Giuseppe Conte: “La respuesta europea debe ser fuerte, sólida y ambiciosa”

  • Entrevista en NIUS al primer ministro italiano, Giuseppe Conte

  • "Lucharé junto a Sánchez para que haya un acuerdo europeo en la próxima cumbre o a finales de julio"

  • "Si tardamos, la respuesta puede ser inadecuada y aumentan las posibilidades de fracaso"

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte (Volturara Appula, 1964), juró su cargo por primera vez el 23 de mayo de 2018. Entonces era sólo un jurista desconocido, que venía a ejercer como mediador entre la Liga de Matteo Salvini y el Movimiento 5 Estrellas (M5E) de Luigi Di Maio. Se definió, tímidamente, como “el abogado del pueblo”. Hoy Conte ha multiplicado su peso, hasta el punto de que se presenta mucho más orgulloso con un título más pomposo: “el presidente del pueblo italiano”. Tras la alianza entre el M5E y el socialdemócrata Partido Democrático y una comunicación paternalista durante la pandemia, su popularidad se ha disparado.

Ahora se encuentra inmerso en una gira europea para convencer al resto de países de que el fondo de recuperación de la UE no puede esperar. En su barco está Pedro Sánchez, al que visitó este miércoles en La Moncloa, seis años después de la última cumbre bilateral al más alto nivel entre Italia y España. Tras esta reunión atendió a NIUS en la embajada italiana en Madrid. Sánchez y él llevan agendas casi idénticas. Después de pasar por Portugal y España, tocan Holanda, París y Berlín. La meta está en Bruselas, donde el 17 y el 18 de julio se celebrará una cita crucial para el futuro del fondo de recuperación europeo.

Cuéntenos, ¿cómo se lleva con Pedro Sánchez?

Tenemos una relación excelente. En el plano personal hemos construido una relación de amistad, hemos aprendido a conocernos mejor en estos años y ahora nuestros países se beneficiarán, porque además de la tradicional relación comercial, económica y cultural, estamos reforzando nuestra alianza política.

¿Se han hablado mucho durante la pandemia?

Nos hemos llamado varias veces. Me ha llamado él y lo he llamado yo. Hemos estado siempre en contacto.

¿Y qué se dijeron?

Nos poníamos al día de la situación de nuestros respectivos países, nos dimos el pésame mutuo por las víctimas y nos hemos expresado un sentimiento recíproco de solidaridad. Yo creo que, en este momento, nuestros pueblos se han acercado aún más, después de haber compartido este destino trágico.

¿Qué compromiso se lleva de Madrid de cara a la cumbre europea del 17 y 18 de julio?

No deberíamos hablar de compromisos, porque si queremos alcanzar un común denominador entre 27 países terminaremos por rebajar el nivel de reacción de la respuesta europea. Y, en cambio, la respuesta europea tiene que ser fuerte, sólida y adecuada a las circunstancias excepcionales que estamos viviendo. Debe ser ambiciosa a nivel político. Es decir, no puede ser un compromiso de mínimos ni de perfil bajo.

¿Considera el fondo de recuperación un Plan Marshall europeo?

Tiene varias similitudes con el Plan Marshall, ya que intervenimos con un plan ambicioso después de un evento trágico que ha creado sufrimiento en términos de víctimas y consecuencias negativas a nivel económico y social. Pero el contexto histórico es completamente distinto. Hoy estamos trabajando en una respuesta para nosotros mismos a nivel europeo, no es un plan propuesto del exterior. Debemos ser conscientes del momento que estamos viviendo y reforzar nuestra casa común.

¿El plan debe ser ambicioso y también inmediato?

Creo que los tiempos son determinantes. Yo lucharé junto con el presidente Sánchez para que se pueda finalizar el acuerdo en la próxima cumbre o a finales de julio. Porque, atención, una respuesta puede ser adecuada desde el punto cualitativo y cuantitativo, pero si tardamos, se convierte en inadecuada. Tendríamos que multiplicar los esfuerzos económicos y aumentan las posibilidades de fracaso. Por eso hay que finalizar esta negociación, para que todos los países puedan estar en condiciones en septiembre de elaborar y presentar un plan de relanzamiento, como está haciendo Italia.

Sin embargo, su colega holandés Mark Rutte dice que no hay prisas. Ahora que usted lo va a visitar, ¿qué le dirá?

