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"Votar es seguro", se lee en un gran cartel en el metro de Lisboa. "La democracia es la mejor arma para la pandemia", en otro en Cascais. Sí; hay elecciones presidenciales este domingo en Portugal. Pese a que sobre el país pesa un confinamiento domiciliario tan estricto como el de la primera ola de la pandemia. Pese a que los colegios y los comercios esenciales han sido cerrados. Pese a que los datos sobre la incidencia del coronavirus son "dramáticos", según el propio Gobierno. Pese al récord de fallecimientos por la covid-19 en los últimos días. Pese a todo, los portugueses votan ahora a su presidente.
¿Se ha planteado el aplazamiento de los comicios tal y como ha sucedido en Cataluña (donde el Tribunal Superior de Justicia ha suspendido el decreto del Govern que retrasaba los comicios del 14 de febrero al 30 de mayo)? La respuesta es no. Las autoridades portuguesas proclaman que para la suspensión de unas elecciones es necesario modificar la Constitución. Y han considerado demasiado complicado redactar y aprobar una enmienda constitucional en tan poco tiempo.
El proceso ha seguido adelante también con dudas: ¿Es este el momento para acudir a las urnas?, se preguntan muchos. ¿Cómo solventar los obstáculos de un acceso igualitario a las urnas?
¿Cómo votan, en un país con los contagios disparados, aquellas personas en cuarentena por positivo en covid? Es el caso de Ana Gameiro, una vecina de Cascais que le cuenta a Reuters que voluntarios del Ayuntamiento han acudido a recoger las papeletas a la puerta de su casa. Es una de las medidas tomadas por las autoridades portuguesas para seguir adelante con los comicios de este 24 de enero. Además de en los domicilios, también se han recogido los votos en residencias de ancianos.
Nueve millones de portugueses pueden votar en un país de 10,2 millones de habitantes; un millón y medio más, en el extranjero. Para evitar aglomeraciones este domingo, una semana antes -el 17 de enero- hubo una votación anticipada.
Las autoridades han anunciado la ampliación de mesas electorales para evitar concentración de gente. Han recordado insistentemente la obligatoriedad del uso de mascarillas, de mantener la distancia de seguridad en las filas y de desinfectarse las manos. Y si los ciudadanos pueden llevarse su propio bolígrafo de casa, mucho mejor, han indicado.
¿Se producirá la mayor abstención de la historia del país como anticipan algunos politólogos? No se esperan sorpresas en el resultado. El actual presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, parte como favorito incuestionable ante los otros seis candidatos, según todos los sondeos. Estos le dan más del 60% en primera ronda. Necesita más del 50% de los votos para evitar una segunda vuelta; de no ser así, se celebraría una segunda ronda el 14 de febrero.
A sus 72 años, tampoco él se ha librado del coronavirus. Y no sin polémica. Estuvo en aislamiento tras dar positivo en un test; pero en un periodo de 24 horas dio además negativo en otras dos pruebas. El mandatario no ocultó su enfado por la falta de precisión de las autoridades sanitarias ante el procedimiento a seguir en casos como el suyo.
Las últimas cifras de la pandemia en Portugal son "dramáticas", ha alertado el primer ministro, Antonio Costa. Un ejemplo, en un día de esta semana (el miércoles) los contagios aumentaron un 40% con respecto al día anterior.
Los datos ofrecidos por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades sitúan a Portugal como el tercer país más afectado por el coronavirus en los últimos 14 días (por delante, solo Irlanda y la República Checa).
La cepa británica supone ya el 20% de los nuevos contagios. Portugal ha suspendido los vuelos con Reino Unido para tratar de frenar la rápida propagación de esa nueva variante de coronavirus.