medidas coercitivas impiden el movimiento del petróleo iraní afectan a los pueblos hermanados de #Irán y #Siria y amenazan la #paz en esa región”, señaló remarcando la confrontación existente.
Por su parte, la potencia norteamericana ha criticado desde hace tiempo que el Consejo ignora las violaciones sistemáticas de estos países mientras se concentra especialmente en lo que ocurre en Israel, razón por la que Estados Unidos decidió retirarse del dicho órgano en 2018.
A nivel comercial Estados Unidos no sólo rompió relaciones con China, sino que está sumido en una guerra multimillonaria que ha llegado incluso a que la administración Trump haya excluido de las transacciones de cualquier tipo al gigante tecnológico chino Huawei.
También el país norteamericano abandonó, de forma unilateral, el acuerdo nuclear existente entre la Union Europea, Rusia, China e Irán. La razón fue una supuesta financiación del país iraní, por parte de otros países, que le estarían permitiendo desarrollar tecnología bélica.
Por último, es conocido el duro bloqueo que la administración del presidente Trump ha impuesto a las remesas de dinero, viajes y actividad diplomática a la Cuba, habiéndose convertido en el azote del régimen cubano. Esto deja como interlocutor más cercano a Rusia, que es vista con simpatía por el actual mandatario norteamericano, a pesar de ser la patria madre del marxismo. Toda una ironía de los nuevos tiempos.