Le explicaré que tenemos prisa por el interés de todos, no sólo el nuestro. Si dejamos que se destruya el mercado único y nuestras cadenas de valor, los daños serán terribles para Holanda, Portugal, Francia, España o Italia. También Holanda se beneficia del mercado único y de la economía unitaria europea.

Hablando de medidas, Pedro Sánchez habla en España de subir los impuestos, mientras que usted sugiere bajarlos. ¿Cuál es su receta?

No me permitiría nunca valorar las medidas mejores para España. Por lo que respecta a Italia, le puedo decir que tenemos un problema con el fisco. La última reforma orgánica se hizo hace 50 años, después sólo se han hecho intervenciones concretas. Hemos perdido mucho tiempo. Hoy el sistema fiscal es inocuo e ineficaz. Debemos intervenir para reformarlo, digitalizar todo para reordenar el sistema y al final estoy convencido de que podremos aligerar la presión fiscal.

De cara al ciudadano, ¿bajar el IVA es una opción?

Es una discusión muy caliente en Italia, de momento es una hipótesis. Yo creo que, como dicen los economistas, la situación es de tal incerteza y las complicaciones tan graves que no se puede apuntar en una sola medida. Rebajar el IVA es una opción, como ha hecho Alemania, el problema es que es muy costoso. En lo que estamos trabajando es en reducirlo para los pagos digitales. Quien pague con tarjeta de crédito o moneda electrónica se puede beneficiar de un leve descuento. Esto incentivaría el pago digital, se recuperaría parte de la economía sumergida y así llegamos a la conclusión de antes: si todos pagan impuestos, se puede pensar en que paguen menos.

Pedro Sánchez ha dicho que no se pueden crear instrumentos y después tener vergüenza para utilizarlos para hablar de una hipotética petición del MEDE [el fondo de rescate europeo]. En su país es un tema muy controvertido. ¿Le ayuda este mensaje si tiene que defender un recurso al MEDE en el Parlamento?

No quiero escapar de mis responsabilidades, no es una cuestión de que no quiera afrontar el problema. Sin embargo, afrontarlo ahora sería abrir una batalla abstracta, incluso se puede convertir en ideológica. En Italia hay algunos que defienden MEDE ‘sí’ por principios y otros ‘no’ por la misma razón. Hay otros, como es mi caso, que tenemos una posición más pragmática. A mí me interesa lo que le hace falta a los ciudadanos. El día de mañana, cuando hayamos concluido la negociación europea, pondremos todos los elementos encima de la mesa, los estudiaremos uno a uno, actualizaremos lo que cuesta e iré al Parlamento para hacer una propuesta. Plantearé alternativas y las valoraremos.

Es decir, ¿ya no es un tabú?

No ha sido nunca un tabú. Simplemente he dicho que no pondremos todos los esfuerzos en el MEDE porque no es la solución a nuestros problemas. Además, me pedían que lo pidiera sin el fondo de recuperación. Nosotros lo que necesitamos es el fondo de recuperación y después veremos si utilizar también el MEDE.

Italia fue el primer país europeo que decretó el confinamiento. ¿Cómo fue para usted?

Fue un momento muy dramático, porque no había sucedido nunca en la historia republicana italiana. Aislar 45.000 habitantes -10 pueblos en Lombardía y un pueblecito en el Véneto-, mandar las camionetas de la policía a confinar estos municipios y de un momento a otro decirles que no podían salir de allí fue muy dramático. Imaginé cómo sería imponer estas medidas, si respetarían las reglas o si intentarían forzar el confinamiento. Fue una decisión muy compleja, sobre la que debatimos y defendimos con responsabilidad.

¿Durmió poco aquellos días?

Dormía poco porque me acostaba tarde, pero estaba tan cansado que aquellas pocas horas, conseguía dormir.

En Bérgamo se ha abierto una investigación judicial y usted ha tenido que prestar declaración. ¿Le preocupa?

No me preocupo porque en el momento que me pidieron ir a declarar, me mostré disponible inmediatamente. Pienso que un presidente debe tomar decisiones con transparencia, debe responder con conciencia, según la información que tiene y estar sereno para responder ante la opinión pública o ante los fiscales.

¿Cree que hubo errores, alguna cosa que ahora piensa que se podía haber hecho de otro modo?

No creo ser infalible, lo digo de forma sincera, auténtica. No creo que sea una persona que siempre toma la decisión justa en el momento justo, pero una cosa es cierta: cuando tomo una decisión busco siempre valorar todas las implicaciones. Las decisiones que hemos tomado han sido ponderadas y creo que no tiene mucho sentido volver atrás.

¿Hubo presiones de la patronal para no cerrar antes zonas como Bérgamo?

Yo no recibí peticiones de Confindustria [la patronal italiana]. Lo leí en los periódicos, pero no creo que me afecte. Tomamos nuestras decisiones sin escuchar a la patronal. En absoluto.

Desde el punto de vista sanitario, ¿teme que la población se haya relajado demasiado?

Creo que hay que poner atención, pero yo tengo confianza. En este momento los italianos deben volver a sus actividades económicas, sociales y culturales con serenidad. Deben respetar las reglas de distanciamiento, uso de mascarilla si no hay distanciamiento, pero después la vida debe volver. Hemos potenciado la respuesta del sistema sanitario, hemos hecho millones de test y hemos elaborado un plan de monitoreo que nos permite controlar todas las zonas geográficas. Tengo confianza, tenemos todas las condiciones para afrontar el verano y el otoño.

¿Qué se espera después del verano?

Algunos expertos piensan que habrá una segunda oleada. Yo no sé si llegará porque no soy un experto y las previsiones son difíciles. Digo simplemente que si hubiera una nueva oleada, Italia está preparada mantenerla bajo control.

También después del verano hay elecciones regionales en Italia. ¿Tiene en mente algún cambio en el Gobierno?

No veo en el horizonte una reestructuración del Gobierno. Estoy satisfecho de los ministros, acabamos de aprobar un decreto muy importante que reduce la burocracia y permite acelerar el gasto para las inversiones. Tenemos un plan de relanzamiento que hemos compartido con toda la sociedad italiana y estamos muy concentrados en ello.

Durante la pandemia ha crecido mucho su popularidad. ¿Qué le ha dado a los italianos?

Seguramente la popularidad ha crecido ya que debido al confinamiento las personas han permanecido en casa, han esperado las indicaciones que el presidente daba y han seguido esas citas en las que el jefe de Gobierno hablaba de la situación epidemiológica y las medidas que hacía falta adoptar. La confianza entre Gobierno y ciudadanos se debe también a que han respetado las reglas. La sociedad italiana ha ofrecido una reacción de gran responsabilidad, coraje, determinación y se ha desarrollado todavía más el sentimiento de pertenecer a una misma comunidad. Estoy orgullosísimo de ser el presidente del pueblo italiano.

España nunca había tenido una coalición y usted ha presidido un Gobierno junto a Salvini, que ahora es su enemigo número uno. Explíquele esto a un español, cuya ideología es mucho más rígida.

Necesitaría mucho tiempo… Digamos que hubo un momento en el que la Liga [el partido de Salvini] rompió esta experiencia de Gobierno para ir a elecciones porque tenía un fuerte apoyo en los sondeos. Pero Italia es una República parlamentaria, la decisión no puede depender de un partido. Del debate parlamentario, que representa al pueblo, surgió una experiencia que a mí personalmente me sorprendió. No me esperaba que pudiera nacer algo así. Recuerdo que durante el Gobierno anterior Italia estuvo bajo riesgo de procedimiento de infracción y la posibilidad de no llegar a tiempo para aprobar un presupuesto ponía a Italia en grave riesgo económico. El Movimiento 5 Estrellas, el Partido Democrático y otras fuerzas demostraron gran responsabilidad. No me pregunte a mí porque decidieron conferirme el encargo como jefe de Gobierno, deben preguntárselo a ellos.

¿Y usted formará parte de alguna lista futura?

No, yo no trabajo por mí. Es un honor desarrollar este encargo como presidente, como dicta la Constitución italiana, con disciplina y honor hasta la última hora. Hasta el último minuto trabajaré siempre por el bien común con gran espíritu de servicio, no estoy trabajando para crear un partido.

Presidente, en Italia y España se come muy bien. ¿Con qué plato cree que podría conquistar a los países frugales?

Veamos… Hay tantos platos italianos que podrían gustarles a mis amigos de los países frugales. Pero quizás les sugeriría compartir un buen tiramisú. Así tiramos hacia arriba nosotros y tiramos hacia arriba de Europa.

Pinche aquí si quiere ver el vídeo con la entrevista completa.